Cartagena, como cualquier urbe turística en el mundo, sigue un manual de normas para atraer a sus visitantes internacionales y nacionales pero en ese paseo solo se muestran los lugares más atractivos y cautivadores, dejando atrás la parte oscura de la ciudad, donde conviven seres humanos marginados y olvidados, que por no contar con los recursos necesarios se encuentran en condiciones de precariedad, es decir en la total pobreza extrema. ¿Será que la gente pobre de este lado del mundo, no tienen quien le escriba? haciendo alusión a la obra del celebre escritor colombiano, Gabriel Garcia Marqués, El Coronel no tiene quien le escriba.
Muchos cartageneros, de bajos recursos y asentados en las perimetrias de la heroica, solo ven pasar los días con resentimientos, con dudas, con dolor y rabia, porque sienten que el gobierno no los toma en cuenta para nada, esta anomalía, los convierte rápidamente en presas fáciles de aquellos politiqueros de oficios, sujetos que únicamente llegan a esos lugares en épocas electorales porque sencillamente ven un potencial entre esas personas para conseguir el voto elector. ¡Ojala! algún día sucediera el milagro y ese dinero que se malgastan en avisos y cuñas publicitarias tuviesen un mejor destino.
El filosofo y premio nobel Bertrand Russell, dijo alguna vez “el poder es el conjunto de los medios que permite conseguir los efectos deseados”.
Por el contrario, el gobernante politequero aspira y ejerce el poder para enriquecerse a cambio de la pobreza de los más necesitados.
Esa realidad social, se vive en todas las esferas dentro del corralito de piedra, por otro lado, se puede observar la presencia de un auge económico que respira la amurallada, donde unos recursos que se obtienen a través de las actividades turísticas, portuaria y la industria, al parecer no cumple su verdadera responsabilidad social, porque parte de ese dinero bien administrado y distribuido correctamente podría servir para mermar la critica situación de nuestros compatriotas.
¿Por qué hay tanta gente viviendo en pobreza extrema en Cartagena? ¿A dónde van a parar esos recursos, quien los administra?
Según, el Departamento Nacional de Planeación (Dane), el 29.9% de los cartageneros vive en condiciones de pobreza y el 5.5% se encuentra sucumbido en la pobreza extrema, situación que se presta para que los indices de inseguridad aumente de manera progresiva en esos sectores, donde la ¡piedad hace rato que se fue de viaje y la compasión ya no aparece!
Desde esta trinchera queremos enviar un mensaje de reflexión, por ejemplo: la heroica cuenta con una variedad de monumentos históricos, los cuales generan divisas por concepto de turismo, como el Castillo San Felipe, el Palacio de la Inquisición, Museo del Oro Zenú, Teatro Heredia; a parte de las bellezas de sus islas, que se han convertido en un gran escenario turístico, para propios y visitantes. Gran parte de esas partidas deberían reposar en cada hogar humilde de esta ciudad y no a las cuentas bancarias de los políticos.
Hablan los desposeídos
El equipo periodístico de Voxpopuli, se acercó a la barriada de Nelsón Mandela, una comunidad ubicada suroeste de la ciudad de Cartagena, donde habitan alrededor de 42.000 habitantes, para verificar el estado de convivencia en ese sector. Al visitar esas barriadas humildes, muchas veces lanzamos juicios de valores, apresuradamente pero al conversar con algunas personas nos damos cuenta el gran dominio que poseen sobre temas de índole social y político. Durante el recorrido se pudo contactar al ciudadano Pedro Rico quien relató como se pasan los días y las noches en esa zona, con sueños que nunca se materializan.
“En mi opinión personal, considero que la pobreza extrema que se vive en mi ciudad, radica por alta tasa de desigualdad social que nos abriga, sumándose a ello el disparate gubernamental que hemos soportado por muchos años, los políticos solo han venido saqueando a Cartagena, porque la han visto únicamente como una minita de oro. Dejando en pleno olvido a seres humanos que por distintas circunstancias les ha tocado vivir sumergidos en la miseria. Por otra parte, la falta de una verdadera educación, cultura y valores, contribuyen al deterioro de cualquier sociedad. Un individuo sin preparación académica es presa fácil de caer en las garras de la delincuencia, sin importar el estrato donde pertenezca. Yo, he percibido también que la pobreza es mental, ya a los jóvenes les cuesta soñar, viven conformes con el día a día , no luchan, viven solamente por vivir, ¡eso es grave!.” afirmó Rico.
Migración venezolana
Otro fenómeno que se une a este drama social, es la llegada de migrantes venezolanos, ciudadanos que están buscando un mejor modo de vida, en estas tierras caribeñas.
En Cartagena se encuentra censadas un aproximado de 18 mil personas, distribuidos en distintos barrios humildes, en espera de soluciones y garantías. Colombia, no ha sido un país receptor de migrantes por tal motivo, ese fenómeno se presenta como un problema critico, así lo han reseñado algunos expertos e investigadores.
“Colombia está en el deber de recibir a todas aquellas personas que vienen al país en busca de ayuda, acogiéndose a todas normativas internacionales que tienen que ver con el reconocimiento a los estatutos de migrantes y refugiados en el mundo, cumpliendo con la responsabilidad social, política y económica que supone este nuevo fenómeno.” lo dijo Silvia Mantilla, profesora del departamento de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional.
Mantilla, agrega que al ciudadano común se le debe instruir sobre este tema, para que no existen esos choque entre culturas, explicarles el porque del éxodo, inculcándoles una mayor conciencia social, para que no sienten “amenazados por el contrario que surja el mejor clima en beneficio de todos, que nos permita crear una red colaborativa y para que no toda carga recaiga sobre las instituciones del Estado”.
En este sentido, La comunidad internacional, cumpliendo con su cuota de responsabilidad, ha enviado una serie de recursos al país, destinado a las soluciones de estadía, salud, alimentación, empleos, entre otras necesidades, inherentes a los vecinos de la hermana nación. Solo se espera que los mismos, estén siendo distribuidos correctamente.