A pesar de sus promovidos anuncios de planes de seguridad ciudadana, antes del inicio de sus respectivos gobiernos, los alcaldes de Barranquilla y Cartagena, Alejandro Char y Dumek Turbay, enfrentaron un enero sangriento para la seguridad ciudadana: 100 homicidios. ¿Fracasarán sus planes de seguridad o sus modelos de gobierno?
Los dos mandatarios prometieron que la seguridad ciudadana sería una de sus prioridades para desarrollar sus gobiernos en sus respectivas ciudades. Mientras Junior y Real Cartagena ganan, sus ciudades pierden con la ola de violencia. En seguridad ciudadana, por ejemplo, los dos alcaldes recibieron, entre las dos ciudades, un enero sangriento: 100 muertes violentas. Esto es escandaloso. Pone de manifiesto el fracaso de sus incipientes estrategias de seguridad para contener el desangrado de las dos ciudades más importantes del Caribe colombiano.
100 homicidios y 520% extorsión
Por ejemplo, el AM de Barranquilla terminó 2023 con 11 masacres, más de 800 muertos y la extorsión se multiplicó por 5. Hoy está en un 520 por ciento.
Arturo García, del Observatorio para la Violencia en el Atlántico y Barranquilla, manifiesta que el Área Metropolitana de Barranquilla está en poder de un “concierto de federaciones criminales de las cuales unas están visibilizadas y otras no”.
En tanto que para Isaac Morales, coordinador de la Fundación Paz & Reconciliación (Pares), lo que está pasando en Barranquilla son ajustes de cuentas entre organizaciones delincuenciales. Ellas subcontratan a otras organizaciones más pequeñas para ejecutar el control de las economías ilícitas, extorsionando y asesinando. Así se enfrentan entre ellas mismas.
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¡Enero sangriento! Las cabañuelas del horror
Los muertos de este enero sangriento es un indicador de lo que podría suceder durante el primer año de sus respectivas administraciones. Febrero muestra señal de continuidad del enero sangriento. Son las cabañuelas del horror si no se adopta una estrategia de seguridad ciudadana basada en un concepto de seguridad humana.
Esto significa que la intervención debe ser integral. Hay que trabajar en el Ser. Mejor educación, recreación masiva, oportunidades laborales y de emprendimiento. Además, hay que reducir la pobreza y las adicciones a las drogas, el juego y el alcohol. Estos son factores detonantes de la enfermedad mental que vivimos sin darnos cuenta de ello. Es un comportamiento patológico y tóxico que afecta la convivencia y se introduce como subculturas. El afán de hacer dinero rápido y por montón se incorpora en estas subculturas del narcotráfico, la corrupción y las actividades ilegales.
Lo anterior nos lleva a diseñar una excelente estrategia de seguridad que busque la cohesión social y el sentido de pertenencia de la ciudadanía. Esto evitaría que las poblaciones sean caldo de cultivo para los crímenes de alto impacto como asesinatos, extorsión y disputas de las rentas ilegales. Pero también implica una lucha frontal contra la corrupción política-administrativa, donde el 94% de los procesos terminan sin condena, según Andrés Idárraga, Secretario de Transparencia de la Presidencia de la República.
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Los dineros de la seguridad despilfarrados
En materia de seguridad existen procesos pocos transparentes en el manejo de los recursos en Barranquilla y Cartagena. En el Atlántico reciben un promedio de $130 mil millones anuales por una sobretasa de seguridad que se paga con la factura de la luz. Al inicio de su tercera administración, Char le dijo al gobernador Verano que ese dinero lo podría administrar él como alcalde metropolitano. Presenta el falso argumento de que los municipios del Atlántico no pueden estar bien si Barranquilla y Soledad presentan los peores indicadores de muertes violenta.
