«El califato de Barranquilla» parece indestructible. Ahora en su esplendor se tambalea con el Aidaescándalo. Este imperio Daeschariano, liderado por dos poderosas familias sirio libanés-palestinas (Char y Daes), está en decadencia. Es víctima de una mezcla de poder, corrupción, amor, sexo infidelidades. Son las mismas causas que produjeron la caída de los imperios que la humanidad ha conocido en toda su historia. Por ejemplo, el imperio Romano o el imperio Otomano.
Dos décadas en el poder absoluto del Atlántico, le ha servido al Daescharismo expandir su imperio en gran parte de Colombia. Tiene una gran influencia en el poder nacional. Uno de sus representantes fue presidente del congreso hasta el período anterior, Arturo Char Chaljub.
La génesis del Aidaescándalo
Como en los antiguos imperios, la causa de su eventual caída es la mezcla del amor pasional con el poder, el sexo y las drogas. Es un coctel muy explosivo. En este sentido debemos entender lo que ahora se podría conocer como el Aidaescándalo. La exsenadora Aida Merlano, la seductora del poder, prometió que no quedará títere sin cabeza. Si lo que dice es verdad, deberá presentar pruebas concretas a la Corte Suprema de Justicia, y esta debe compulsar copias a la Fiscalía para que haga lo propio.
“Existe no solamente un entramado para compra de votos sino también para desviar los recursos de la nación con fines ilícitos para la corrupción del elector.”
Aída Merlano
Aida, la ambiciosa
La protagonista de esta historia es Aida Merlano Rebolledo. La típica mujer barranquillera, bella, alegre, salsera, bullanguera y parrandera. Ella no cree en promesas de cumbiambero, como las promesas de amor de Alejandro Char. Quizás tampoco en el amor. Pero esta hermosa mujer se deja seducir por el poder. En tanto que los poderosos caen rendidos a sus pies. O si no, que lo diga el veterano Julio Gerleín Echeverría o el de la gorra bacana, Alejandro Char Chaljub. El primero la prefirió a ella que a su veterano hermano Robertico Gerleín, que en paz descanse. Julio accedió a los deseos de su amada para que le financiara la campaña al senado. Está documentado que Julio Gerleín le puso 506 mil dólares. Y Char le entregó en una bolsa el equivalente a 130 mil dólares. Así se terminaron los 48 años de Robertico en el congreso. Pero Aída Merlano no pudo ni siquiera calentar la silla del congreso.
No obstante, cabe hacernos esta pregunta. ¿Cómo un hecho pasional finaliza con la súbita caída de una política ambiciosa — Aída Merlano Rebolledo— que, a su vez, terminó estrellada contra su propio muro y amenaza con desmoronar a uno de los imperios más poderosos del país, como es el de la alianza Daescharista?
Los afectos de Julio Gerlein Echeverría, gran constructor y contratista del Estado, por Aida fueron más fuertes que el amor por su hermano Roberto Gerlein. Y hoy se revela que Alejandro Char, precandidato presidencial, ardió en la pira del amor por la ahora renegada Aida Merlano.
El Aidaescándalo: una caja de Pandora
En 2019 habíamos dicho que el juicio contra Aida Merlano sería una caja de pandora. Esta sentencia se quedó corta. En esa oportunidad publicamos en VoxPopuli Digital el artículo titulado “¿Caerá el imperio Char-Gerleín-«Yuyo» Daes con las confesiones de Aida Merlano?” Fue un proceso rápido. Si bien en su juicio realizado por la Corte Suprema de Justicia no se dijo toda la verdad, por lo menos sentó las bases para que el imperio decadente daeschariano inicie su caída.
En aquel momento pronosticamos que con la captura y procesamiento de Aida Merlano habrá más de una sorpresa. Dijimos que se podría convertir en la cabeza de un gran proceso para juzgar y condenar a todos los políticos tradicionales, en especial, a los parlamentarios de la Costa Atlántica que, con descaro, aceptan la forma atípica y fraudulenta cómo se hacen elegir.
Al respecto, Aída Merlano dijo que denunciará a todos los políticos que se hicieron elegir con el mismo sistema que ella usó para su elección al senado. Eso lo ratificó en entrevista concedida a Daniel Coronell de Cambio.
Al oído de la Corte Suprema de Justicia
Desde que estalló el Aidaescándalo propusimos una ruta metodológica de esa investigación a partir de un hecho que revelamos en su momento. Antes de los carnavales de 2018, hubo una reunión secreta muy interesante en la casa de Fuad Char en la que participaron los Gerleín, los Name y un emisario de Enilse López, William Montes. A esa reunión asistió como garantista el exministro Germán Vargas Lleras, candidato presidencial.
La expansión del daescharismo estaba definida. El triunfo esperado de Vargas Lleras en las presidenciales 2018 catapultaría al imperio, porque sucedería al uribismo que buscaba en Iván Duque su continuidad en el régimen. Ello le hubiese facilitado el camino a Alex Char hacia la presidencia 2022. Eran los planes del 2018. Pero Vargas no llegó a segunda vuelta, y las aspiraciones se redujeron a la mínima expresión.
El Aidaescándalo como estrategia de poder
Pero, lo más importante es que en ese conciliábulo salió la estrategia para tomarse toda la región Caribe con diferentes partidos, entre ellos el conservador, Cambio Radical y la facción de Enilse López.
En Bolívar, por ejemplo, para senado Aida Merlano recibió cerca de 30 mil votos (29.239), casi la mitad con los cuales se hizo senadora. El conservador Emeterio Montes, actual representante a la cámara le puso esos votos con la financiación y mentoría de William Montes Medina, condenado por la parapolítica. Montes Medina participó en esa reunión secreta con Fuad Char Abdala, Germán Vargas y los Name y los Gerleín.
Emeterio Montes será el candidato de William Montes para seguir reinando en la gobernación. Su otro sobrino, Andrés Guillermo Montes Celedón, es candidato a la cámara por el partido conservador. En Bolívar, como en el Atlántico, tienen el mismo modus operandi para hacer elegir. Si la CSJ tiene voluntad, los Montes deben ser llamados para que respondan por los votos recibidos en Bolívar bajo el manto de Aida Merlano.
Estamos asistiendo, si la CSJ tiene la buena voluntad, a un proceso parecido a la parapolítica, porque son varios senadores, representantes, alcaldes, gobernadores, diputados y concejales que entran en este mismo modus operandi que eligió a Aida Merlano como senadora de la República. En Barranquilla, si hay justicia, ningún político poderoso quedaría sin cabeza. Si Aída se cayó, es lógico que se caiga los demás senadores, entre ellos Arturo Char y Laureano Acuña.