Los peces gordos se disputan tres negocios: microtráfico, narcotráfico y extorsión.

Los «peces gordos» no bailan champeta. ¡Ahora cantan! y otros quieren volar y escapar del infierno. Pero no pueden volar, el peso de su carga criminal no los deja. Pues, las amenazas de muerte de los «Salsas Mexicanos» son ciertas. Gran parte de los 81 homicidios que ha tenido Cartagena hasta hoy, es producto de la guerra inter criminal con su archienemigo «Clan del Golfo». Este sábado sangriento es una muestra de esta gran verdad registrada por Voxpopuli Digital.

En tanto que las autoridades policivas desatan una eficaz persecución contra las bandas criminales del país y, particularmente, en Cartagena, en el bajo mundo se desarrolla otra guerra mucho más sangrienta. En lo que va corrido del año han decomisado 7.4 toneladas en el puerto local. Pero las víctimas del sicariato continúan sembrando el terror en extramuros. Son 81 muertos, la mayoría por sicariato.  

Los «peces gordos» no bailan champeta. Foto cortesía Policía Nacional.
Los «peces gordos» no bailan champeta. Foto cortesía Policía Nacional.

Por ejemplo, este sábado 26 de marzo fue la mañana más violenta de los últimos años. Cuatro homicidios en la modalidad de sicariato se produjeron desde la madrugada hasta las 11:30 de la mañana. Se cree que todos los sicariatos de hoy sábado tienen como causa esa guerra inter criminal de los «Salsas Mexicanos» y el «Clan del Golfo».

Líderes sociales

líderes sociales caen en esta guerra de los «peces gordos» que no bailan champeta. Así invitan a los funerales del líder social asesinado hoy en Daniel Lemaitre.
Líderes sociales caen en esta guerra de los «peces gordos» que no bailan champeta. Así invitan a los funerales del líder social asesinado hoy en Daniel Lemaitre.

Varios de los asesinatos por sicariato del día de hoy se le podría atribuir a la estructura de los Salsas Mexicanos por la modalidad y el modus operandi. Esta estructura viene cometiendo una ola de exterminio. El pasado 5 de marzo publicó un panfleto con los alias de 28 personas. Algunas de ellas vinculadas a actividades delincuenciales, como lo mostramos en el artículo Cartel Jalisco declara objetivo militar a chawala publicado el 5 de marzo. 

Pero la pregunta que nos hacemos ahora ¿por qué razón están matando a líderes sociales en esta guerra del narcotráfico y microtráfico? Uno de los asesinados hoy es Frank Ahumada Herrera. Era un líder social del barrio Chino, según lo testifica el dirigente político y comunal Aldo Lora, consultado por VoxPopuli Digital. Señaló que Ahumada Herrera organizaba eventos como campeonatos deportivos y otras actividades sociales. 

De igual forma, el pasado 13 de febrero había sido asesinado otro líder social en el barrio La María, Michael Estiven Pérez Salcedo (conocido como Maicol). Fue uno de los líderes sociales que apoyó a varios políticos de la ciudad. Incluso, fue un fervoroso seguidor del exalcalde Manolo Duque. A Pérez se le conoció como «puya ojo» en el argot político de la ciudad. Es decir, que recibe la dádiva por el listado de su supuesta votación y ella no se refleja el día de las elecciones.

¿Por qué los asesinan?

Frank Ahumada, líder social y comerciante que manejaba cierta facilidad con el dinero, cayó en esta guerra de los peces gordos
Frank Ahumada, líder social y comerciante que manejaba cierta facilidad con el dinero,

Con la industrialización y desarrollo a gran escala del microtráfico, los líderes sociales, especialmente los organizadores de eventos de masas como baile y deportes, se ven sometidos a una encrucijada: o le sirven a la nueva organización o se marchan del barrio. Si no obedecen a las nuevas estructuras delincuenciales, son declarados objetivo militar.

Antes, el microtráfico tenía muchos dueños en la ciudad. En cada barrio funcionaban varias «microempresas» marginales. Estas microempresas de la droga tenían un «pitcher» reconocido por sus clientes y consumidores. Hoy, ya no es así. De acuerdo con los testimonios recogidos en esta investigación, la organización criminal coloca un distribuidor único que reemplaza al anterior «Pitcher». Muchas veces no lo conocen en el barrio, pero es el delincuente colocado por la nueva organización que monopoliza el microtráfico. 

