
La consulta del Pacto Histórico, realizada este 26 de octubre, marcó un punto de inflexión político para la izquierda. El senador Iván Cepeda Castro emergió como candidato presidencial tras superar los pronósticos más pesimistas, que anticipaban una participación inferior a los dos millones de votantes. Esta cifra, sin embargo, no le alcanzaría a meterse en una eventual segunda vuelta de las elecciones presidenciales.
La jornada movilizó a las bases del progresismo en una coyuntura donde los ataques imperialistas de Donald Trump se manifiestan con mayor rigor contra su líder político, Gustavo Petro. También revivió la apuesta por una democracia interna sólida dentro de una organización que busca consolidarse como el principal referente de la izquierda colombiana.
Las cifras
Hay coyunturas donde las cifras no son esenciales refiriéndose a la personalidad y al proyecto político que encarna cada candidato. Un momento no es igual a otro momento. En este caso, Iván Cepeda promete más de lo mismo que estimularía la polarización política del país. De hecho, si todos los de la consulta votarían por él, su candidatura no tendría buen puerto con miras al 31 de mayo.
Hay evidencia sólida (encuestas, estudios académicos, informes internacionales) que documenta un desencanto relevante con el Gobierno de Petro y un alto nivel de polarización en la sociedad colombiana. Se necesita un candidato que haga una ruptura frente a la continuidad que representa la gama de precandidatos de la derecha o centro izquierda. Y ahora, del candidato de la izquierda ortodoxa. Iván Cepeda.
Los resultados de la consulta dejan en evidencia un reto mayúsculo: con los votos de esta consulta, el Pacto Histórico difícilmente alcanzaría una segunda vuelta presidencial en 2026. ¿Podrá trascender su voto militante y conquistar el centro social desencantado con el gobierno y la polarización que domina el discurso político?
Según el último boletín oficial de la Registraduría Nacional, el senador Iván Cepeda obtuvo 1.504.627 votos (65,15%), imponiéndose ampliamente sobre Carolina Corcho, quien alcanzó 663.639 votos (28,73%). En tanto, Daniel Quintero, pese a su retiro, sumó 141.195 votos. En total, 2.681.702 ciudadanos participaron en la consulta, una cifra que, aunque revitaliza al movimiento, aún está lejos de garantizarle fuerza suficiente en la contienda nacional.
No alcanza

Lo primero, un análisis cuantitativo. Esos 2.681.702 votos de la consulta, si en las elecciones presidenciales del 31 de mayo del 2026 llegan unificados, no alcanzaría para entrar eventualmente a la segunda vuelta. Recordemos que Federico Gutiérrez quedó por fuera con 5.058.010 (23,92 % de los votos) en la primera vuelta. Rodolfo Hernández, quien obtuvo 5.953.209 votos es decir, el 28,15 %, lo eliminó en esa fase.
Desde el punto de vista cualitativo, si bien tiene un cuadro formado para ganar entre las izquierdas, esa ventaja se transforma en una desventaja al momento de ir por los otros votos. Los desencantados con el gobierno y los que están decepcionados con la polarización que domina el espectro político colombiano. Como candidato 100% de izquierda lo hace débil para enamorar a cerca de 10 millones de electores más para ganar, ya sea en primera o segunda vuelta.
Los 2.681.702 votos de la consulta podrían sumar cerca un millón de votos de la otra izquierda (Unitarios) que no participó en la consulta del Pacto Histórico. Es decir, que tampoco alcanzaría el 30% de los votos de las elecciones presidenciales para entrar en la primera vuelta.
La amplia alianza
No obstante, la fórmula para entrar a segunda vuelta de la Casa de Nariño, que podría ser la táctica política de Gustavo Petro y Armando Benedetti, sería una amplia alianza con sectores de derecha, como lo hizo el Pacto Histórico. Esta táctica estaría condenada al fracaso si el candidato interpartidista fuese escogido entre Roy Barreras, Juan Fernando Cristo, Clara López e Iván Cepeda. Todos ellos no trascienden el ámbito petrista, cuya imagen positiva en las encuestas apenas supera el 30%.
En la consulta del Pacto Histórico estaban en la contienda dos candidatos de la izquierda tradicional e incondicional al proyecto político del presidente Gustavo Petro. Iván Cepeda Castro, el triunfador, representa a la izquierda ortodoxa anidada en el Partido Comunista, la Unión Patriótica y en un sector muy importante del Polo Democrático Alternativo.
Por otro lado, Carolina Corcho apoyada por destacados sectores de la Colombia Humana, del Polo y de organizaciones sociales, es una médica psiquiatra, la primera ministra de Salud que tuvo Gustavo Petro. Su desempeño en el cargo, no hizo lo que tenía que hacer, echar andar el aparato de salud del país. Se quedó atrapada en el mero discurso de la reforma de la salud. Quizás este fue el hándicap que tuvo en esta consulta popular que definió una derrota muy amplia. Cepeda le duplicó en votación.
Un perfil de Aureliano
Empecemos por decir que Iván Cepeda tiene una formación y un sistema de creencia propio de esos militantes de la izquierda tradicional que tienen más de 30 años de liderazgo. Ensimismado, estratégico, al estilo de Aureliano Buendía. Usa sus capacidades intelectuales para lograr sus objetivos políticos e ideológicos. Esto lo mostró en el juicio que se le siguió al expresidente Álvaro Uribe Vélez, donde fue su denunciante y contraparte.
Sin embargo, su vida cambió cuando el 9 de agosto de 1994 grupos paramilitares asesinaron a su padre, el senador Manuel Cepeda Vargas, de la Unión Patriótica (UP). Se acercó más a las ideas de su progenitor. Así comenzó una militancia política teniendo como plataforma la lucha por los derechos de las víctimas del conflicto armado colombiano.
Su militancia en el Polo, muy cercano a las políticas de la Unión Patriótica y del Partido Comunista, se destacó cuando lo eligieron a la cámara de representantes (2010) y posteriormente senador de la República desde 2014 hasta ahora.