Las autoridades avanzan en las investigaciones por el atentado que sufrió el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay el pasado 7 de junio en Bogotá. En una rueda de prensa conjunta ofrecida este martes desde Medellín, la Fiscalía General de la Nación y la Policía Nacional revelaron detalles claves del caso y presentaron una nueva hipótesis que apunta a una posible conexión con las disidencias de las Farc en el departamento del Caquetá.
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Alias ‘Chipi’: clave en el atentado contra Miguel Uribe
Uno de los principales señalados por las autoridades es Elder José Arteaga Hernández, alias Chipi o el Costeño, por quien el Gobierno ofrece una recompensa de 300 millones de pesos. Las investigaciones apuntan a que él fue el responsable de la logística del atentado y tendría información clave sobre quién dio la orden para ejecutar el ataque contra Uribe Turbay.
Según el mayor general Carlos Fernando Triana, director de la Policía Nacional, Chipi es un reconocido criminal con más de 20 años de trayectoria delictiva en Bogotá:
“Es un criminal que ha hecho trabajos sicariales en todas las modalidades. Tiene un peso importante en la criminalidad de la ciudad”, aseguró.
Las autoridades tienen registros de su presencia en el lugar de los hechos. A las 5:14 p. m., alias Chipi se encontró con alias Andrea y el menor sicario que disparó contra el senador. Luego los trasladó a un parque en el barrio Modelia, y posteriormente fue visto caminando junto a otra implicada, identificada como Katherine.
Nuevos capturados y conexiones con disidencias
El mayor general Triana también confirmó que Chipi habría dado instrucciones a alias Gabriela, otra pieza importante en la estructura, y que mantiene vínculos con alias el Hermano, recientemente capturado. Ambos tienen un largo historial delictivo conjunto.
Por ahora, las autoridades han logrado tres capturas y una aprehensión de un menor de edad, además de la incautación de ocho celulares, que están siendo analizados.
La “pista Caquetá”: conexión política y disidencias de las Farc
Durante la rueda de prensa, la fiscal general Luz Adriana Camargo confirmó que la línea investigativa más sólida actualmente es la denominada “pista Caquetá”, que vincularía el atentado con la disidencia Segunda Marquetalia de las Farc.
“Lo que estamos verificando es qué nexo tiene esa disidencia con los hechos. Esa es nuestra pista actual”, aseguró Camargo.
La funcionaria explicó que la hipótesis inicial de un atentado impulsivo por motivaciones personales o ideológicas quedó descartada. “Hoy sabemos que no fue un acto demencial. Fue un acto planeado y organizado, con actividades preparatorias claras”, subrayó.
La pista se fortaleció tras la captura en Florencia de Katerine Andrea Martínez, alias Gabriela, quien proporcionó el arma usada por el menor en el atentado. Ella aseguró que viajó al Caquetá bajo promesas de protección de las disidencias.
“Esa es la línea en la que estamos trabajando junto a la Policía. Este fue un crimen con motivación política”, agregó la fiscal general
Investigación en curso y presión por resultados en el caso de Miguel Uribe
Aunque ya se han capturado varios autores materiales, la Fiscalía aún no ha identificado al determinador del crimen ni tiene certeza de quién ordenó el ataque. “Estamos avanzando seriamente para descubrir quién contrató a este grupo sicarial”, concluyó Camargo.
La presión por resultados crece en medio del ambiente político del país, mientras el senador Miguel Uribe Turbay continúa bajo observación médica tras el ataque. El caso, que ha sacudido el escenario electoral, podría tener ramificaciones profundas si se confirma el vínculo con estructuras armadas ilegales.