
El Clan del Golfo y Álvaro Leyva están en el ojo del huracán político en Colombia, tras la filtración de una serie de audios que los vincularían con un presunto plan para desestabilizar al gobierno de Gustavo Petro. La tormenta institucional, que mezcla acusaciones de golpe de Estado, estructuras armadas y conspiración política, ya activó a la Fiscalía y dejó a todo el país en estado de alerta.
Pero el hecho que más ha descolocado al país es la reacción del propio Clan del Golfo, que acaba de publicar un comunicado negando rotundamente cualquier conspiración. Aseguran que nunca se reunieron con Leyva y que, de haber existido un contacto, este habría sido con alguien que los suplantó. ¿Fue entonces Leyva engañado por un tercero? ¿O el grupo armado busca ahora desmarcarse de una maniobra fallida?
Los audios que desataron la tormenta
En un comunicado oficial, el presidente Gustavo Petro calificó los audios revelados por El País como “odio y soberbia” y advirtió que lo más peligroso del supuesto complot era la conexión entre el Clan del Golfo y el ELN, denunciando su vinculación con lo que denominó una “Junta del Narcotráfico” internacional.
En las grabaciones hay frases contundentes:
“Hay que sacar ese tipo. Ese tipo presidiendo las elecciones… con un gran acuerdo nacional, en donde tiene que estar ELN, los del Clan del Golfo…”
Petro aseguró que el Servicio Secreto de Estados Unidos ya le había advertido acerca de estas grabaciones antes de su publicación, y solicitó que “no se permita ningún intento de desestabilizar el mandato legítimo del pueblo colombiano”
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El Clan del Golfo: “Nosotros no jugamos a la política”
En un giro inesperado, el Clan del Golfo —una organización narcoparamilitar históricamente opuesta al ELN— negó rotundamente su participación en el presunto plan. Mediante un comunicado enviado a medios nacionales, afirmaron que “no forman parte de clientelismos ni alianzas políticas” y que, en todo caso, “fueron engañados” por alguien que fingió hablar en su nombre.
El comunicado insiste en que su organización está centrada en “la defensa de los territorios” y que no buscan intervenir en procesos electorales ni desestabilizar el gobierno, aunque sí se declaran dispuestos a dialogar bajo un enfoque territorial.
La Fiscalía ya abrió una investigación formal. Se analizan los audios y las comunicaciones entre Leyva y presuntos voceros de estructuras armadas. Las grabaciones, filtradas por fuentes no oficiales, ya circulan en redes sociales y están en poder del ente acusador.
El contexto electoral y la “Junta del narcotráfico”
Desde el Palacio de Nariño, Petro ha elevado el tono. Acusa a “mafias con conexiones extranjeras” de buscar una salida antidemocrática. Y ha advertido que lo que está en juego no es solo su presidencia, sino el futuro del proceso de cambio en Colombia.
Mientras tanto, la vicepresidenta Francia Márquez —quien también aparece mencionada en los audios como un “obstáculo” para el presunto plan— ha solicitado protección especial y exige el esclarecimiento inmediato de los hechos.
Un escandalo en construcción
Por ahora, Álvaro Leyva guarda silencio. Pero su figura, que hasta hace poco era clave en los diálogos de paz, ha quedado profundamente comprometida.
El país asiste a una situación inédita: un exministro señalado por el presidente, un grupo armado que desmiente cualquier vínculo, y una institucionalidad puesta a prueba por una tormenta mediática, política y judicial.