"El magistrado" Simancas Torres al lado de su amada hija, Janeth Simancas Guardo.
“El magistrado Libardo Simancas Torres al lado de su amada hija, Janeth Simancas Guardo.

En la tarde de hoy, miércoles, se cumplieron en Arjona Bolívar las exequias del exgobernador y exdiputado Libardo Simancas Torres. Lo veía como “el magistrado” Simancas. Y no un político. No fue gratuito que recibiera un homenaje póstumo en la Universidad de Cartagena donde se desempeñó como profesor. Era un abogado constitucionalista y penalista. El día anterior le sobrevino un infarto fulminante que terminó con sus 71 años de vida.

“Magistrado” Simancas

Dialogar con Simancas Torres era intercambiar ideas, conceptos y puntos de vistas. Recuerdo que en una de las entrevistas que le hice en el Informativo VoxPopuli por Radio Vigía de Todelar (2003), en su campaña por la gobernación de Bolívar, le dije que su formación intelectual no es para ser gobernador sino magistrado del Tribunal Superior de Cartagena. Se echó a reír. Y asintió con la cabeza.

En realidad, Simancas Torres no se formó para gobernar sino para educar. Lo veía más como un profesor de derecho, un magistrado, que gobernador. Lo veía así en aquel momento donde la política local y regional comenzó a contagiarse del paramilitarismo. ¿Cómo un hombre bien formado incursionaba en la política con el apoyo de personas fuertemente cuestionadas? No lo entendía. Y por esta razón me atreví a decirle que lo veía más como candidato a magistrado del Tribunal que como candidato a la gobernación de Bolívar.

¿Por qué un hombre de una alta formación como Simancas toma decisiones políticas equivocadas? Me pregunté en aquella ocasión, año 2003. No lo entendía, repito. Simancas era un hombre bien formado y de una vasta cultura. En ese año no concebía la idea de que Simancas Torres pudiera ser el candidato de Enilse López, la empresaria del chance. ¿Qué afinidad política o ideológica podía haber entre los dos? Era como el agua y el aceite, la espada y el barro. ¿La espada? ¿El barro?

La política oscura

Precisamente, esa relación con López Romero le enredó la vida a Simancas Torres hasta el punto que en 2012 fue condenado por la Corte Suprema de Justicia por aceptar esa mala compañía. La empresaria del chance también fue condenada por sus nexos con los paramilitares. La Fiscalía halló pruebas y testimonios de que el exgobernador fue elegido gracias a la financiación de grupos paramilitares y de la propia Enilse López. Se allanó en los cargos y solo pagó la mitad de la condena. Quedó libre en 2013.

No obstante, Libardo Simancas nunca dejó de ser un gran caballero. Más que como político, lo veía como un académico, un profesor o un magistrado o un historiador. Eso fue Libardo Simancas Torres. Lamento no haberlo entrevistado para que me explicara las contradicciones de su vida, y la oportunidad para que el mundo supiera que Arjona, Bolívar, el Caribe y Colombia tenía a un pensador, a un académico y a un gran hombre.

Que el mundo también supiera que el paso por la gobernación de Bolívar fue un accidente del cual jamás se recuperó. Que en paz descanse Libardo Simancas Torres. El magistrado. El pensador. El académico. El historiador. El hacedor de cultura. El padre. El esposo. El buen hombre que se dejó seducir de esa política oscura que cegó su vida y golpeó a su familia. ¡Vuela alto hasta el cielo!

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