Una víbora en la playa
Una víbora en la playa.

Cuando estaba a punto de calentar el sol allá en la playa, apenas Castillo Grande se preparaba para tomar el sol. Fue cuando salió de repente del mar, una larga MAPANÁ para asolearse. Quizás vino navegando sobre las hojas de la tarulla, en busca de tierra firme. Era una culebra rabo seco, que parecía un sugestivo hilo dental en movimiento. Premonición al pecado, diría un pichón de cura, que se crucifica, impávido, asustado, con varias señales de la cruz, que se las echa, desde la cabeza, hasta la bragueta, y del hombro derecho, al izquierdo, todo, porque aún no ha probado las mieles de la sabrosura erótica, que nos regala el cantar de los cantares.

La culebra, se desplazaba como una reina, con armonía, sin prisa sobre la arena plateada, vestida con su camuflada piel de colores grises, y color café, simulando hojas secas. Y… lo hacía, en forma desapercibida, como suelen hacerlo los de esta especie animal, muy parecidos a ciertos humanos de espíritus venenosos, tóxicos, que hacen exactamente lo mismo. ¿Quién podría ser? Habría que preguntarle al país que está hoy “enculebrado” – Uno nunca sabe dónde están, pero de algún lado salen. Si no que lo diga Eva y Adán, que, por culpa de la culebra, nos jodimos todos.

La víbora en cuestión, estaba dispuesta para picarle las pantorrillas, las nalgas, las tetas, tetillas, la cara o la barriga a niños y viejos. O, meterse en algún hueco mal tapado, lleno de algas y raíces en forma de pelos, donde habitan las cangrejas, que los hay, entre las piedras rompe olas. (Mal pensados). -Algunos ofuscados, buscaron un garrote para darle mate, pero los animalistas, aparecieron como salidos de la botella de los deseos, y se interpusieron, manifestando su total rechazo, como imitando el texto de la pureza en la vulgata, esa que pronuncio Jesucristo al dirigirse a María Magdalena la pecadora, después de la resurrección de Jesús, en que primo la santidad del hombre convertido en Dios para decirle: NO LI ME TANGERE. No te atreváis a tocarme. –

¡La noticia la conocí por Caracol, expertos en lidiar este prototipo de serpientes, como esa, esa! – Los protectores aparecieron con un saco, para decirles a los del garrote: Esperen, no se atrevan a matarla. – Señores preservadores de animales, yo amo a todas las criaturas irracionales, puestas por Dios, pero… culebra venenosa que llega a mi habitad, mi casa, o me mata, o la mato. Exageran ustedes, más con el arte dramático de los rostros, de angustia, que el sentimiento que en verdad les acompaña. La serpiente, es considerada por la BIBLIA, como satán.

Pero, hay que estar a la moda, sobre todo en estos tiempos, en que, de cualquier trapo, se inventan una bandera. Además, cuando ya, hasta el diablo fabrica hostias, es poco lo que se puede esperar. –Todo un drama, para recuperar la peligrosa serpiente, del peligro humano. ¡Qué paradoja tan grande ah! ¿Porque no van al Congreso, con un saco y recogen las víboras que han matado a miles de miles de colombianos y los devuelven a su hábitat natural? ¿O, se las llevan al herpetario de Juan Manuel? ¿Nunca he visto a un animalista, con un costal para meter mosquitos, esos que no nos dejan dormir, y que producen el dengue? ¿Empáquenlos y los llevan a su hábitat natural?

Señores animalistas, no coman gallina, “carnes rojas”, de cerdo, ni pescado, coman verdolaga, vuélvanse veganos, que yo me quedo en el vegetarianismo en que se comen a veces carnes de pollo y pescado y la roja que jamás debe faltar. ¡Tú sabes! Diría el Ex sacerdote, Doctor Alberto Linero. Jueves 7 de octubre del 2021. Sengove.-

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