La comunicadora social-periodista, Rosmaira Ruiz, fue víctima del hurto de teléfono. Uno personal y el otro empresarial. Este hecho, que pareciera ordinario, sucedió el pasado 10 de junio en el prestigioso Hotel El Prado, hoy se transformó en un delito mayor. La comunicadora social ahora es víctima de amenazas de muerte y extorsión.
Lo doloroso de este hecho ordinario, como es concebido como un delito menor, la institucionalidad que está para proteger a la ciudadanía no lo hace. Hubo un fallo de la atención de la Policía Nacional, la Fiscalía y la URI. Incluso, la administración del hotel El Prado, no le hizo acompañamiento a la víctima del hurto que ocurrió en su interior.
Al respecto, estuvimos buscando declaraciones de la gerencia del hotel con el fin de aclarar sobre su negligencia para preservar la seguridad interna. Pero no hubo forma para contactar a su representante legal, Bianith Bohórquez Pinto. Esta funcionaria debería dar respuesta a los interrogantes que surgen de la comisión de este delito al interior del hotel. En el saló
Hurto de teléfono
Viendo el delito del hurto de un teléfono inteligente (Iphone) aisladamente, daría la impresión que fuera menor. Pero por arte de reducir lo hurtado, los delincuentes usan la extorsión y la amenaza de muerte. Luego de revisar y utilizar los datos privados que se encuentran depositados en esos dispositivos y, en especial, en las nubes, los delincuentes comienzan con delitos mayores: la extorsión y las amenazas de muerte. Esta es la historia que le sucedió a la comunicadora social Rosmaira Ruiz, quien labora en una Empresa Promotora de Salud.
“Me siento frustrada, me siento triste, muy triste, con una tristeza en mi corazón no tanto por lo que me robaron sino por la impotencia ante tanta negligencia para la protección estatal”.
No solo se trata de un delito menor. Aquí es importante que la policía y la Fiscalía entiendan que si bien el hurto de un aparato telefónico es menor, en un momento dado se convierte en un delito mayor. Es este que documentamos para conocimiento de las autoridades. Lo peor es la revictimización sufrida a manos de las instituciones estatales.
La periodista Rosmaira Ruíz recuerda que se encontraba presentando una entrevista con una invitada internacional en un evento empresarial en el Gran Salón del Hotel El Prado de Barranquilla. El hurto terminó en extorsión y amenazas de muerte contra la comunicadora.
Hurto de teléfono a delito mayor
El testimonio fue presentado por la periodista a Voxpopuli Digital en entrevista con el periodista Lucio Torres. La comunicadora social narra la peripecia que debió soportar con el fin de rescatar sus móviles. Hasta ahora no lo ha hecho y ya no le interesa, porque los autores del hurto le borraron todos sus archivos que poseía en las nubes. Como bien ella lo dice, “quedó en blanco”.
Todo mi pasado digital, todo mi trabajo de 15 años, fue borrado por los autores de de este hurto considerado un delito menor.
Un delito menor que pasó a uno mayor: la extorsión. Todo indica que en Barranquilla existe una banda criminal dedicada al hurto y reducción de estos instrumentos de comunicación personales. Esta historia, desafortunadamente, sucede cotidianamente. Pero las autoridades se hacen la vista gorda.