Producto de un  milagro. Tiene siete meses de edad y pesa ocho kilos. Después de haber ganado la batalla a la muerte

Yuderkis Chirino, es una joven venezolana quien vive en la populosa parroquia Petare, estado Miranda. A sus 34 años de edad se considera una ferviente  creyente de Jesucristo y devota del doctor José Gregorio Hernández, el siervo de Dios, como se le conoce en  su país. En este sentido, expresa que su hijo es producto de un milagro.

Un niño prematuro

Lihan David, nació cuando a su madre se le interrumpe el embarazo de 30 semanas de gestación, por presentar una condición de salud irregular. Su presión alta se le disparó a 190 y la baja a 170. El neonato llega al mundo con un kilo y 140 gramos  (1/140grs) en su peso corporal, ese aspecto negativo le produce al niño una descompensación. Acto por el cual le suministran oxigeno durante 17 días ininterrumpidos, creando incertidumbre entre los galenos sobre las probabilidades de que el niño continuara con vida. 

Al pasar los días, el niño presenta hinchazón en todo su débil cuerpo, motivo que impulsa a los doctores aplicarles varias transfusiones de sangre.

Evolución progresiva de Lihan David, producto de un milagro. Fotos con la autorización de sus padres.

Etapa crítica

Lihan David, el producto de un milagro, entra en una etapa crítica, al ir perdiendo peso, características de un niño de su condición, alcanzó a pesar 800 gramos. Era tan pequeño que casi cabía en las manos de su madre. Ante esta situación los médicos deciden desconectarlo de los aparatos que lo mantenían con vida, al no ver otra solución.

Cuando los doctores  me entregan en mis brazos a mi pequeño hijo, sentí que ya era el fin para mi bebe y para mí. Ellos lo habían revivido dos veces al presentar problemas de respiración. Entonces deciden desconectarlo porque  ya no había ninguna probabilidad  de salvarlo… solo un milagro podría devolver la salud a mi bebecito. En ese instante comencé a aferrarme a Dios, y al doctor José Gregorio Hernández, jamás perdí la esperanza ni la fe…sabia que algo bueno venía en camino

Cabe recordar, que el producto de un  milagro, era el único niño que se encontraba en la sala de cuidados intensivos con menor tiempo de gestación,  entre los 10 neonatos hospitalizados y fue el único que sobrevivió a sus padecimientos. Desde ese momento comienza una lucha por vivir.

Producto de un milagro

El niño que es producto de un milagro, como lo narra su madre, comienza milagrosamente a respirar sin ayuda técnica, algo que sorprende considerablemente al cuerpo médico, porque ellos ya habían diagnosticado clinicamente la muerte de Lihan David.

Dios, es milagroso… mi hijo me demostró sus ganas de vivir, todos en el hospital estaban admirados al ver al niño respirando por su cuenta. La mano del Todopoderoso estaba allí. Ante este milagro, los doctores deciden suministrarle un alimento que ayudaría al bebe a recobrar peso y masa muscular, pero se mi hizo imposible comprarlo, por su alto costo. Entonces decidí darle leche materna, a través de una inyectadora 2 cc cada tres horas. Ya que mi hijo no tenía la capacidad de succionar mi pezón.

Después de tantos tratamientos y a la perseverancia de Yuderkis Chirino, Lihan David Chirino, logra alcanzar un peso de un kilo con quinientos gramos ( 1/500grs), el niño empezaba a evolucionar satisfactoriamente, ante la mirada atónita de los médicos, quienes deciden darle de alta.

Lihan David se somete a otra prueba

Es enviado a otro hospital para que fuese evaluado por un experto en oftalmología, ya que los rigurosos tratamientos que le habían aplicado pudiesen haber afectado su visión.

El doctor me envía a al Hospital Santa Ana, para que un oftalmòlogo chequeara a mi hijo, cual fue mi sorpresa al llegar, la doctora de turno me confirmó  que ya no había posibilidad, el niño quedaría ciego, por no ser tratado a tiempo, ya la membrana había invadido la retina y era imposible salvarele la visión. De igual modo, acceden con el tratamiento visual. La doctora me dice que regrese en 15 días, para ver los resultados… al cumplirse el tiempo, llegue donde la especialista, cuando ella examina a Lihan, exclamo, ¡este es un milagro, el niño esta totalmente sano! Yo, comencé a llorar y a dar gracias a  mi Dios, mi pulgarcito ha ganado la batalla”.

 

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