Cese al fuego con el ELN, tres clave para el éxito
Cese al fuego con el ELN, tres clave para el éxito.

La decisión del gobierno nacional de anular hoy el decreto de cese al fuego con el ELN, que había anunciado con entusiasmo el presidente Gustavo Petro comenzando el 2023 ¿es «la reculada del ovejo»? Quizás fue un error político. El anuncio apresurado, tal vez fue provocado por el entusiasmo presidencial de obtener resultados con su propuesta de Paz Total. Pero, de este error se puede extraer la fórmula 3P. Esto es, tres clave para el éxito de la negociación: prudencia, paciencia y perseverancia.

El gobierno del presidente Petro debe saber, en primer lugar, que la naturaleza política del ELN es distinta a la de las FARC o, incluso, de Segunda Marquetalia. En segundo lugar, es un error meter en el mismo saco al ELN junto a otros movimientos armados. La complejidad de esta guerrilla es única.

Alienación social y ambivalencia

En mi libro ¿Adiós a la guerra? Cinco clave para la paz se hace énfasis en la subjetividad de la violencia y, por tanto, de sus protagonistas. Lo que determina la guerra en Colombia no es la materialidad de sus actores sino su subjetividad.

«La guerra en Colombia se debe a una situación irresoluta de las contradicciones políticas y sociales revestidas de un problema antropológico-cultural que desembocó en una alienación del ser humano por la guerra, y a la ambivalencia del discurso dominante».

La alienación social, como enajenación mental y el constructo cultural asociado a la ambivalencia del discurso dominante (con déficit de confianza), son los principales motores de la guerra. Para lograr un éxito total en la paz, debemos ahondar en la subjetividad de sus protagonistas. ¿Cómo entendemos al otro?

La naturaleza de los elenos sin afán

El afán del gobierno de presentar resultados a la sociedad lo llevó al error de decretar unilateralmente un cese al fuego bilateral que no se había acordado con el ELN. La naturaleza política de los elenos es sui géneris. No es una guerrilla fuertemente jerarquizada con un mando único de arriba hacia abajo. Aunque esto se presente en su práctica guerrillera, por lo menos teóricamente tratan de implementar un comportamiento consensuado. Sobre todo, cuando se trata de tomar decisiones políticas que afecten al conjunto de la organización y de su base social.

Por tanto, los elenos no dan un paso si no responde a una voluntad del colectivo. Tienen una dirección diferente al Secretariado de las FARC. El Comando Central —COCE— es su máxima dirección ejecutiva. Está compuesto por cinco comandantes que tienen ascendencia en los diferentes Frentes de Guerra. El COCE es elegido por la Dirección Nacional (DINAL), integrada por 23 representantes de las diferentes estructuras guerrilleras urbanas y rurales diseminadas en todo el territorio.

Se podría creer a priori que las decisiones del COCE son suficientes para que todas las estructuras obedezcan sus órdenes. Pero no es así tan fácil. En las FARC el guerrillero le dice a su mando: «¡ordene!». En el ELN, por el contrario, se dice: «¡oriente!». Parece que fuera una pendejada esta diferencia. Pero no es así. En sus 68 años de existencia construyeron, más que un estilo, un modo de vida tribal. Es el espíritu eleno. Ello encierra una profunda diferenciación filosófica, ética y política. ¿Por qué? Sencillo, los elenos no son militares que asumen la política como táctica de guerra. Por el contrario, el sentido de lo militar para ellos es simplemente un medio que tiene una finalidad política. ¿Se entiende? ¿O lo explico con plastilina?

La subjetividad elena

De esa concepción de lo militar y de la política, se desprende todo su imaginario, sus verdades, sus comportamientos. Es una subjetividad propia, ganada a lo largo de su historia política y militar. Lo militar y político están integrados, no separados. Es un imaginario político y filosófico que raya en lo religioso. Tienen mistica. Si Otty Patiño, el jefe de las negociaciones del gobierno, no entiende esto, nada tiene que hacer frente a los elenos. Empero, su experiencia como negociador cuando fue representante de la guerrilla del M-19 frente al gobierno de Virgilio Barco, es una ventaja estratégica. Pero no es lo mismo.

