Son dos escollos fundamentales que debe sortear nuestra selección Colombia de fútbol para seguir con vida y clasificar en el Mundial de Catar a través del repechaje. El primero depende de su propio esfuerzo, y es ganarle a Venezuela como visitante este martes 1 de abril a las 6:30 de la tarde en Puerto Ordaz. El segundo depende de que la selección de Paraguay gane o empate con su similar de Perú en Lima.
Por esa razón no todo está perdido, tiene la esperanza de ir al repechaje, y luego al Mundial de Catar. Lo que tiene que hacer es ganarle a la vinotinto. Entregar todo por lograr ese objetivo. La selección Colombia tiene de dónde sacar esa energía para obtener la victoria. La ilusión de Catar continúa. Reynaldo Rueda, el director técnico, lo siente.
La ilusión de Catar continúa
Selección Colombia por el sueño
El primer escollo no es fácil. Las estadísticas confirman que es una tarea quijotesca. Desde 1998, cuando las selecciones se comenzaron a eliminar en un juego de todos contra todos, la selección de fútbol de Colombia ha jugado 6 partidos en Venezuela. De estos, ganó uno y empató tres.
En el estadio Cachamay de Puerto Ordaz, Colombia ha jugado dos eliminatorias. En ambos encuentros perdió. En 2009, con miras al Mundial de Sudáfrica, cayó 2-0. En 2013, eliminatorias a Brasil, volvió a perder 1-0.
Un líder que inspira
Independientemente de las estadísticas, los juegos son únicos. La selección Colombia tiene un excelente equipo compuesto por grandes jugadores que realizan maravillas en sus respectivos clubes. Aunque No va a estar Cuadrado por acumulación de tarjetas ante la selección de Bolivia, queda un equipo incólume. Recordemos que los colombianos tenemos un líder costeño que está inspirado: Luis Diaz. Lo mejor que le puede suceder a una selección es que tenga un líder que inspire y contagie de esa energía positiva a sus compañeros de faena. Su asociación con James Rodríguez marcará la diferencia.
El haberle ganado a Bolivia en el estadio metropolitano alimenta esa esperanza en unos jugadores que padecían el síndrome de la abstinencia de goles. La ansiedad los carcomía en cada partido que finalizaba sin goles. Esto quiere decir que nuestra selección debe plantearse un plan de ataque en los primeros 15 minutos y romper la red de su archienemigo. Si consigue hacerlo, puede jugar el resto del partido muy relajado. Hacer lo que sabe hacer, mover la pelota y desarrollar ataques repentinos para sorprender a la defensa contraria.