Es impactante el número de personas en condiciones de indigencia, que deambulan diariamente en las diferentes avenidas de Cartagena, pernotando muchos de ellos a orillas de quebradas, sobre las aceras, donde pasa el Transcaribe, al frente de negocios o donde los agarre la noche.
Ante la indiferencia de todos, muchos oscilan entre las edades de 20 a 30 años, también se puede observar la presencia de adultos mayores en condiciones criticas de salud. Es lamentable que una ciudad turística, arroje esas cifras de seres humanos necesitando el apoyo gubernamental. Esto refleja un triste contraste con lo que ofrecen a sus visitantes.
Hace varios años la Secretaria de Participación y Desarrollo Social, organizó una jornada de atención integral, en una barriada de la heroica, pero todo quedo en el pasado, fue un simple maquillaje corporal, ya que no atendieron las necesidades de fondo, quizás no se le hizo seguimiento, a los ciudadanos atendidos, tampoco se realizó un censo adecuado, para constatar el porque viven en las calles, y saber si tienen familiares vivos.
Es la opinión de varios entrevistados sobre el tema.
¿Qué acciones tomará el Dadis?
Un tratamiento de consideración, sería, aplicarles higiene mental, internarlos, evaluarlos y hacer una selección según los trastornos mentales, ponerles a realizar cualquier tipo de actividad manual para repontenciar su aptitudes. Luego prepararlos psicológicamente para que se sienten seguros nuevamente en un ámbito social.
Entendemos que nos es fácil la tarea, pero cuando existe voluntad no habrá mal que no tenga cura. Además el Distrito cuenta en su partida presupuestaria con los recursos acordes a esta problemática social. ¡Manos, mente y corazón al servicio de los más débiles! debe ser la consigna.
Estadísticas
Estos datos son aproximadamente de hace tres años atrás, según, de acuerdo con la Alcaldía, en la calle deambulan 1.700 habitantes de calle; el 47% son de Cartagena y oscilan entre edades de 18 y 60 años, provenientes de estratos 1 y 2, censo hecho por la Secretaría de Participación.
Voces del silencio
En una esquina observe a una persona intranquila, con los ojos llenos de tristeza y varias latas en sus manos, que había recogido entre los desechos, las cuales se disponía a vender con la finalidad de obtener algún dinero para comprar alimentos.
“Yo, recojo latas de aluminio para poder sostenerte, compro comida y algunas otras cositas, en mi vida pasada era músico, cantaba en una agrupación salsera, luego sin darme cuenta comencé a consumir drogas, ahora dependo de ellas para vivir. Tenía una familia hermosa y la perdí, mis días los paso en tinieblas, quiero volver a a convertirme en el hombre que era antes, pero me faltan fuerzas y apoyo para lograrlo”, lo expresó Nilson Barrios, un hombre en condiciones de calle.
¡Cuántos Nilson, estarán en las calles de Cartagena! buscando ayuda psicológica para poder salir de ese mundo de oscuridad, hombres y mujeres, profesionales, que por orden del destino, tomaron un camino equivocado y ahora sus vidas dependen de cualquier alucinógenos.