Ahora bien. Para negociar debemos conocer la subjetividad de la contraparte. ¿Los negociadores del gobierno conocían esta subjetividad elena? Si la conocían ¿por qué cometieron ese error grave? Si, es un error grave porque se pierde la confianza con el otro y con la misma sociedad que tiene la esperanza de esa negociación.

El ELN, como toda organización, es un ente con características propias. Su tiempo y su mirada son diferentes a las del gobierno. Ellos tienen casi 7 décadas de lucha desde la toma de Simacota. No tienen prisa. Pueden durar 20 años más tirando plomo y multiplicando los muertos. Su cosmovision es mesiánica. Una herencia de 30 años de direccion cuasireligiosa del cura Manuel Pérez de inspiracion camilista. Por primera vez se sentaron a dialogar con Juan Manuel Santos en 2012. Pero con ellos no funcionó la prisa, como sí con las FARC que terminaron negociando el Acuerdo de Paz y Cese Definitivo al Fuego en 2016 en La Habana.

Cese al fuego sin prisa y sin pausa

Con los elenos la prisa es un elemento contraproducente. Ellos no están afanados por resultados. El gobierno sí. Se entiende, Petro tiene cuatro años. Pero hagan las cosas bien. ¿No ven que los enemigos de la paz están en asechanza para aprovechar los errores del gobierno en esta negociación para sabotear la Paz Total? Sin prisa, pero sin pausa, me decía mi padre. El afán trae cansancio, me recalcaba mi madre. Aunque no soy religioso, a mi querido Gustavo Petro —a quien estimo con todo mi amor— le doy esta palabra de Mateo 6:34:

«Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal».

Quiere decir, señor presidente, ocúpese del día de hoy ¡no de mañana! Cada día tiene su propio afán. Paradójicamente negocie como si tuviera un solo día. Es decir, si se va a definir el cese bilateral del fuego con el ELN, póngalo en la mesa de negociación. Tómese el tiempo haciendo una escucha atenta de sus interlocutores. Tome nota. Cerciórese de que estén hablando con el mismo lenguaje. Si no tiene claro lo que quiere su interlocutor, ¡pregúntele! Para hacer esto se necesitan dos cosas: empatía y confianza.

¿Y la agenda?

No se preocupe por la agenda. Si entre los negociadores hay empatía y confianza, lo demás viene por añadidura. Es un derivado. Los resultados vendrán como por un tubo. Sé que esto le suena raro. Si, lo es. Con las FARC el afán era la agenda programática. Con el ELN no es así, es la confianza. Si ellos no tienen confianza en el equipo negociador y en que los acuerdos se puedan ejecutar, nada se puede hacer. Por supuesto, la confianza es mutua.

Por esa razón, debe definirse la ruta del diálogo. Sus paradas. La forma de resolver las desavenencias. Los ritmos. Los acordes. Los unísonos. Es una orquesta donde los músicos dialogan armónicamente para producir un sonido sabroso.

¿Y cuál es el centro de la negociación? Sin duda, con el ELN será la participación de la sociedad civil. Ellos entienden que «el pueblo habla, el pueblo manda». Aquí está la filosofía de todo su cimiento programático. Es la esencia de su existencia. La agenda, por tanto, es un derivado que viene de la participación ciudadana. ¿Se entiende? Ocúpense de crear los mecanismos democráticos para que la sociedad civil se manifieste. Probablemente, plantearán la creación de la Mesa Social de Paz.

Conclusión: Tres tips para el cese al fuego y la negociación

Entonces, tenemos tres claves para asegurar el éxito de la negociación: prudencia, paciencia y perseverancia. La fórmula 3P. Prudencia es una virtud que nos permite autoanalizarnos. Ella nos dice si estamos haciendo las cosas bien para evitar errores innecesarios como el decreto de cese al fuego. Paciencia, cuando tienes poco tiempo, actúa como si tuvieras un solo día, pues, el mañana no existe. Lo que no puedas hacer hoy, no te preocupes si no está en tus manos. ¡Ocúpate cuando dependa de tí! Hay que saber esperar. Perseverancia, ensayo y error. Firmeza y constancia en cada día de diálogo. La gallina llena su buche de grano en grano. La Paz Total se construye con cada pequeña cosa que se avanza en la mesa de negociación.

Share.