¿«Golpe blando» del CNE contra Petro? El Consejo de Estado respaldó la decisión del CNE y rechazó una solicitud de nulidad de la defensa del presidente.
¿«Golpe blando» del CNE contra Petro? El Consejo de Estado respaldó la decisión del CNE y rechazó una solicitud de nulidad de la defensa del presidente.

¿Se está tejiendo un «golpe blando» del CNE contra el presidente Gustavo Petro con el pliego de cargos librado este 8 de octubre y ratificado hoy por el Consejo de Estado al desestimar una solicitud de nulidad de la decisión del pasado 8 de agosto? Si hallan responsables a los dignatarios de la campaña y su candidato, el CNE deberá compulsar copias a la Comisión Legal de Investigación y Acusación de la Cámara de Representantes de investigar la posible conducta punible del primer mandatario.

Esa es la tesis dominante en el Consejo de Estado que, al resolver el diferendo de competencia a favor del CNE, consideró que esta institución tiene la facultad de imponer las sanciones administrativas a las que haya lugar, excepto la de una eventual pérdida del cargo. En la eventualidad que sea así, lo resolvería la Comisión Legal de Investigación del congreso, el único ente que puede investigar al jefe de Estado, según la Constitución y la jurisprudencia de la Corte Constitucional.

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El Consejo de Estado respalda al CNE

El respaldo del principal tribunal de lo contencioso a la decisión del CNE, le pone cifras concretas al pliego de cargos:

«La decisión del presente conflicto de competencias administrativas en manera alguna afecta las competencias específicas que, por mandato constitucional, en materia penal y disciplinaria de altos servidores del Estado, corresponden al resorte privativo de la Comisión de Investigación y Acusación de la Cámara de Representantes».

Consejo de Estado. Las negrillas, fuera de contexto.

Lo anterior indica que, en materia administrativa, el CNE tiene la potestad de tramitar una investigación idem, sin que el fuero presidencial sea afectado. Por tanto, el pliego de cargos quedó firme contra el presidente de la República y el presidente de Ecopetrol, así como los otros directivos de la campaña que se saltó la cerca financiera por más de $5.355 millones.

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¿Hay interés de tumbarlo?

Sin duda, el poder real dominante no tiene hoy ningún interés de tumbar al presidente de su silla presidencial. Si lo hubiese querido tumbar, bastaba aprovechar todos los errores en las primeras de cambio de su administración. Pero no lo hizo. Ya en el ocaso de su mandato, para las oligarquías dominantes no les interesaría la caída judicial de Petro.

Si en el eventual caso el CNE hallara responsable a la directiva de la campaña presidencial de violar el régimen de financiación de las campañas, (artículo 26 de la Ley 1475 de 2011), le compulsaría copia a la Comisión de Acusaciones, aproximadamente, a mediados del próximo año para que investigue y adopte las sanciones del caso. Ese es el tiempo que se prevé, debido a las estrategias jurídicas de la defensa presidencial.

Sin embargo, ¿que pretende el poder dominante con el acoso judicial e institucional contra el jefe de Estado? Más que tumbarlo. Quizás cansarlo. Exasperarlo. Acorralarlo. Debilitarlo. Cooptarlo al sistema. Para alcanzar este objetivo, necesita un presidente débil o debilitado. Así lo puede arrodillar y someter a la disciplina hegemónica.

La narrativa del «golpe blando» de CNE

El presidente Petro reclamó su inocencia y considera que se violó su fuero presidencial constituyéndose en una ruptura institucional burda.

Al mismo tiempo, rechazó los 5 cargos presentados por el CNE que indican su presunta violación de los topes financieros electorales. Hizo un llamado a las organizaciones populares para declararse en movilización permanente en defensa de la democracia. Así se refirió la noche del 8 de octubre:

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Arrodillar al presidente

La tesis de arrodillar al presidente y no tumbarlo que va en contravía a la narrativa presidencial quedó demostrada con la elección de Luz Adriana Camargo como fiscal. Y la elección de Gregorio Eljach Pacheco, (93% de la votación) como Procurador General de la Nación.

¿Cómo, en un régimen presidencialista, un presidente con todo el poder que posee, se alía a las fuerzas dominantes del congreso para seguir con lo mismo y los mismos? ¿Por qué no se batió en duelo dentro del congreso para elegir al procurador con una coalición liderada por el Pacto Histórico-PH? ¿Por qué claudicó y se plegó a las mayorías del congreso para elegir a Eljach?

El discurso radical del presidente Petro se estrella con la práctica del gobierno. Pareciera como si existieran dos Petro: el radical de izquierda y el complaciente de las élites dominantes. Sobre la mesa, el discurso. Por debajo de la mesa, la componenda.

Es verdad: Petro no quería Procurador ni tampoco fiscal de bolsillo, como equívocamente lo cuestionó la oposición derechista. Él solo pretendía surfear para que no le jodan la vida a sus ministros, colaboradores más cercanos y a su familia.

Por esa misma razón, el sempiterno y legendario Secretario General del Congreso, Gregorio Eljach Pacheco (1959), es una figura de consenso, parida por la clase política tradicional. No en vano fue compañero de Petro. Los dos envejecieron juntos con más de 30 años calentando las sillas del parlamento. Los dos saldrán pensionados y cerrar su ciclo político con broche de oro. Uno en la presidencia y el otro en la Procuraduría. ¿Y para cuándo el Cambio?

