El secuestro de “Mane” Diaz padre de «Lucho» Díaz, el pasado 28 de octubre, un día antes de las elecciones, y su no liberación, es un auto saboteo y un suicidio político del Eln. Al mismo tiempo, es una puñalada trapera a la Paz Total. Este secuestro, que la misma guerrilla reconoce que lo hizo por razones financieras, a esta altura del diálogo del proceso de paz con el presidente Gustavo Petro, es un auto pistoletazo que trasciende el error políticio.
El acto criminal pluriofensivo, que es el secuestro, no fue una invención de la extrema derecha para sabotear el proceso de la Paz Total del actual gobierno. Por el contrario, el Frente de Guerra Norte se auto atribuyó este hecho mediante comunicado fechado el 2 de noviembre de 2023. El mismo Otty Patiño, vocero del gobierno para el diálogo con el Eln, emplazó a dicho movimiento armado para que liberara inmediatamente a la víctima. Pero ya transcurrieron 24 horas desde que el Comando Central del ELN-Coce dio la orden de liberación y “Mane” Díaz sigue en poder de sus secuestradores. ¿Qué sucede en el interior de esa guerrilla?
Si hubiese sido un error, desde hace rato “Mane” Diaz hubiese estado en su casa de Barrancas. ¿Por qué este comportamiento contradictorio del ELN?
ANÁLISIS DEL AUTOSABOTEO Y SUICIDIO POLÍTICO DEL ELN
Líderes del Eln sin autoridad moral
Esta conducta inmoral, vuelve añicos cualquier pacto de paz. Destruye la poca confianza que la sociedad colombiana le brindaba al Eln. ¿Por qué? Su conducta es una afrenta a la humanidad, tanto como que “Mane” representa el buen hombre que pudo sacar adelante a su hijo Luis, el gran futbolista de Liverpool, de las garras de la pobreza, del vicio y del hampa que ronda a una región como Barrancas y toda La Guajira.
La víctima es un hombre noble, sencillo y bueno. Antes de ser secuestrado junto a su amada esposa y madre de Luis, fue en busca de un amigo vendedor ambulante para comerse un pedazo de patilla. Los verdugos del ELN, le seguían sus pasos para secuestrarlo por orden del frente guerrillero adscrito al Frente de Guerra Norte.
El secuestro no solo es un error político. No. Es una catástrofe política para la paz que llevó al mismo presidente condenarla y exigir la inmediata liberación. Le resta valor moral y ético al planteamiento programático y político de la misma organización que dice representar los intereses populares. Al mismo tiempo, elimina la poca credibilidad de su demanda de diálogo participativo.
De hecho, confirma que la transformación prometida en la toma de Simacota en 1965, solo fue una ilusión pequeñoburguesa de su dirigencia política. Estos actos reflejan que su dirección se ha aburguesado y trastocado sus principios éticos, programáticos y políticos por un puñado de dólares para una guerra de liberación nacional anclada al pasado. Una dirigencia, que, por un lado, habla de paz y, por el otro, hace la peor guerra, como cualquier grupo delincuencial que azota al país. Su conducta coincide con la de los lumpenburgueses de derecha con sus bandas de terror.
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La alienación armada
Ninguna transformación social y cultural que libere al humano de la opresión es posible mediante la violencia. No existe un solo ejemplo en la historia de la humanidad que reivindique el uso de la violencia, ni siquiera la revolucionaria o de liberación nacional. Carlos Marx dijo que la violencia es la partera de la historia. Pero no dijo que era la causa de la transformación.
Por el contrario, la teoría marxista propuso que la transformación humana solo es posible si las fuerzas productivas se desarrollan al máximo con la dirección de una clase obrera consciente, que se desaliena y rompe con la hegemonía ideológica dominante, a la manera como lo explica Antonio Gramsci. Es decir, una clase para sí. No sustituida por un puñado de mesiánicos que creen saber para dónde va el pueblo. Más que iluminados, están alienados por la violencia que elevaron en ideología, tal como lo demuestro en mi libro “¿Adiós a la guerra? Cinco claves para la paz” (2016).
Secuestrar y odiar
El secuestro de un hombre bueno como lo es “Mane” Díaz ganó el rechazo masivo de los colombianos y disminuyó la legitimidad del proceso de paz. ¿Por qué unos seres humanos que dicen ser el reflejo de la nueva sociedad son capaces de cometer un crimen multiofensivo contra la humanidad? ¿Cómo entendemos este comportamiento suicida del Eln? Acaso solo es un error, como admite su comandante Antonio García? ¿Cuáles son sus orígenes?
El marxismo explicó ese comportamiento humano basándose en una herramienta epistemológica de Aristóteles cuando habló de amo y esclavo. Y el ejemplo fehaciente de enajenación es el mismo fundador del ELN, Fabio Vásquez Castaño, cuyo delirio de grandeza llegó hasta secuestrar y asesinar a sus mismos compañeros.
Dicho de otra manera, si tú eres capaz de prever lo que haces, eres libre. Tu mente no está alienada o enajenada. ¿La dirigencia del ELN previó las consecuencias del secuestro de “Mane” Díaz? En absoluto. Esta conducta refleja su alienación. Sus dirigentes no aceptan esa conducta, porque la alienación cosifica al ser humano, lo incapacita para pensar libremente y salir de su zona de confort. Se sabotea a sí misma.
Odiar y amar
Si el odio de clase lo extendieron contra hombres buenos que lograron escalar económica y socialmente ¿cómo entender la propuesta de Camilo Torres cuando habló de amor eficaz? ¿La práctica del ELN distorsionó los ideales camilistas y del mismo Manuel Pérez, quien fuera su comandante mayor? Sin duda. Y no se está hablando de sus fundadores, los hermanos Vásquez Castaño, quienes murieron en su delirio mesiánico.
