
Extrabajadores de Únicamente exigen pago de acreencias laborales: once años de olvido
Cartagena, Colombia –
Más de 600 ex trabajadores de Únicamente, antigua empresa de apuestas en Cartagena, siguen esperando desde 2014 el pago de sus acreencias laborales y prestaciones sociales. El reclamo, dirigido a la Sociedad de Activos Especiales (SAE), se ha intensificado este año tras un nuevo fallo judicial que reconoce su derecho.
Los extrabajadores denuncian que, a pesar de que la SAE ya ha liquidado más del 50 % de los activos de la empresa, no ha cumplido con el pago de salarios, cesantías, intereses y primas que les corresponden legalmente. Muchos de ellos están hoy en condiciones precarias, y al menos once han fallecido sin recibir lo que se les adeuda.
“Hemos esperado once años. ¡Once años! ¿Y todavía nos dicen que no hay plata?”, reclamó María Luján, vocera del grupo de ex trabajadores de Únicamente.




Fallo judicial exige a SAE pagar a ex empleados de Únicamente
Desde enero, un fallo judicial confirmó que los contratos laborales siguen vigentes a efectos del pago, y ordenó a la SAE saldar la deuda. Sin embargo, los afectados aseguran que no hay cronograma ni voluntad institucional.
“Mi papá murió esperando ese dinero. Fue operario durante 17 años y ni siquiera alcanzó a ver el fallo del juez. Eso duele”, dijo Daniela Castillo, hija de un extrabajador fallecido.
https://www.funcionpublica.gov.co/documents/418537/507047/Codigo+Sustantivo+del+Trabajo.pdf
La deuda con los ex trabajadores de Únicamente es también una deuda moral
La ley colombiana establece que el no pago inmediato de las acreencias genera indemnización moratoria, pero la falta de acción efectiva por parte del Estado ha convertido el caso en un símbolo del abandono laboral.
Los extrabajadores de Únicamente no solo reclaman lo que les pertenece: exigen justicia y dignidad, después de más de una década de silencio oficial.
¿Acreencias laborales? ¿Indemnización por mora? ¿Responsabilidad de la SAE? Todo está claro en la norma. Pero cuando se trata de trabajadores comunes enfrentando al aparato del Estado, la ley no siempre corre con la misma celeridad.
El olvido es el mayor acreedor en esta historia.
Y la pregunta persiste: ¿cuántos años más tienen que esperar para que se les pague lo que ya es suyo?