Toma de posesión del presidente del CNE, César Lorduy
Toma de posesión del presidente del CNE, César Lorduy.

El cambio debe esperar

La decisión del Consejo de Estado de apoyar la determinación del CNE pone en franca desventaja a la única figura del gobierno nacional, su presidente. Esa dualidad moral, al mismo tiempo, aplazó el verdadero cambio prometido en campaña electoral.

De esta forma, el presidente Petro entra en un período de turbulencia que lo combina con la componenda política para evitar su caída. O sea, Petro solo existe para que no lo tumben y no para gobernar.

Al final del gobierno, tendremos a un presidente que logró surfear las olas políticas y llegar a la orilla vivo sin que los tiburones se lo traguen. Pero los sectores populares se mirarán asimismo y preguntarán: ¿valió la pena la elección de un presidente que solo luchó para que lo dejaran en el cargo? Entonces, el cambio quedará aplazado para que el próximo presidente lo ejecute, siempre y cuando no sea de la misma extirpe de los que han dominado el país en estos casi 200 años.

Quieren arrodillar al presidente

Si se descarta la teoría del «golpe blando» contra el presidente ¿los grupos de poder le tapizarán de flores el resto del camino? Por supuesto que no. Ahora más que nunca los tiburones políticos acecharán la tabla de surfear petrista esperando cualquier desequilibrio. En tanto el carruaje del cambio llegará el 2026 todo esguañangado sin posibilidad de concretarse.

Efectivamente, al presidente no lo tumbarán. Primero, porque no lo convertirán en mártir de la política. ¿Si lo tumban, las clases dominantes soportarán el sambenito de Petro? Segundo: Un Petro debilitado, es un presidente a merced del establecimiento.

Tercero: Las élites dominantes colombianas gustan de la estabilidad. A diferencia de otros países de América Latina, no quieren entrar en un caos político. Pierden más si se cae la elección de Gustavo Petro y Francia Márquez.

Cuarto: El 2025 para el gobierno de Petro será un año defensivo. Pero una gran oportunidad para acciones de bienestar popular con dignidad. Cinco: Si no hay acciones de bienestar efectivas, las movilizaciones del presidente serán cada vez más lánguidas. Y para que sean robustas, deberán utilizar el mismo mecanismo de los partidos tradicionales: el clientelismo populista.

Por tanto, los grupos de poder solo quieren arrodillar a Gustavo Petro y no tumbarlo. Los ricos del país se volvieron más ricos en estos dos últimos años (Forbes). Pero el sistema financiero vio menguado sus ingresos en un 42,8% (Superfinanciera) en 2023 con relación a 2022. Solo obtuvieron 8,1 billones (97,7%) de las utilidades obtenidas por las establecimientos de crédito. Como el 2024 es un año de transición, solo están esperando pacientemente que este gobierno termine.

Decisión no pacífica

Regresemos a la decisión del CNE. Esta no fue pacífica. Siete magistrados votaron por el sí. Tres de ellos (Álvaro Hernán Prada Benjamín Ortíz y Alfonso Campo) lo hicieron sin ningún condicionamiento. Los otros cuatro (Maritza Martínez, Altus Baquero, Cristian Quiroz y el presidente César Lorduy) aclararon su voto positivo a la investigación. Las magistradas Alba Lucía Velásquez y Fabiola Márquez, salvaron sus votos.

Al respecto, Velásquez, dijo:

«Mi postura respecto a la competencia que tiene el Consejo Nacional Electoral sobre si debemos o no investigar al presidente ha sido clarísima. Yo no estoy de acuerdo, el CNE no tiene la competencia y me mantengo en esa postura».

En términos similares se refirió Fabiola Márquez, quien junto a Alba Lucía Velásquez , vienen del Pacto Histórico.

¿Qué decidió el CNE?

La parte resolutiva del pliego de cargos del CNE dice:

«ABRIR INVESTIGACIÓN FORMULAR CARGOS a la campaña presidencial de PRIMERA y SEGUNDA vuelta de la COALICIÓN PACTO HISTÓRICO, representada por los ciudadanos GUSTAVO FRANCISCO PETRO URREGO, candidato; RICARDO ROA BARRAGÁN, gerente de campaña; LUCY AYDEE MOGOLLÓN ALFONSO tesorera, MARIA LUCY SOTO CARO y JUAN CARLOS LEMUS GÓMEZ, auditores; al MOVIMIENTO POLÍTICO COLOMBIA HUMANA y al PARTIDO POLÍTICO UNIÓN PATRIÓTICA “UP”; por la presunta vulneración al régimen de financiación de las campañas electorales».

Las consecuencias

¿Se arrodillará Petro para que lo dejen terminar? Los petristas consideran que jamás.

La sanción principal si este caso avanza es la pérdida del cargo, pero esa no la impone el CNE. Esta decisión está reservada para la Comisión de Acusaciones, en el caso del presidente. Además del presidente, se contemplan sanciones económicas, multas a candidatos, gerentes auditores. Los partidos del Pacto Histórico podrían ser sancionados con pérdida de la financiación estatal y del derecho a postular candidatos en la elección siguiente distinta a la de presidente.

Los sectores populares esperan que Petro no se arrodille ni se entregue a las élites dominantes. Pero solo se movilizarán libremente si hay acciones de gobierno que se traduzcan en bienestar con dignidad para la gente común y corriente, especialmente de los marginados del país.

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