De tal manera, que para garantizar un abastecimiento las 24/7 colocan turnos, como en cualquier empresa comercial o industrial. Esto quiere decir, que en el desarrollo del microtráfico ya nada queda al azar o a la improvisación del vendedor de estupefacientes. Todo responde a un engranaje criminal que va desde la producción, transporte y comercialización al por mayor y detal.

«Los peces gordos» no bailan champeta

Los «peces gordos» no bailan champeta.
Los «peces gordos» no bailan champeta.

De manera que, si antes «el pez gordo» bailaba champeta por sí mismo, hoy ya no puede hacerlo. Tiene que darle cuenta a la estructura criminal dominante. Por ejemplo, si el «Clan del Golfo» cayó en desgracia —como es el caso que está sucediendo en el país— sus estructuras son desmontadas para, a su vez, construir otra que obedece a los designios de la nueva organización criminal.

En este proceso de transición ocurre un fenómeno digno de ser estudiado con mayor detenimiento por parte del Estado o de instituciones dedicadas al conocimiento del crimen. Cuanto más golpes las autoridades estatales le asestan a las organizaciones criminales, más se desarrollan las guerras internas de las estructuras criminales. Cuánto más decomisan cargamentos de droga, más crece la modalidad del sicariato a mediano plazo. Es lo que está sucediendo en algunas regiones del país, especialmente en la Costa Caribe.

Por ejemplo, cuando cayó el supuesto máximo jefe del «Clan del Golfo», «alias Otoniel», seguidamente cayeron otros jefes. Cayó en Llanogrande «alias Andrea» (Juan José Valencia Zuluaga), quien dominaba en Cartagena. «Los peces gordos» caen como si fuera un castillo de naipes que se estuviera desmoronando. A mediano plazo de estas caídas, en las zonas de su dominio, se produce un reacomodo de las estructuras criminales y con ello se incrementa el sicariato. 

Un sábado sangriento

Se cree que por lo menos 3 de los 4 homicidios de hoy responden a la guerra entre las bandas criminales. Las víctimas no solo son «peces gordos». Allí se cuentan transportistas, bodegueros, caleteros, minoristas y hasta informantes. En la vida cotidiana —a ojos de todo el mundo— un miembro de estas bandas se desempeña desde comerciante hasta de mototrabajador.  Otros carecen de profesión y oficio definido.

En el caso de Luis Alfonso Guerrero López, nacido en El Copey, Cesar, se desempeñaba como mototrabajador, puesto que había quedado sin trabajo. En la mañana de hoy, según las autoridades, fue asesinado con una pistola con silenciador. Este crimen podría desatar otros en los próximos días.

Ola sicarial

La ola sicarial se inició dos días después de que dimos a conocer las amenazas contra los peces gordos. Una prueba fehaciente de que estos hechos criminales no son aislados, es el caso de un simple mototrabajador en El Pozón llamado Richard Montalvo, asesinado el 7 de marzo, dos días después de que denunciamos la aparición del panfleto atribuido a los «Salsas Mexicanos». Los sicarios irrumpieron en su casa y acabaron con su vida. No les importó que estaba con su familia. Como respuesta a ese crimen, tres días más tarde se produjo el asesinato de Daniel Viloria en sector El Zapatero del Bosque. Llama mucho la atención el cartel que dejaron sus asesinos:

«Así le va a pasar al combo de Pati Pati y de José Abogado. Auténticas A.G.C. (Autodefensas Gaitanistas de Colombia o Clan del Golfo)».

Como se sabe, «Pati Pati» y »José Abogado» son dos reconocidos miembros del crimen organizado en Cartagena, según la misma policía. Este hecho lo reseñamos en ese informe del 5 de marzo.

Otro de los homicidios fue contra Arbelio González Córdoba el  11 de marzo. La víctima recibió varios disparos en la cabeza y la espalda en hechos acaecidos en Fredonia.  

Las capturas de los «peces gordos»

Pero marzo no solo es tan sangriento como febrero. En este mes la Policía Nacional han asestado fuertes golpes al narcotráfico y sus bandas criminales. Por lo menos 7.4 toneladas de cocaína tipo exportación han sido decomisada en lo que va corrido el año. 

Según la policía, 24 capturas se dieron en este mes contra el crimen organizado. De esas capturas, 10 son extraditables pertenecientes a las estructuras que lideraba alias «Otoniel» en la Costa Caribe y el Magdalena Medio. El comandante de la Policía Nacional, general Jorge Luis vargas Valencia, señaló: 

«Alias ‘Simanca’, sucesor de ‘Falcon’ en la nómina de Dairo Antonio Úsuga, hizo parte del Bloque Héroes de los Montes de María de las AUC, fue líder de la Bacrim “Los Paisas” y luego pasó al Clan del Golfo, teniendo a su mando unos 250 delincuentes».

