¿«Mane» Díaz liberado «sin condiciones»? Es el interrogante inicial. Mientras un juez de garantía de Maicao mandó a la cárcel a alias Arenca (Yerdinson José Bolívar Bolívar), junto a dos de sus compinches en el secuestro de Manuel Mane Díaz, el comandante del ELN, Antonio García, explicó que su liberación se hizo «sin condiciones y sin contraprestación alguna». Salió al paso a la versión según la cual se había pagado una millonaria extorsión. Esta versión se originó por la aparición de un carro transportador de valores en la caravana de la Comisión Humanitaria presidida por Francisco Ceballos, obispo de Riohacha y la ONU.
Entre tanto, el fiscal Francisco Barbosa anunció que alias Marlon, El Negro y Arenca fueron los individuos que hicieron los supuestos seguimientos previos al secuestro de Luis Manuel ‘Mane’ Díaz. Alias Arenca, es reconocido como miembro de la banda Los primates. Fue un seguimiento de varios meses. Un tiempo para estudiar los movimientos de las víctimas.
«Mane» Díaz liberado y el secuestro
En este artículo se propone un enfoque sociológico del secuestro del cuerpo interrogando el escrito del comandante del ELN, Antonio García. Aceptó que fue un error su conducta de secuestrar al padre de la estrella mundial de Liverpool. El escritor caribeño Frantz Fano, dijo:
En este análisis, además, se propone la necesidad de una financiación de los costos logísticos de la delegación del ELN en la mesa de negociación. Pero ¿se puede allegar a una financiación condicionada a la renuncia del uso del secuestro, por lo menos, en el proceso de diálogo? ¿Este dinero puede provenir de la cooperación internacional?
«Mane» Díaz liberado sin condición, García
En un artículo fechado el 12 de noviembre por García, a nombre del Coce del ELN, dijo:
«Todos erramos en el mundo, desde las fallas de la naturaleza, hasta las incógnitas del universo con sus agujeros negros y su materia oscura, mientras ellas son irreversibles y caminos sin retorno, las humanas pueden rectificarse en el camino, así se hizo en el caso de la privación de libertad de Luis Manuel Díaz, sin condiciones y sin contraprestación alguna se liberó».
De hecho, para el vocero del ELN es un «error» ¿político? Sin duda que sí. Es un suicidio político. Un autosaboteo. El impacto negativo que tuvo sobre la opinión pública es similar cuando su frente Domingo Laín secuestró y luego asesinó a monseñor a Jesús Emilio Jaramillo en 1989. El comandante era el sacerdote español jesuita Manuel Pérez. La diferencia era que en aquella época la guerrilla estaba en plena guerra sin un acuerdo de paz a la vista. Hoy, su palabra está empeñada o condicionada por un proceso que debería llevar a una paz verdadera.
El secuestro del cuerpo, el debate
¿Puede una guerrilla, que se propone una sociedad diferente, usar los mismos instrumentos de degradación de las bandas criminales del país para financiarse? Esta debe ser la pregunta enteramente ética que se debe plantear el comandante del ELN Antonio García. Error sería sesgar y justificar un acto abominable de la sociedad capitalista decadente. Una sociedad que usa el cuerpo como vulgar mercancía que solo le produce plusvalía. Secuestrar, castigar, torturar, marcar el cuerpo de un civil bueno, no es un acto de guerra. ¡Es una afrenta a la humanidad! Refleja la alienación de la condición humana que busca dinero, plusvalía, ganancia económica.
Karl Marx lo deja claro en El Capital:
Y si Antonio García justifica el secuestro (retención, privación de la libertad o cualquier eufemismo que quiera), se le remite a leer bien su propuesta política que anuncia un nuevo país. Falacia retoricista. Puesto que el uso del cuerpo como instrumento de financiación de la guerra de liberación degrada, no solo la guerra, sino también su condición humana como líderes de la nueva sociedad que anuncian. ¿Es contradictoria su actuación? Por supuesto que sí. La sociología del cuerpo que propone el mismo Marx y claramente argumentada por pensadores como Antonio Gramsci, Erich Fromm, Dussel, Bourdieu, Foucault, y el propio Camilo Torres Restrepo, rechazan el uso del cuerpo como mercancía.
