¿Que hay detrás del linchamiento político que Timochenko y su mayoría adelantan contra sus viejos camaradas de la Farc? ¿Es una moderna versión de las antiguas Purgas de Moscú (1935) contra los líderes históricos de la Revolución de Octubre? Una cosa es estar en la guerra y otra construir la paz.
Los Movimientos sociales y las Organizaciones de Derechos Humanos, hemos trabajado sin tregua por la construcción de una paz duradera y la esperanza de avanzar en este propósito. Insistimos en la urgencia de la implementación del acuerdo de paz. Si no se logra, podríamos retroceder décadas como sociedad. Lo que sucede al interior de la Farc trasluce un «linchamiento político» como en los viejos tiempos de la guerra.
Es evidente que la lentitud en el avance de la implementación de los acuerdos alcanzados en La Habana, puede afectar notoriamente el proyecto político que hubiera podido desarrollar la guerrilla desmovilizada como fruto del desmonte de la guerra.
Déficit democrático
Las FARC de entonces, en tanto organización armada, se había visto en la necesidad de echar mano de lo mejor de su acumulado autocrítico, en la medida en que esa dimensión del debate —la mirada crítica interna— no es siempre posible al interior de una estructura de mando militar, esto es, vertical.
La Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC) en tanto partido político, que no organización militar, está mostrando una realidad deficiente, en lo tocante al ejercicio autocrítico propio del talante democrático en el que se encuentra inmersa ahora. Son ya inocultables las profundas fisuras internas que minan el proyecto posacuerdo de un actor clave de la resistencia al ordenamiento neoliberal del Estado colombiano.
A juzgar por las cartas que circulan en las redes sociales, continúa la purga al interior del partido. A la voz de Gutiérrez se suman otras que, como la de Benedictino González denuncia que la dirigencia de la FARC está optando por excluir a quienes consideran ser críticos de la línea que trazan las voces oficiales de la Fuerza Alternativa. Aparte del mismo González, han sido expulsadas personas como Andrés París, Fabián Ramírez y Pablo Atrato. Líderes históricos de las Farc.
Linchamiento político
En la observación del linchamiento político y del pensamiento crítico (mucho más a la autocrítica) que afecta ostensiblemente a la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, coincide Julián Cortés. En un artículo publicado (22— 01—2020) en el portal Las 2Orillas (https://www.las2orillas.co/los-errores-de-la-direccion-que-tienen-roto-el-partido-farc/) señala que aún persiste en la izquierda una vieja costumbre consistente en no criticar a los dirigentes.
Cortés coincide con las observaciones de otros líderes que han hecho públicas sus preocupaciones, a las que agrega las siguientes: (a) se desvirtúa el aporte que pueden hacer los jóvenes que se acercan a este nuevo fenómeno democrático y buscan aprender y hacer sus apoyos; (b) la dirigencia de Fuerza Alternativa desconfía del aporte de los intelectuales, que es otra falencia de vieja data en el seno de las insurgencias; (c) el nuevo partido busca perpetuar la disciplina militar propia de una organización armada, con lo que debilita su capacidad para el ejercicio democrático.
Estas situaciones internas ocurren en un contexto desfavorable para la paz, cuando se hace más evidente el incumplimiento de los acuerdos firmados en La Habana. El triunfo de los voceros del NO a la Paz en las pasadas contiendas electorales presagiaron momentos oscuros para la paz. Pero también para las FARC de pasar de un movimiento guerrillero a una Fuerza Alternativa.
Aquellas voces divergentes que la dirigencia del nuevo partido acusa de simpatizar con las disidencias guerrilleras, apuntan sus críticas a todo el andamiaje del establecimiento. Éste busca menoscabar, invalidar la puesta en marcha de los puntos consagrados en el acuerdo mediante los cuales se procura construir una sociedad del posconflicto.
Sanciones drásticas
Aparte del linchamiento político al interior de la Fuerza Alternativa, los mecanismos de implementación de la Jurisdicción Especial para la Paz, que ya se han puesto en marcha, contemplan la aplicación de sanciones drásticas. Esto puede afectar a individuos de importancia clave en la dirigencia de la FARC.
El linchamiento político que se adelanta al interior del nuevo partido, nos hace intuir que, mediante esas exclusiones y expulsiones, se busca que aquellos líderes, que podrían reemplazar a la dirigencia actual, no puedan hacerlo. Y esto se constituye en un déficit democrático de un partido que se pensaba erigir como alternativa.
A un clima desfavorable para la paz se suma el talante dogmático de un liderazgo que no quiere soltarse de las amarras que los perfilaron en un momento de la historia. No obstante, los vientos que hoy soplan demandan compromisos que le hagan eco a la obligatoriedad del clima democrático que debe caracterizar a un actor político para una era posconflicto.
¿Conclusión?
En conclusión, según las entrevistas y publicaciones que han sido divulgadas después de que se anunciara en los medios de comunicación que serían expulsados algunos de los líderes históricos, las preguntas de fondo son:
- ¿Persisten por parte de la FARC prácticas antidemocráticas como una prolongación de la lucha militar? ¿Persiste una práctica militarista, estalinista y verticalista que no da lugar a la divergencia sino a falsos consensos?
- ¿Se está construyendo un liderazgo totalitario y excluyente, que prefiere rodearse de gente sin capacidad de cuestionar la obediencia ciega del poder?
- ¿El liderazgo político de la Farc emplea prácticas de linchamiento político a sus críticos que son expulsados sin miramientos.
- ¿Los críticos son señalados de formar parte de las disidencias con lo que, prácticamente, se les daría una sentencia de muerte?
- ¿Que hay detrás de este linchamiento político como si fueran las antiguas Purgas de Moscú (1935) contra los revolucionarios históricos de la Revolución de Octubre?
- ¿Cuáles son los reales intereses de la dirigencia de la Farc que buscas salvaguardar frente a sus críticos?
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