Gustavo Petro (¿el presidente infiel?) siempre anda buscando jolón como si la carga que tiene no le fuera suficiente. El video que el gobierno deliberadamente pudo hacer, no es cosa menor. Este, como los anteriores, maneja el arte del engaño y el diseño de cortinas de humos para tapar los grandes actos de corrupción. Su fin es manipular a las masas y a los creadores de opinión con un discurso incendiario y acciones audaces para hacer como la gata de mi casa: tapar de arena su propio excremento.
Lo peor de la conducta del mandatario, además de su falta de gestión, demuestra que hizo un tránsito del progresismo (discurso) al regresismo, que es su verdadera praxis gubernamental, tal como lo explicamos en el seriado ¿Entre el progresismo y el regresismo?.
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«Prensa Mossad»
El ataque frontal del mandatario contra los medios de comunicación, como respuesta al caso de Laura Sarabia y de su esposa Verónica Alcocer, es ambivalente. Mientras es complaciente con El Tiempo (Luis Carlos Sarmiento, el zar de Asofondos), con la revista Semana (Grupo Gilinski) es brutalmente hostil. Hasta el punto de calificarla como prensa Mossad. Se refiere al Instituto de Inteligencia y Operaciones Especiales de Israel.
Desde VoxPopuli Digital, medio digital libre, preguntamos al gobierno y la Fiscalía: ¿Tiene el presidente Petro información privilegiada de que algunos medios de comunicación estén al servicio del Mossad o subsidiados por la CIA? ¿Acaso en su gobierno existen «fontaneros», cuyo papel es evitar las filtraciones de los secretos palacinos como lo tuvo el renunciado presidente de los Estados Unidos Richard Nixon, agobiado por los escándalos? ¿Quiénes son los «fontaneros» del gobierno? ¿Qué tan ciertas son las acusaciones de chuzadas contra este gobierno? ¿Existe una interconexión entre la acusación de prensa Mossad y las chuzadas?
Empero, Gustavo Petro no presenta prueba alguna sobre esa grave acusación contra la prensa. ¿Por qué? Porque si es verdad, es un daño irreparable no solo al periodismo sino a la misma democracia, ya que convierte a los medios de comunicación en agentes de la inteligencia para falsear la realidad. Tampoco presenta alguna denuncia penal contra los medios de comunicación que califica de Mossad. ¿Quién debe investigar la supuesta prensa Mossad: la inteligencia política del gobierno o la inteligencia de la Fiscalía?
La mediocridad
Pero, la Gran Prensa es influenciable por su mediocridad que la hace vulnerable y manipulable. De hecho, sobre ella tiene una fuerte incidencia la lógica dominante en las redes sociales de internet. Tenemos una prensa que no construye una agenda informativa libre al servicio de la sociedad sino de los grupos de poder y del gobierno.
El caso particular de Semana, está ocupando el papel del periodismo militante que hizo famosa a la Revista Alternativa frente a los gobiernos de Alfonso López y Julio César Turbay Ayala, época en la cual el M-19 se disparó en la retina de los colombianos por su actuación audaz. Esa revista lideró la oposición ideológica de esos gobiernos.
¿«Video espontáneo» del presidente infiel?
Sin duda, la falta de rigor del periodismo dominante es tal que cualquier cosa que venga de las altas esferas la convierte en noticia no verificable. Tal es el caso del «video espontáneo» que muestra el performance de un «Petro» (actor) agarrado de la mano de una aparente chica trans (actriz) en un paseo romántico por el centro histórico de ciudad de Panamá. Despertó el morbo. El tabú. Los bajos instintos de quienes manejan las redes sociales de internet y de ese periodismo superficial.
Sin embargo, el mentado video fue lanzado como cortina de humo en la tarde del 30 de junio e inmediatamente se hizo viral. Pero, al mismo tiempo, era una forma de congraciarse con la influyente población LGTBI que tiene mucha incidencia en este gobierno. Muchos de sus altos dignatarios (hombres y mujeres) tienen inclinaciones no heterosexual, por lo que celebrarían el Día del Orgullo Gay con esa puesta en escena.
Ese día, la Casa de Nariño celebró alborozadamente el Día del Orgullo Gay. Pero, su objetivo secreto o subyacente, fue, probablemente, controlar la explosión de la bomba atómica activada desde un chat de wasap sobre la corrupción del círculo de poder que gira alrededor de Verónica Alcocer y de la familia presidencial.
