No hay mal que por bien no venga, dice el adagio popular. Pero eso depende de quienes estén gobernando. Bajo el principio de complementariedad y concurrencia, el alcalde de Cartagena, Dumek Turbay, pidió ayuda al gobernador de Bolívar, Yamilito Arena, con el fin de atender la emergencia para suministrar agua a los barrios populares que tienen tres días sin recibirla. Esto podría ocasionar una epidemia en los próximos días, especialmente, en los barrios populares.
Afortunadamente la emergencia se presentó en el gobierno de Turbay y no en la alcaldía de William Dau. El alcalde anterior fue un veedor que se vendió a los mercaderes que estaban detrás del empréstito de 125 millones de dólares para financiar gran parte del Plan Maestro de Acueducto y Alcantarillado.
La prestación de los servicios públicos domiciliarios es una responsabilidad del representante legal del ente territorial, aunque estén concesionados. Es la misma razón por la cual Dumek Turbay asumió las riendas para conducir esta emergencia sanitaria que podría traducirse en problemas gástricos y digestivos en días venideros. Presidió el Puesto de Mando Unificado adyacente al sitio donde se produjo el daño. Allí participaron varios de sus funcionarios, como el director de la Oficina para la Prevención del Riesgo del Distrito, Daniel Vargas Díaz, el alcalde de la Localidad Histórica, Frank Ricaurte y hasta el director del DATT, José Ricaurte, quien fue el director de la Unidad de Prevención de Desastre de Bolívar en el gobierno de Vicente Blel Scaf.
Acuacar a rendir cuentas
Al gerente de Aguas de Cartagena, Manuel Vicente Barrera, no lo ví por Puesto de Mando Unificado. Debe explicar dos elementos: El primero. ¿Qué se hizo el billón de pesos invertidos en el cambio de la infraestructura sanitaria de la ciudad con el Plan Maestro de Acueducto y Alcantarillado. Segundo. ¿Cómo se está ejecutando el Plan de Contingencia estructurado para enfrentar los desafíos del Fenómeno de El Niño? Tercero. ¿Por qué se presentan daños en el sistema con mucha frecuencia?
Según el informe de ejecuciones, Barrera le dijo a los medios locales que se invirtieron $175.527 millones en obras de infraestructura de acueducto y alcantarillado para garantizar el acceso y permanencia de estos servicios en la ciudad. Además habló de un plan de inversión de obras por ejecutar en los próximos años. Pero el año pasado tuvimos varias emergencias. Y este año nos inauguramos con el daño del tubo madre de agua cruda.
¿Qué se está haciendo con los dineros que pagamos los cartageneros? ¿Para dónde se están yendo? Pareciera que se fueran por un tubo a un destino incierto. A todas luces, no existe efectividad en la inversión. No hay resultados positivos. Aparentemente, existe una deficiencia en la inversión para mantener unas redes óptimas. El alcalde debería evaluar el contrato de concesión. ¡Que se abra el debate!
La emergencia sanitaria
Los epidemiólogos dicen que la falta de agua potable puede contribuir a la transmisión de enfermedades virales y Enfermedades Diarreicas Agudas-EDA. Y en esta época de pospandemia, la situación se agrava debido a que se facilita la transmisión de los virus. Por esta razón, una atención adecuada a la emergencia pasa por suplir la distribución del agua por tubería. En este caso, se amerita el uso de los carrotanques que tiene la gobernación para atender la escasez de agua en en los municipios de Bolívar.
Sin embargo, debido a la manipulación sin las medidas higiénicas, el agua se puede contaminar para el consumo humano y con ello provocar muchas enfermedades virales.
Mientras tanto, Aguas de Cartagena (AUACAR) hace ingentes esfuerzos para reparar la tubería madre en el tramo que se encuentra diagonal al CAI de Ceballos. Al respecto, en comunicado oficial, la empresa dijo:
«La complejidad de la reparación de la red de agua en el área se debe a su ubicación a más de 7 metros de profundidad, justo debajo de un talud de cemento en un canal que tuvo que ser demolido. La zona presenta una convergencia de varias tuberías, además de una inestabilidad del terreno que exige la implementación de un sistema de seguridad riguroso para proteger la integridad del personal que trabaja en el sitio.»
En el corazón de la emergencia sanitaria
VoxPopuli Digital llegó en el corazón de la emergencia sanitaria . Vimos el momento cuando el personal de Acuacar sacó el tubo dañado, 7 metros abajo. Al mismo tiempo, la cuadrilla del alcalde trabajaba con su uniforme naranja alrededor del sitio de la emergencia a la Entrada del alto Bosque, frente al barrio Ceballos.
Llegamos en el meollo de la emergencia donde está el Puesto de Mando Unificado con el alcalde Dumek a la cabeza. Es una tubería de 30 pulgadas de diámetro que transporta el 40% del agua cruda que sale del manifold de la Estación de Bombeo de Albornoz. Agua cruda de la ciénaga Juan Gómez del Canal del Dique. Nos encontramos con un tubo madre viejo superpuesto a una placa de concreto. Una verdadera empanada. ¿Quién la hizo? La responsabilidad es de Acuacar.
¿Acaso con el Plan Maestro de Acueducto y Alcantarillado, donde se invirtió la bicoca de $1 billón, íbamos a disfrutar de un óptimo servicios de acueducto y alcantarillado? Los primeros contratistas de Gabriel García Romero, el alcalde que privatizó las empresas públicas municipales con créditos de Findeter, pagó en 1995 $80 mil millones de aquella época. Hoy serían 541.600 millones de pesos. Estos son los contratistas: Cicón, Lozano y Reyes, Constructora Opal y ABB Industriales S.P.A.
Luego con el Plan Maestro y un crédito del banco mundial por 125 millones de dólares, equivalentes a 490 mil millones de hoy. Los dos créditos suman un billón 31 mil millones de pesos. ¿Cuál es el destino de esa cantidad de plata? Un informe de la Contraloría Distrital (Informe de la Contraloría Distrital 2010) dirigido por Verena Guerrero, nos podría plantear algunas pistas. O por lo menos, explicaría los hallazgos de la auditoría que se hizo en su momento.
¿Es hora de revertir la concesión?
La emergencia llevó al alcalde Dumek Turbay a tomar la rienda del suministro del agua con el apoyo del gobernador Yamilito Arana. Cerca de 40 carrotanques se encuentran distribuyendo agua gratuita mientras dure el racionamiento rotativo. Pero más allá de atender el daño, Turbay debería tomar el toro por los cachos: evaluar el contrato de concesión con Acuacar y considerar su reversión al Distrito.
En la próxima entrega analizaremos la reversión del contrato de concesión.