La campaña «¡Libertad y Orden!» surgida de la Primera Cumbre de Gobernadores 2023 —realizada en Quindío— dio origen a especulaciones de teorías conspirativas entre la izquierda y la derecha colombiana. Aparentemente, solo fue resultado de la creatividad espontánea de varios gobernadores para enfrentar algunos hechos que afectan la democracia. Pero, si se trata de analizar la construcción de un «golpe de Estado blando», no podemos soslayar los grandes errores estratégicos del gobierno compartido de Gustavo Petro y de su lectura equivocada del conflicto armado colombiano.
En consecuencia —de esa lectura equivocada— se desprenden tres de esos grandes errores: cese bilateral del fuego, la política laxa con los jefes del crimen organizado colombiano y una visión inocente de una política de justicia restaurativa (“perdón social”). Estos tres hechos debilitan el concepto de Paz Total, puesto que se troca en una forma de impunidad total.
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«¡Libertad y Orden!»
El concepto de «¡Libertad y Orden!» son dos categorías cimentadas en el concepto de democracia y de libertad en una época parecida a la nuestra donde el territorio estaba segmentado y parcelado por las guerras intestinas. La libertad como principio fundamental de toda sociedad democrática. Es el fundamento de nuestro Estado Social de Derecho expresada como derechos fundamentales. Este concepto está en contraposición de regímenes absolutistas de la época naciente de la república colombiana. En tanto que el orden es la necesidad fundamental de una sociedad para el ejercicio de la democracia.
«Se trata de asegurar, por una parte, la libertad de los ciudadanos, lo que exige respetar sus derechos y escuchar con atención su voz, independientemente de su filiación política y creencias; y por otra, el orden social, que surge de la observancia de la ley y el cumplimiento responsable de los deberes por parte de los mismos ciudadanos».
Libertad y Orden: el lema de Colombia. En Revista Rectoría Javeriana, edición No 1366.
La libertad del ciudadano, no solo implica la libertad de expresar su subjetividad, su punto de vista, sino también que sea escuchado por el gobernante. Además, y esto es tan importante como la libertad, el orden. Sin orden en la sociedad, la libertad se diluye y se convierte en un caos, como sucede en muchas ciudades del país que hoy están en poder de la mafia armada de Colombia.
El orden sin libertad se convierte en dictadura. La libertad sin orden es el caos democrático. Cualquiera de las dos sin la otra es una distorsión del poder político democrático. El éxito de los individuos se basa en la libertad. Pero si no tiene orden, el fracaso lo tiene asegurado. Así le sucede a las sociedades. ¿Esto lo entiende el presidente Gustavo Petro?
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«¡Libertad y Orden!» en la Cumbre de Gobernadores
Al final de la Primera Cumbre de Gobernadores de 2023 surgió la idea de colocar en los estados de sus redes sociales la frase «¡Libertad y Orden!». Y esto ocasionó dos lecturas de teorías conspirativas diametralmente opuestas. Por un lado, la derecha colombiana —anidada en la oposición política— lo consideró como parte de una decisión política para cuestionar las directrices presidenciales en materia de orden público. Directrices que son de naturaleza constitucional. Los gobernadores asumen un papel secundario y complementario cedido por el gobierno nacional.
Por otro lado, la izquierda política alertó la posibilidad de estar naciendo un «golpe de Estado blando». Todo esto matizado por las circunstancias de orden público en el campo y la agravación de la seguridad ciudadana. Estos dos problemas están siendo dinamizados por las organizaciones criminales armadas que tienen presencia en el territorio nacional. No es lo mismo enfrentar una guerrilla tradicional que bandas criminales. La motivación de estas es el negocio ilegal como finalidad. La guerrilla, por el contrario, el negocio es un medio para conseguir recursos que le permita derrocar al gobierno constitucional o forzar grandes reformas con su desmovilización o reinserción social.
