Lo que una simple calle pavimentada puede despertar en un barrio popular como Los Caracoles, no se puede medir con la cantidad de cemento y el dinero invertido. Pero, en medio de la muchedumbre, al ver a la reina del barrio, Daniela Castro, recibir al alcalde de Cartagena, Dumek Turbay Paz, tocando su violín y bailando al son de Colombia tierra querida, nos propone otra manera de ver el imaginario popular.
La entrega formal de esta calle se hizo (01-03-2025) en medio del bullicio popular así como otras obras dirigidas a las comunidades de San José y Blas de Lezo. Esto nos hace entender que si el pavimento o la infraestructura está ligada a las necesidades humanas, su validez es indiscutible. Pero si solo consulta con los intereses del mandatario o de la necesidad de negocios de los contratistas, el pavimento se transforma en un monumento frío y un dolor de cabeza para la ciudadanía.
La junta de acción comunal de Los Calamares, encabezada por Juan Jiménez, gestionó ante la alcaldía esta obra comunitaria de más de 200 metros lineales de concreto rígido.
El alcalde y una calle
El alcalde y una calle, tal es la relación del mandatario no con el concreto sino con la gente que se beneficia de él. Fue un pequeño carnaval que se formó cuando el alcalde Dumek cortó la cinta que inauguraba esta obra comunitaria. Los niños bailando al son de champeta, la reina violinista tocando y bailando, los líderes comunales eufóricos, dibuja la alegría que representa una pequeña acción pública que para ellos es muy representativa.
Lo anterior indica que esas pequeñas obras están ligadas a los intereses populares. Por esta razón, los líderes barriales deben ser transparente con esta labor comunitaria para que los contratistas ejecuten una obra digna de la comunidad.