El cofundador, Fabio Vázquez, pereció de viejo, enajenado mentalmente, (2019) en La Habana. En esta ciudad (1963), siendo becado y con el apoyo de Víctor Medina Morón (nacido en La Paz, César), quien fuera secretario de la Juventud Comunista (Juco), crearon la Brigada Pro Liberación José Antonio Galán que, ya en Colombia, se transformó en ELN. Según contó Jaime Arenas a Germán Castro Caicedo para El Tiempo
De esa expulsión nacieron dos movimientos: el Partido Comunista (PC/ML y su brazo Armado el Ejercito Popular de Liberación línea maoista) y el ELN, de inspiración castrista. En esta organización, Fabio era el jefe militar y Medina Morón el responsable político y del trabajo urbano. Debido a que la inteligencia del ejército había descubierto a Medina, éste se fue para el campo junto a Fabio. Y allí comenzaron las contradicciones entre los dos líderes. Finalmente triunfó la fuerza militar de Fabio hasta secuestrar y fusilar a sus compañeros el 22 de marzo de 1968 en la selva de Santander.
Medina Morón, Heliodoro León y Julio César Cortez , tres grandes jóvenes revolucionarios, fueron víctimas de la locura de juventud de Fabio Vásquez. Usó un supuesto Tribunal Popular y un Consejo de Guerra compuesto por tres incondicionales suyos para asesinar el segundo al mando. Nicolás Rodríguez, alias Gabino, quien se retiró del Coce por razones de salud, inició su vida guerrillera a los 14 años, idolatró a Fabio, hasta cuando en 1974 fue juzgado por sus crímenes de guerra. Lo hallaron responsable de sus errores que fueron aprovechados por las tropas del general Álvaro Valencia Tovar para casi exterminar a esa guerrilla en lo que el ejército colombiano denominó Operación Anori.
La génesis de una locura
El ELN nació bajo el influjo de la Revolución Cubana. Es cierto. La realidad, es que Fabio Vásquez le impuso la impronta de locura, de enajenación, que persiste en conductas como la del Frente de Guerra Norte que secuestró a “Mane” Díaz, padre de Lucho Díaz.
Si bien el nacimiento ideológico del ELN viene de la influencia de la revolución castrista, esta se inspiró en los procesos de liberación nacional impulsados por la Unión Soviética en Asia y medio oriente en durante la guerra fría. Este concepto fue presentado por Amadeo Bordiga, Louis Althusser y Régis Debray en las luchas de descolonización, como Argelia y otras colonias francesas. Ernesto Guevara de la Serna, Ché Guevara, expuso estas tesis en su famoso libro Guerra de guerrillas, el manual del ELN, junto con los Fundamentos del leninismo.
El concepto de dictadura del proletariado, terror rojo, estado socialista y otras categorías políticas, fueron invenciones sintetizadas en el manual Fundamentos del leninismo (J. Stalin, 1924) y repetidas a la manera china por Mao Zedong con su Libro Rojo (1965). Stalin, un frustrado sacerdote de la iglesia ortodoxa rusa, promotor y hacedor de “violencia revolucionaria” formado por Lenin, padre de la Revolución Rusa (1917), dijo en ese manual de las escuelas revolucionarias:
El nacimiento del “terror rojo”
Contrario a lo planteado por Marx, Stalin glorificó la violencia política usada por Lenin, fundador de la Checa, la primera policía estatal soviética. Esta organización antecedió a la KGB, expresión máxima de la “dictadura del proletariado” que acabó con la vieja y la nueva generación de revolucionarios marxistas forjados en la lucha del movimiento social antizarista.
De hecho, instauraron una dictadura, no del proletariado (representaba el 5% de la población rusa) sino una dictadura burocrática en la que devino el partido Bolchevique. Fueron más de 6 millones de rusos asesinados y otros millones terminaron en los campos de concentración de Siberia que le denominaron Gulags. Es más, los nazis se inspiraron en esa modalidad de secuestro masivo que también usó las FARC, en menor proporción, en Colombia. El totatalitarismo de derecha (expresado en sus extremos por el fascismo y el nazismo) no tiene nada que envidiarle al totalitarismo de izquierda (estalinismo).
Suicidio político del Eln
El secuestro de Luis Manuel Díaz no solamente es un autosaboteo sino un suicidio político y un ataque al corazón que hace lamer los dedos a Álvaro Uribe Vélez y a toda la derecha colombiana. Pero, la explicación que hasta ahora han dado los dirigentes del ELN es cínica. Son fieles seguidores de la lógica de la guerra iniciada en 1965 con la toma de Simacota. Como si congelaran el tiempo. Auto boicotean los avances en el proceso de materialización de lo que Petro llama Päz Total y retrocedieron 58 años de lucha revolucionaria.
Con esa conducta extorsiva el ELN nacerá muerto a la vida civil. Le sucederá algo similar a las FARC. No importa el discurso de ponerle pueblo a los diálogos de paz. No importa su discurso político. Todo será una ilusión que las locuras y la enajenación política produce en los seres humanos.
Los líderes del ELN son esclavos de este fenómeno analizado por el mismo Carlos Marx. Las transformaciones económicas y políticas que tanto necesita Colombia no pueden ser lideradas por hombres y mujeres enajenados mentalmente. Sean de izquierda o de derecha. El ELN está más cerca de Uribe que de los deportistas pobres de Colombia que practican el fútbol para salir de la pobreza.
Próxima entrega: la justificación de un crimen abominable