Seis mil cartageneros murieron durante el Sitio. Aquí homenaje a los mártires desconocidos compuestos por humildes personas que entregaron su vida por la libertad.

Rosas rojas en honor a la memoria de los mártires de la libertad de Cartagena. Una Rosa roja para Pantaleón Ribón y Martín Amador, quienes no se amilanaron frente a sus verdugos y reclamaron la justeza de su lucha emancipadora. Fue un acto sencillo. Simbólico. Significativo. Una oración eficaz para recibir esa energía de esperanza y resistir al memoricidio, que es la peor muerte del ser humano.

El ciudadano cartagenero de hoy no tiene idea de cuán importante fueron los acontecimientos que ha olvidado y las consecuencias que tuvo para nuestro futuro:

«En Cartagena se hizo la revolución que terminó con el antiguo régimen y nació el nuevo orden: el pensamiento liberal, la república soberana, las libertades individuales, el ciudadano sujeto de derechos y obligaciones. Por estas ideas sacrificó todo su patrimonio» .

Adelaida Sourdís Nájera. (2011) El consejo de guerra de los mártires de Cartagena en 1816 . En: Cartagena de Indias en la Independencia. Banco de la República

Cuatro años antes de la publicación del libro Cartagena en la Independencia (2007), el Banco de la República realizó un simposio sobre el período 1808-1821, período en el cual Cartagena de Indias jugó un papel determinante en la historia nacional. Fue un evento donde los editores del libro fueron sus principales protagonistas: Haroldo Calvo-Stevenson y Adolfo Meisel Roca.

El olvido

Pantaleón murió defendiendo su papel en la primera revolución de Cartagena 1811.

¿Acaso hemos olvidado a nuestros héroes? Si los fusilaron y ahorcaron en el cadalso hace 203 años por ser líderes de la independencia y constructores de la Primera República Libre Cartagena 1811-1815, ¿por qué los hemos olvidado? Es tarea de los historiadores provocar nuevas miradas sobre dichos acontecimientos para interrogar a la historia sobre los aportes en la política, la economía y la cultura de dichos acontecimientos.

Como periodista le he preguntado a la gente en las calles de Cartagena sobre los mártires y pocos saben de este acontecimiento muy significativo para la historia del país. Incluso, profesionales. Desconocen el Sitio de Cartagena 1815. Mucho menos saben de la existencia de la Ley del Sitio (Ley 1784 del 17 de junio de 2016 ) que promovió el actual alcalde de Cartagena, Pedrito Pereira, cuando fue representante a la cámara. La ley del Sitio declara en su artículo 1 que el 6 de diciembre es Día Cívico Nacional.

Si bien en esa fecha terminó el sitio de Pablo Morillo sobre Cartagena, la fecha más significativa es el 24 de febrero de 1816, porque fue el día en que simbólicamente el imperio español inició el Régimen del Terror en territorio americano.

Flores contra el memoricidio

Las rosas rojas y los girasoles que le llevamos a los mártires fue un homenaje a los 6 mil hombres y mujeres de Cartagena que perecieron en el sitio entre el 25 de agosto al 6 de diciembre de 1815 y en la ejecución de los líderes de la Revolución del 11 de Noviembre de 1811. Pero también como la materialización de un mensaje para retomar los valores de la democracia moderna que se cimentaron durante el período de la revolución.

Se resalta el valor de Pantaleón Germán Ribón (momposino) y el de los cartageneros Martín Amador y del que fuera gobernador de Cartagena y presidente de las Provincias Unidas de la Nueva Granada en 1815, Manuel Rodriguez Torices. Gran abogado y periodista de la época. En este año fue vicepresidente de Camilo Torres. Los dos fueron ejecutados por los tribunales de guerra dirigidos por Morillo en Santa Fe de Bogotá en octubre de 1816.

Una fosa común

Las mujeres también pusieron su cuota de sacrificio durante el Sitio a Cartagena (1815)

Mientras hacía el homenaje y llevaba las flores a los mártires, un hombre que pasó de prisa se apresuró a decir:

«Los mártires se cagaron cuando los iban a ejecutar»

Esa aseveración carece de valor histórico y podría ser una fábula popular para demeritar el valor de esos acontecimientos. De acuerdo a los relatos de la época recogidos por varios historiadores, entre ellos Jiménez Molinares y José Urueta citados por María Victoria García Azuero en su libro El paseo de los mártires y sus bustos trastocados.

« …después, el tambor redobló, los soldados presentaron las armas y…………..todo quedó concluido. En una fosa común fueron enterrados los cadáveres y la inmortalidad principió para sus nombres» .

josé Urueta. Cartagena y sus cercanías.

Es una aseveración similar al dicho de que Pedro Romero, líder de los artesanos de Getsemaní, era de Matanzas (Cuba), por el simple hecho de que Antonio Nariño le dijera el matancero. Todo indica, a juzgar por el planteamiento del historiador Sergio Paolo Solano, que el remoquete se debe a que en 1808 ocupó un cargo auxiliar de pesos y medidas y le tocó confiscar y sacrificar cerdos para evitar el acaparamiento en aquella época. Ser matancero era asimilado a matarife, puesto que era costumbre hacer matanzas de cerdo. Si una familia tenía una fiesta, solían contratar a un matancero.

Les dejé ramos de flores a Pantaleón y a todos los mártires, que quizás al poco tiempo alguien se los pudo llevar para enamorar a su novia. Rosas rojas, cuyos pétalos de rojo carmesí, representan la sangre y la libertad que perdurará en la memoria.

La muerte de nuestros mártires no será en vano. Ellos lucharon por una sociedad moderna, con democracia y prosperidad. Eso fue lo que se vivió durante la revolución de 1811-1816. Y después pagamos el precio de la libertad. Es la ruta del héroe que concluirá con un triunfo contundente y muchas rosas rojas.

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