En la administración de Jaime Pumarejo, socio del actual alcalde Alejandro Char, invirtieron cerca de $500 mil millones en seguridad. La mayor parte de ese dinero lo destinaron en la construcción de infraestructura para la policía y la fiscalía: CAI blindados, automotores, gasolina y sedes administrativas. Otra parte para la construcción de parques y otras obras que no atacan directamente el delito ni lo previenen. Y si lo invierten, es una inversión inútil.
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Propaganda y demagogia
El aparato propagandístico de los Char es experto en cacarear sin producir resultados. Es una manera eficaz de manipular a la opinión pública barranquillera y atlanticense. Por ejemplo, en 2017, en su segunda administración, Alejandro Char compró un helicóptero para la Policía Metropolitana, y dijo:
En tanto Eduardo Verano en aquel momento le secundó:
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Enero sangriento y fracaso de la política de seguridad
Muy a pesar de esos pomposos anuncios, el delito creció sustancialmente en los años siguientes. En comparación con el 2021, en Barranquilla aumentaron los casos de hurtos durante el 2022 en la mayoría de sus modalidades. A personas (41 %), a entidades financieras (109 %), a comercios (17 %) y a automotores (21 %). De la misma manera, la extorsión registró un aumento de 150 %. De 157 pasó a 392 hechos extorsivos denunciados.
Esas son cifras presentadas el año pasado en el documento “Balance de seguridad ciudadana en Barranquilla y su área metropolitana en el año 2022” del Observatorio de Seguridad Ciudadana de la Universidad del Norte. En el 2023, la extorsión en Barranquilla creció un 520%. ¡Impresionante!
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65 muertes violentas en AMB
De acuerdo a la información de las autoridades policivas y de Medicina Legal, en el Área Metropolitana de Barranquilla fueron documentadas 65 muertes violentas. En el Distrito de Barranquilla 39 asesinatos. En Soledad 15. Malambo 7, Galapa 1 y Puerto Colombia 1.
Lo anterior incluye que, entre el 13 y 14 de enero, se produjeron 14 asesinatos, la mayoría por sicariatos. Pero lo más impactante es que en 2023 hubo en Barranquilla 11 masacres. Empezó en enero de ese año con la masacre del barrio El Santuario donde asesinaron en un establecimiento público a 4 personas y quedaron heridos otros tantos.
El subcomandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla, coronel César Sarabia, reveló que la mayoría de los homicidios se debe a la guerra interbandas criminales que operan en el Departamento del Atlántico. Ellas se se disputan las rentas ilícitas.
Sin embargo, también en enero la Policía Metropolitana de Barranquilla capturó a 620 presuntos delincuentes, 570 de ellos en flagrancia. De esas capturas, 17 fueron por homicidio y 199 por porte ilegal de armas de fuego y otros delitos.
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35 homicidios en Cartagena
El día que vino el fiscal general Francisco Barbosa a Cartagena para anunciar estrategias conjuntas con la alcaldía y la gobernación de Bolívar contra el crimen, la ciudad se estremeció con varios asesinatos. Hasta el 18 de enero se registraba un muerto diario.
Con base en esa información de las mismas autoridades, durante el período del peor alcalde que haya tenido Cartagena en toda la historia, entre 2019 y 2023 los homicidios anuales pasaron de 197 a 422 casos. De esta manera , la tasa de homicidios pasó de 19,6 por cada 100.000 habitantes a 39,6. Esta es una situación que debe poner en alerta a la ciudadanía, especialmente a las autoridades civiles, policivas y militares.
Las estadísticas indican que de los 35 homicidios, 23 fueron cometidos bajo la modalidad de sicariato, Esto es, asesinatos pagados por cobradores de cuentas. Significa que en la ciudad debe existir varias oficinas de cobro de las mafias.
En la próxima entrega analizaremos las estrategias de los nuevos mandatarios con el fin de predecir si fracasarán o acertarán. En el análisis social, se puede predecir los resultados de las políticas públicas sin necesidad de ser oráculos.