Comunicado de la Policía Nacional

Una parte de «los peces gordos» capturados están en trance de ser extraditados. Los requerimientos de la justicia extranjera están siendo estudiadas por la autoridad correspondiente. Muchos de estos capturados son requeridos por cortes de Nueva York y el sur de La Florida.

Simancas, «un pez gordo»

Alias Simancas, listo para ser extraditado. Un pez gordo que no pudo volar.
Alias Simancas, listo para ser extraditado. Un pez gordo que no pudo volar. ¡Literal!

Debemos destacar algo curioso. Luego de que el 16 de marzo las autoridades le dieron certeros golpes a la mafia del narcotráfico con la captura del sucesor de «Andrea» o «Falcon», se presenta esta ola de sicariato en Cartagena y en las zonas donde domina esa organización criminal. Recordemos que en desarrollo de una operación ejecutada por la Dirección de Investigación Criminal (DIJIN) con apoyo de la Agencia Antidrogas de los Estados Unidos (DEA) en Bogotá, Barranquilla, Cartagena, Santa Marta, Cali y el archipiélago de San Andrés, cayeron «los peces gordos» del «Clan del Golfo».  También uno de los outsourcing de esa organización. 

«Sobresale en el grupo de capturados el nombre de Alexander Simanca Cabrera, alias ‘Simanca’ o ‘Don José’, cabecilla de narcotráfico del Clan del Golfo en la Costa Caribe y el Magdalena Medio, quien fue encargado por Dairo Antonio Úsuga ‘Otoniel’ y Juan José Valencia Zuluaga ‘Falcon’ como sucesor de este último, tras su captura en mayo del año pasado por parte de la Policía Nacional».

Comunicado de la Policía Nacional

De manera que la Policía tiene la información de que una subestructura de ‘los Robledo’ se autodenomina ‘los Salsas’ y delinque principalmente en Cali. Recordemos que dos de los integrantes de ese grupo fueron capturados este año con Mini Uzi en el corregimiento de La Boquilla.

Un homicidio que desató otros

El homicidio de Wilson Rafael Púa Narváez, en la noche del 15 de diciembre 2021. La guerra de los peces gordos.
El homicidio de Wilson Rafael Púa Narváez, en la noche del 15 de diciembre 2021. La guerra de los peces gordos.

El homicidio de Wilson Rafael Púa Narváez, en la noche del 15 de diciembre 2021, en el barrio Olaya Herrera, sector La Puntilla, desató otros homicidios. Las investigaciones indican que Púa Narváez tenía siete anotaciones judiciales por seis delitos: lesiones culposas (2011), hurto calificado y agravado (2013), tráfico, fabricación o porte de armas de fuego (2014), concierto para delinquir (2017), fuga de presos (2019 y 2020) y concierto para delinquir (2020). La Policía también indica que la víctima perteneció a «los Cobras». 

Según algunas informaciones oficiales, investigadores de la Sijín y de la Sipol, de la Policía Metropolitana, conocieron de la presencia en Cartagena de la estructura de  «los Robledo» que se autodenomina «los Salsas». Ese sicariato contra Púa Narváez marcó el inicio de una ola de asesinatos que, hasta ahora, lleva más de 50 muertos de ambos bandos.

Al tiempo que eso sucede, la policía ha desarrollado una serie de operativos donde cayeron en una sola redada, supuestamente, 24 delincuentes de alto turmequé de los bandos que están en guerra. Pero especialmente del «Clan del Golfo». En el día de hoy la MECAR capturó a alias “El Niño”, solicitado por un juzgado penal anti-bandas criminales del departamento de La Guajira. Los delitos por los cuales los juzgan: Homicidio Agravado, Extorsión, Concierto para delinquir y porte ilegal de armas. 

En efecto, los «peces gordos» no bailan champeta, cantan. Ahora quieren volar y escapar del infierno. Pero sabemos que los «peces gordos» no vuelan. ¡Nunca han volado! Mueren o son atrapados por la policía. Muchos son extraditados. Y cuando regresan, son asesinados. No tienen escapatoria. Sus vidas son efímeras como el poder que logran obtener. En definitiva, los «peces gordos» no vuelan ni bailan champeta, porque están atrapados en la pecera de la autodestrucción.

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