El cimiento del capitalismo se basa precisamente en lo que Marx llama la «alienación económica». Los seres humanos son reducidos a una mercancía para obtener ganancias acumuladas en un proceso de producción y de venta del cuerpo mismo. La fuerza del trabajo (el cuerpo humano) para los trabajadores representa su medio de subsistencia, por tanto, su pobreza. Para los dueños de los medios de producción (los grandes empresarios), ese cuerpo representa un medio de acumulación, por tanto, su riqueza.
Justificar lo injustificable
En la concepción totalitaria de cualquier ideología (izquierda o derecha, comunista o fascista) del modernismo eurocéntrico, está fundamentada sobre tres verdades absolutas que en 1947 expuso sabiamente George Orwell en su novela distópica «1984»:
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Efectivamente, la guerrilla pregona que está en guerra para conseguir la paz. Secuestra (esclavitud) para la liberación del pueblo. En otras palabras, no existe congruencia entre el planteamiento de liberación del ELN con sus praxis política. Su comandancia está enajenada tanto como sus contradictores de esta guerra donde solo hay un perdedor: el pueblo de carne y hueso. Un pueblo, no en el sentido abstracto de los partidos políticos, sino en un individuo como Mane Díaz que se resistió a emigrar y salir de un pueblo que le dio todo, Barrancas.
Sin embargo, García justifica ese acto inhumano del secuestro de un hombre sano como Mane Díaz.
«Todas las estructuras del ELN tienen la orientación de realizar operaciones militares para conseguir finanzas, pues no nos financiamos del narcotráfico, somos una organización pobre como la mayoría de los colombianos y no nos avergüenza. Los mandos del Frente de Guerra Norte no informaron al Comando Central que entre sus objetivos estaba un familiar de Luis Díaz, lo hizo luego de ejecutar dicha operación, por tal razón al enterarse el Comando Central lo señaló como un error y ordenó su liberación».
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No hay acuerdo para no secuestrar
En otros tiempos el ELN se financiaba con la extorsión a las multinacionales del petróleo. Explotaba el tubo y en Europa negociaba los petrodólares. El frente más rico era el Domingo Laín. Tal vez el Coce vivía en gran parte de los aportes del Frente de Guerra Oriental. Pero en esa época de ricos, secuestraron y mataron al obispo Jesús Emilio Jaramillo, beatificado por la iglesia católica. ¿Contradicción? En palabras de García, ahora es una guerrilla pobre y por eso recurren al secuestro. ¿Entonces? ¡Palo porque bogas, palo porque no bogas! Cuando eras rico secuestraba y mataba a un hombre bueno como al hoy beato Jaramillo. Lo mataron por criticar la actuación demencial del ELN. ¿Matarán a un periodista porque les devela su verdadera máscara? En los tiempos de guerra secuestran y matan. En los tiempo de diálogo para la paz ¿por qué lo siguen haciendo?
Otro de los elementos que pone en el debate el comandante Antonio García es la viabilidad ética y moral del secuestro frente al narcotráfico como medio de financiación de la guerra. Contrario a lo que le sucedió a las FARC, el planteamiento de García es justificar el secuestro frente a la producción y control de la droga como medio de financiación. Esta lógica lleva al ELN a secuestrar porque no se financia del narcotráfico. Lógica que lo lleva a negarse a sí mismo.
El basamento programático de esa guerrilla queda en el barro cuando justifica la reducción del cuerpo a una simple mercancía que produce dinero para la guerra. O sea, el ELN condiciona su existencia a la degradación del cuerpo humano, por tanto, de su guerra de liberación.
No obstante, García se hace una pregunta que no explica lo sustancial del acuerdo de paz que está iniciando con el Estado colombiano.
Conclusión
Una de las cosas que García reconoce es el error de secuestrar a Mane Díaz. Esto debe llevar a un debate interno del ELN sobre la viabilidad política y ética del secuestro. Regresar a sus orígenes de autofinanciarse con contribuciones de la productividad de su base social, de su retaguardia para sostener a su guerrillada. Por otro lado, el gobierno del presidente Gustavo Petro debería abstenerse a la financiación de las tropas del ELN. Los costos logísticos de su delegación en la mesa de negociación vienen de los países garantes y de la cooperación internacional.