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Iglesia afectada por el temblor.  © Foto: El Tiempo

En la mañana del domingo 8 de junio, un fuerte sismo de magnitud 6,5 sacudió el centro de Colombia, con epicentro en el municipio de Paratebueno, en el departamento de Cundinamarca. El movimiento tectónico ocurrió a las 8:08 a.m. hora local y se sintió con intensidad en varias regiones del país, desde Bogotá hasta zonas rurales de Meta y Caldas. Este temblor despertó a miles de personas, generó evacuaciones masivas y causó daños en viviendas e infraestructura, dejando más de una decenas de personas lesionadas.

El suceso tan repentino, su magnitud y sus consecuencias nos invitan a reflexionar no solo sobre los daños materiales, sino también sobre la preparación de la comunidad para atender estas emergencias.

La geología de Colombia y los frecuentes sismos en el país

Colombia se encuentra en una posición geográfica única y compleja desde el punto de vista geológico. El país está ubicado en el llamado Cinturón de Fuego del Pacífico, una extensa zona que rodea el Océano Pacífico y concentra cerca del 80% de la actividad sísmica mundial. Esta región es famosa por sus numerosos volcanes activos y la alta frecuencia de movimientos subterráneos, que resultan de la dinámica interacción entre placas tectónicas.

En el caso colombiano, las principales placas que interactúan son la placa de Nazca, que se hunde bajo la placa Sudamericana, y la placa Caribe, que también choca y se desplaza respecto a la Sudamericana. Estos movimientos generan grandes tensiones en la corteza terrestre, provocando la acumulación de energía que, al liberarse, produce sismos y actividad volcánica. Por eso, Colombia registra alrededor de 2,500 sismos mensuales, muchos imperceptibles, pero algunos con gran magnitud, como el registrado recientemente en Paratebueno.

Esta constante actividad tiene un impacto directo en el desarrollo urbano y rural. En zonas con alta sismicidad, como Cundinamarca y Meta, las infraestructuras deben diseñarse y construirse considerando criterios de resistencia sísmica. Sin embargo, en muchas localidades rurales o con construcciones antiguas, los daños pueden ser mayores debido a la falta de adecuaciones o recursos para fortalecer las edificaciones.

Cómo vivieron el temblor en Colombia

En el epicentro del evento, los residentes narraron momentos de miedo e incertidumbre. Muchos despertaron sobresaltados al sentir el temblor, viéndose obligados a salir rápidamente de sus casas. En Bogotá, varias personas expresaron el miedo que les causó el temblor. Algunos tardaron en recobrar la calma, mientras otros buscaban a sus familiares o a sus mascotas. Una residente contó:

“Fue un susto grande, nervios, porque no estamos preparados para este tipo de situaciones. Genera miedo, sobre todo por la familia.”

Otro habitante narró cómo actuaron en esos primeros momentos:

“Primero agarramos unas llaves y salimos con nuestro hijo y nuestra mascota. Tembló durísimo, fue un sismo fuerte, hacía tiempo no sentíamos uno así.”

Según testimonios recopilados por EL TIEMPO, las primeras afectaciones del sismo se registraron en un colegio y un puente en Medina, Cundinamarca. Un habitante del municipio comentó:

“No hay señal, no nos podemos comunicar. Solo se sabe que se cayó una pared de un callejón y que la iglesia, que estaba en riesgo, no fue afectada.”

Frente a esta emergencia, las autoridades locales y nacionales respondieron rápidamente. La Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) desplazó equipos técnicos especializados para evaluar la infraestructura afectada y coordinar las acciones de ayuda y recuperación. Asimismo, el gobernador de Cundinamarca anunció la preparación de maquinaria para reparar vías rurales y secundarias afectadas por el movimiento telúrico. La coordinación entre organismos de socorro, gobernadores, alcaldes y comunidades fue clave para mitigar los efectos del desastre y brindar apoyo a los afectados.

Réplicas y profundidad: factores clave en el impacto del temblor

El sismo de magnitud 6,5 que sacudió el centro de Colombia el domingo no fue un evento aislado, sino el inicio de una secuencia sísmica que incluyó numerosas réplicas en las horas siguientes. Según el Servicio Geológico Colombiano (SGC), hasta poco antes del mediodía se habían registrado más de 130 réplicas, destacándose al menos dos con magnitudes superiores a 4.0 y varias más por encima de 3.5. Esta actividad refleja la liberación progresiva de energía acumulada en las fallas geológicas cercanas al epicentro.

Otro factor que hizo que este temblor fuera especialmente dañino fue su poca profundidad, apenas entre 10 y 15 kilómetros bajo la superficie. Cuando un sismo ocurre tan cerca, la sacudida llega con más fuerza y puede causar daños más graves, especialmente en construcciones antiguas, como las iglesias y casas que resultaron afectadas en la zona.

Prevención y seguridad sísmica

La experiencia del sismo reciente nos recuerda lo vital que es estar preparados. Para cualquier persona, saber qué hacer antes, durante y después de un temblor puede marcar la diferencia entre protegerse o correr riesgos innecesarios.

Es fundamental tener un plan familiar de emergencia. Esto incluye identificar lugares seguros dentro de la casa —como debajo de mesas resistentes o en marcos de puertas— y tener a mano un kit básico con agua, alimentos no perecederos, linterna, radio, y un botiquín de primeros auxilios. También es importante asegurarse de que las viviendas cumplan con las normas de construcción sismo resistentes, especialmente en zonas vulnerables.

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