No obstante, el gobernador del Meta, Juan Guillermo Zuluaga, para desvirtuar todo tipo de especulaciones conspirativas, dijo a RCN:
«Este fue un tema que tocamos en la cumbre en la ciudad de Armenia. Fue un tema que en una exposición que hace el señor Registrador Nacional, hablándonos de lo que significa la democracia en Colombia. Nos gustó mucho la expresión de Libertad y Orden. El primero que lo hizo fue Aníbal Gaviria, luego el gobernador del Quindío y luego yo le solicité a los gobernadores de Colombia, amablemente a través de un chat que tenemos, que sería muy bueno que lo hiciéramos todos. Afortunadamente esa iniciativa de Aníbal y de Roberto generó mucha empatía. Fueron, creo, que 27 gobernadores los que publicamos esta imagen».
«Golpe de Estado blando»
En diciembre 2022 analizamos qué bien le iba al presidente Petro con su gobernabilidad parlamentaria al aplastar una moción de censura contra su ministra de Minas y Energía Irene Vélez Torres. Muy distinto a la de su homólogo del Perú, Pedro Castillo, depuesto mediante un golpe de estado blando o suave.
Un «golpe de Estado blando», como se sabe, es un conjunto de técnicas conspirativas no violentas que fueron puestas en práctica en el derrocamiento del presidente de la República Federal Yugoslava, Slodoban Milosevic. Su finalidad es desestabilizar a un gobierno y causar su caída lenta, pero necesaria. Tal caída debe aparecer como consecuencia de la acción de otro poder, esto es, el poder ciudadano o el poder de sectores sociales en conflicto históricos. Estas técnicas fueron expuestas por el filósofo, Gene Sharp, presidente fundador de la Albert Einstein Institute, a partir de una sistematización del pensamiento de Henry David Thoreau sobre la desobediencia civil y de la acción no violenta de Gandhi. La OTAN las sistematizó para impedir que regímenes totalitarios se pudiesen anidar en Europa como producto de alguna invasión del Pacto de Varsovia. La CIA viene utilizando este tipo de acciones para abortar regímenes que vayan en contraposición de sus intereses.
¿Podrían utilizar estas técnicas en esta coyuntura del gobierno del presidente Gustavo Petro? Si la respuesta es sí, ¿por qué la frase «¡Libertad y Orden!» fue usada reiteradamente en 2021 en el momento cumbre del Paro Nacional? La agitación social de aquel momento no fue producto de teorías conspirativas de izquierda. Tampoco lo que sucede hoy podría tener un origen de teorías conspirativas de la derecha. Los tres grandes errores alrededor de la Paz Total, sumado a los escándalos de juicio moral, podrían contribuir al deterioro de la gobernabilidad social del gobierno de Gustavo Petro.
¿«¡Libertad y Orden!» Vs. «golpe de Estado blando»?
¿De quién depende la gobernabilidad? Una lectura equivocada de la realidad del conflicto armado colombiano y de las señales equivocadas emanadas del alto gobierno produce una debilidad política del gobierno. Está emitiendo señales equívocas que expresan laxitud y falta de autoridad para ejercer el poder político. Se preocupa más por la gobernabilidad por arriba (parlamentaria y de grupos de poder) que por la gobernabilidad por abajo, la sociedad, o el «país nacional». El poder tradicionalmente se ejerce a través de tres vehículos: la coerción, la persuasión y la retribución. ¿A qué le apunta Gustavo Petro? No se sabe. Su indecisión es lo más grave en el ejercicio del poder político que las políticas conspirativas de «golpe de Estado blando».
Realmente, lo que el país necesita ahora es «¡Libertad y Orden!». Los periodistas queremos y necesitamos libertad para ejercer nuestra profesión libremente sin las amenazas de muerte que nos mantienen confinados. Sin la falta de garantías de un Estado que no es capaz de proteger a sus periodistas o a cualquier ciudadano que por su actividad o profesión lo amenazan de muerte. Necesitamos orden, porque una sociedad en caos total es un camino al fracaso. Colombia clama «¡Libertad y Orden!». Y no soy de derecha, por si acaso.