La selección Colombia de fútbol derrotó a la de Brasil (2-1) con goles de Lucho Díaz. Dos goles de antología. Dos lindos cabezazos resultados de sendas jugadas colectivas con pase gol de James Rodríguez, quien siempre buscaba la cabeza de su compañero de equipo. ¿Este resultado se calificaría como una bofetada al ELN por su conducta de crimen de lesa humanidad al secuestrar a su padre Manuel Mane Díaz? De cualquier modo, fueron dos goles que estremecieron al país y expresa la libertad y el amor hacia un padre que sufrió un delito antihumano como el secuestro.
Mientra Lucho consumaba cada gol, su padre Luis Manuel Díaz Jiménez lo vivía emotivamente. Cada gol era una lagrima al aire. Un bálsamo no solo para él sino para todo el país. No es para menos. La nación sufrió cada día de los 13 días de secuestro en las montañas de la Serranía del Perijá por parte del ELN.
Sin embargo, el partido es igualmente de ingrata recordación para el presidente Gustavo Petro. Sin estar presente en el estadio donde otras veces lo ovacionaban, en el anochecer del jueves la protesta contra él casi fue generalizada. Convirtieron El Metropolitano en un escenario de protesta política contra el presidente Gustavo Petro. Recuerden, estaban en la “Casa Char”. Esto es grave, ya que combinar lo político con lo deportivo es un fenómeno explosivo. Pero fue su hija Antonella Petro, 15 años, que sirvió de pararrayo para la protesta popular.
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Antonella Petro no vio los goles
Esta vez, la atmósfera estaba cargada. No solamente por la la expectativa de lo que podía hacer Lucho Díaz. ¿Repetirá lo que hizo con su club Liverpool? ¿Será el salvador del partido? También, la pesadez del clima no era por el abrumador calor sino también porque un grupo de personas había regado la versión de que el presidente Gustavo Petro estaba en el estadio. Por esta razón, se escuchó un coro:
«¡Fuera Petro! ¡Fuera Petro! ¡Fuera Petro!»
Ante ese hecho, Antonella Petro Alcocer, quien se encontraba en compañía de varias personas, no aguantó la presión y la protesta de los aficionados de El Metropolitano, un lugar donde Gustavo Petro gozaba una altísima aceptación en los mejores tiempos de su control político dentro del congreso de la República. Aceptación que se viene disminuyendo progresivamente, luego de los resultados electorales del pasado 29 de octubre 2023. La dirección nacional del Pacto Histórico se abstuvo de presentar candidatos propios para el Atlántico y la alcaldía de Barranquilla confiando en las promesas de la “Casa Char”.
Frente a un trino del periódico El Colombiano que hablaba de su presencia en el estadio, trino que fue borrado, Gustavo Petro dijo lo siguiente:
¿Cómo este periódico (El Colombiano) puede afirmar que yo estaba en el estadio? Toda la prensa de Colombia sabe que estoy en la reunión de la APEC en EEUU. Los “valientes” se enfrentaron fue con mi hija que es una menor de edad amante del fútbol. Sabemos que eso no lo hizo el pueblo barranquillero que me ha acompañado mayoritariamente en todas mis luchas.
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Goles de Lucho Díaz
Los goles de Lucho Díaz materializaron su inspiración en una noche idílica del estadio Metropolitano Roberto “el Flaco” Meléndez. Concretó los pases maestros de James Rodríguez con certeros cabezazos que hicieron gritar de delirio a más de 60 mil aficionados. Sin duda, Los goles de Lucho Díaz quedarán enmarcados para la historia del fútbol colombiano.
Pero también, desde el punto de vista político, el partido será de ingrata recordación para el presidente Gustavo Petro donde se pudo escuchar ese coro que no fue el celestial reservado para los árbitros sino el coro dirigido a políticos que la gente ya no quiere. Pero se equivocaron, el coro debió dirigirse contra el ELN y no contra el mandatario nacional. La selección Colombia pasa al tercer lugar desplazando a Brasil, pero el país se está convirtiendo en una caldera que en cualquier momento explota nuevamente. ¿Estos partidos serán batallas deportivas en la cancha y guerra fuera de ellas? Por lo menos los goles de Lucho Díaz seguirán siendo un bálsamo para la dura situación que vive Colombia.