Yamilito descongeló el tiempo en La Candelaria de Magangué
Yamilito descongeló el tiempo en La Candelaria de Magangué.

El fervor por la Virgen de la Candelaria de Magangué se sintió en este novenario que finalizó anoche. La nota diferente: Yamilito descongeló el tiempo en La Candelaria de Magangué. El gobernador de Bolívar recuperó íntegramente los relojes de la catedral detenidos por más de 40 años. Se detuvieron en 1983. Así, también, se detuvo el desarrollo de nuestra querida ciudad.

El tañido de las campanas sincronizadas con los relojes, no se escuchaba desde hacía 40 años. Recuerdo que cuando oíamos los 12 campanazos del mediodía, saltábamos de alegría y dejábamos de hacer lo que estábamos haciendo en ese momento. Era la hora del almuerzo. Creo que esta sería la razón por la cual mi madre Teresa Moreno era como un reloj suizo al momento de servir la comida del mediodía. Así crecimos, al son del campanario de Nuestra Señora La Candelaria.

40 años sin tiempo en la Candelaria de Magangué

No obstante, hacía 40 años que la población quedó sin tiempo. Sin orientación. “¿Qué hora son?” Era la pregunta recurrente cuando los teléfonos móviles no eran de uso masivo y nos guiábamos por el número de campanazos de las torres de la catedral. No se sabía cuándo eran las 12 o la 1 de la tarde. Esto es muy importante en una ciudad canora como Magangué que, por muchos años, se orientaba por ese sonido que se escuchaba más allá de la albarrada.

Me percaté de la recuperación del sonido de las campanas cuando me dieron las 12 en la fonda ubicada diagonal a la catedral. Allí me disponía a comer junto a mi hijo Camilo y el periodista Raimundo Navas, una posta de bagre frito. Preferimos bagre, porque el plato con bocachico nos costaba $30 mil. La cuenta se hubiese ido larga incluyendo a los escoltas de la UNP. Es una cosa absurda a orillas del río Magdalena donde el bocachico crudo le cuesta $5 mil. El alcalde Pedro Alí debe controlar a las fonderas para que no especulen con los precios.

Ahora, después de ese prolongado tiempo, las manecillas de los relojes de las dos torres quedaron atadas al campanario. Un trabajo sincrónico dirigido por el maestro Oscar Noriega. En el acta de entrega del trabajo al párroco de Nuestra Señora de la Candelaria, Carlos Arias Jiménez, se dice que fue recibido a satisfacción el 19 de enero de 2024.

VEA EL DOCUMENTAL

Este breve documental expresa el gran significado de este acontecimiento en la memoria colectiva de la ciudad.

El milagro del tiempo

El tiempo pasa. Pero en la catedral estaba detenido desde 1983. Y así se detuvo el desarrollo de Magangué. Esto indicaría que el movimiento de los relojes marcarían el progreso de la ciudad. En un tiempo ella brilló por su grandeza en todos los aspectos: económico, cultural, deportivo y religioso. Éramos un pueblo pacífico. No había violencia como la que se registró desde que los relojes de Nuestra Señora de la Candelaria se pararon. Ningún alcalde, ningún gobernador, ningún obispo fue capaz de hacerle mantenimiento a los relojes de la catedral.

Y eso era una mala premonición. El secuestro del alcalde de 1991, Gonzalo Botero Maya, el pueblo lo recibió como un síntoma del castigo que la ciudad recibía por descuidar las cosas de su Patrona.

Lo paradójico, 40 años después, Yamilito Arana Padauí, gobernador de Bolívar, devoto de la virgen morena, es el autor de este verdadero milagro. Así se podría acabar la maldición que vive Magangué. Nunca escuchó el tañer de las campanas sincronizadas a los relojes de las torres. Pero su padre, Yamil Arana Gechem, sí vivió esa fascinante experiencia religiosa. Hoy, el tiempo regresó. Volvió a fluir y a despertar en cada mañana a los madrugadores. A las señoras que barren el frente de sus casas y riegan las matas. Al bultero que desocupa las canoas repletas de pescado o de yuca. Al ciudadano común y corriente.

La eficiencia del gobernador

El tañido templado de esas campanas volvió a sonar. Las torres comenzaron a tomar vida cada segundo, minuto y hora.

Una delas primeras órdenes: recuperar el tiempo.

La Gobernación de Bolívar, en colaboración con el Instituto de Cultura y Turismo (ICULTUR), la Alcaldía de Magangué y la Diócesis local, se unieron en estas festividades para mantener y rescatar las tradiciones religiosas en el municipio.

¡Suenan las campanas! Y el tiempo se descongeló en esta ciudad de los tres ríos gracias a la diligencia particular del gobernador. Ahora la población se engalana con las fiestas de la Virgen de la Candelaria que se iniciaron el pasado 22 de enero con el colorido novenario.

Este año de 2024 los astros se alinearon alrededor de Nuestra Señora La Candelaria. Cinco acontecimientos se alinearon. Uno. Como parlamentario Yamil Arana promocionó y fue autor de lo que los medios llamaron la Ley Yamilito. Dos. La ley 2230 de 2022 elevó estas fiestas a Patrimonio Cultural de la Nación. Tres. Yamil Arana fue elegido gobernador. Cuatro. Está unido al alcalde de Magangué, Pedro Alí. Cinco. El tiempo regresó para Magangué.

¡Suenan las campanas! Un buen augurio para que esta ciudad sea nuevamente grande, como cuando antes de que los relojes de la catedral se detuvieran.

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