La audacia del engaño
Una semana antes del mentado video, Verónica Alcocer, la casada fiel, estaba en la sartén derritiéndose, hasta el punto de adelantarse con una denuncia ante la ineficaz Fiscalía. ¿Un presidente infiel con una transgenero? Seguramente concitó la solidaridad de las colombianas con la «pobrecita» esposa víctima de la infidelidad de su marido, ¡que es el presidente!
¿Ese performance fue copiado del que fue usado para lanzamiento de la producción musical La Frunita de Poncho Zuleta? Allí se fingió un amorío de Poncho con una joven que hizo vibrar las redes sociales de internet en aquel momento. Un performance que tenía doble propósito: borrar una fama de depredador sexual y, al mismo tiempo, promover su última producción.
Francamente, ese movimiento audaz de presentar al supuesto presidente agarrado de la mano en un paseo romántico con una mujer trans, hizo olvidar a los medios de comunicación y a las redes sociales del escándalo que se viene con la familia Alcocer. Ni siquiera los anuncios del reajuste ministerial redujo el impacto que causó el video.
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Escándalo tras escándalo
¿Pudo ese video borrar los escándalos de este gobierno? Los escándalos no le sobran, porque esa es su naturaleza y así consiguió el poder que tiene y millones de seguiditas y miles de fanáticos. No pasa un día sin conocerse otro hecho escandaloso ante los sentidos de gobernados y opositores. Muchas de las declaraciones de Petro son diseñadas para esconder su verdadera debilidad: la falta de gestión. Son elaboradas, probablemente, desde el corazón mismo del gobierno donde hay expertos en el arte del engaño, una vieja tradición de su vida conspirativa en el M-19.
De esta manera, el video es una cortina de humo para tapar un verdadero escándalo que tiene como centro a Verónica Alcocer, quien hoy aparece como la víctima. ¿Podrá tapar las fallas del presidente Petro?
En efecto, cuatro días después, el video sigue disparado en las redes sociales de internet alimentada por la supuesta infidelidad del presidente con una transgénero, que no es lo mismo. Una transgénero que, según dice ella, tiene su miembro viril para complacer doblemente a su compañero hetero o el que patea con los dos pies. Esa supuesta cita no tan furtiva en Panamá con una chica exuberante paseando de mano el centro histórico de la capital como un despistado turista, fue genial.
El performance es coherente con la posición progresista de Petro (otros dirán, liberal) en las relaciones maritales. Pero, no así en sus ejecuciones como jefe de Estado. En este caso, de «Progre» revistió su discurso. En tanto su actuación, hasta ahora, es totalmente regresiva que desarticula la pretensión de un Estado de Bienestar como lo expusimos en el análisis exclusivo para los suscriptores de nuestro canal de Youtube.
«Una canita al aire»
La pareja puede «tirar una canita al aire» y no pasa nada. Esto se llama progresismo en las relaciones maritales. Es una vacuna para que los días de gloria de la vida en pareja no caiga en la monotonía, dicen algunos. «Felices los cuatro», dicen otros. ¿Tenemos el derecho de internarnos en el ámbito íntimo de un presidente infiel? En una sociedad conservadurista, la infidelidad marital es un pecado capital. En tanto la conducta sexual es tabú, porque sigue siendo pecado cuando un sujeto se sale de los cánones calificados de normales.
Quizás esa puesta en escena fue para escandalizar a una sociedad pacata e hipócrita que no admite las diferencias mentales en la construcción social de los géneros. Esta bulliciosa celebración del orgullo gay de la Casa de Nariño fue audaz. Por segundo año consecutivo, la Casa de Nariño iluminó la fachada de la Plaza de Armas con los colores de la diversidad, al término de la jornada del Día Nacional del Orgullo Gay. Día que fue instrumentalizado por el gobierno para lavar sus escándalos y la baja popularidad (32%) de su presidente.
La estrategia de marketing digital fue exitosa para Gustavo Petro, quien vive y gusta de los escándalos. Por ahora. Pero la estrategia del presidente infiel se puede convertir en un bumerang. Para explicar esa premisa de una manera coloquial, a la manera de los campesinos de la sabana de Bolívar, Sucre y Córdoba: «Petro no puede con la angarilla, y está buscando jolones».