¿Qué camino quiere Francia? Marine Le Pen se asoma al palacio de Elíseo.  Cortesía EPE.
¿Qué camino quiere Francia? Marine Le Pen se asoma al palacio de Elíseo. Cortesía EPE.

¿Qué camino quiere Francia? No hay posibilidades que el principal país galo regrese a las mejores épocas de la socialdemocracia, al menos en los próximos 5 años. Tampoco a la cohabitación entre la izquierda y la derecha como en las épocas idas. El estado de bienestar se va desvaneciendo con las políticas de recorte fiscal de Emmanuel Macron. Y si el 24 de abril llegare a triunfar Marin Le Pen, se confirmaría una gravitación que iría de centro derecha a una derecha—derecha. 

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En las elecciones presidenciales no hay disyuntiva como en la época de la derecha y la izquierda. ¿Qué camino quiere Francia?

La contienda electoral por la presidencia nos dejó varias lecciones. Primera lección:  la derecha llegó al palacio de Elíseo para quedarse … por un largo tiempo. Segunda lección: se demostró una madurez de la democracia francesa. Los contrarios no se estigmatizan. Asumen con tolerancia las críticas. El debate político es franco sin descalificaciones como sucede en América o Colombia. La izquierda es madura. La derecha también. Allá los «petristas franceses» no estigmatizan a los «uribistas idem», o viceversa. La izquierda cohabita con la derecha sin descalificarse mutuamente. Esto es madurez política.

¿Qué camino quiere Francia?

¿Hacia dónde va Francia?

Los resultados de la primera vuelta presidencial con Macron (centro derecha) y Le Pen (extrema derecha) podría marcar un sistema de alternancia como en los tiempos idos. Gane quien gane, construiría un sistema de transición pacífica en el gobierno semipresidencialista francés. Un régimen político que gravitaría siempre a la derecha, dejando sin posibilidades a la izquierda. Esto podría ser así siempre y cuando la izquierda carezca de tino para interpretar el malestar social que las políticas de derecha provocarían.

Desde luego, ambas corrientes tendrían que consultar con las exigencias del movimiento social y de los trabajadores. En tanto que si esa alternancia del poder gobernante se produce, tendría que pasar por atender la demanda social. ¿Cómo resolver el problema de la migración? ¿Cómo devolverle el poder adquisitivo a los franceses sin afectar los intereses de la gran empresa? ¿Cómo conciliar la grandeza francesa con el estatus social? ¿Cómo mantener el estado de bienestar construido después de la Segunda Guerra Mundial y consolidado en la Quinta República? No será fácil conciliar intereses disímiles. Pero sí se puede.

Le Pen

Si gana Le Pen, habría oportunidad para que millones de trabajadores puedan disfrutar su pensión a los 60 años. Esta propuesta es duramente cuestionada por sectores de poder. El principal argumento contrario que se tiene es una mayor esperanza de vida (82,3 años) de los franceses. Dos años por encima de los países de la OCDE. 

Sin embargo, si analizamos en detalle este argumento, encontraríamos una gran debilidad. Muchos franceses no llegan a los 70 años, debido a varias circunstancias: nivel de vida, condiciones materiales y tipo de trabajo. El expresidente Giscard D´Estaing murió a los 94 años, pero un obrero de la siderúrgica pudo morir a los 70. Ciertamente, la mayoría puede alcanzar una esperanza de vida que sobrepase los 86 años. 

El estado de bienestar

Entonces, nos preguntamos. ¿Cuál sería la fórmula para buscar un equilibrio que no perjudique más a la minoría? ¿Puede Le Pen impulsar una política de equidad en el sistema de pensión? Entendemos que Macron no puede ni quiere hacerlo. Su política es desmontar el Estado de Bienestar disfrazado de flexibilidad laboral e impulso de la competitividad.

Los gobiernos socialdemócratas construyeron un estado de bienestar, pero que con las políticas macronianas se viene desmantelando paulatinamente. Macron se empecina en proteger el gran capital, reducir el déficit fiscal recortando el gasto público. Al mismo tiempo, favorece a la gran empresa francesa y extranjera. ¿Cómo entendemos esto?

En síntesis, el próximo 24 de abril sabremos cómo quedarán las apuestas. La mayoría de franceses ya tienen su decisión. Cerca del 30% de los votos fueron por la izquierda. ¿Para dónde se irán? ¿A quién quiere la izquierda? ¿Cuál será la decisión de Francia Insumisa? Pase lo que pase, los votos de la izquierda definirán la balanza de la centro derecha o de la ultraderecha. ¿Qué camino quiere Francia?

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