El “petrovideo” de la parapolítica, 15 años después, mantiene el imaginario colectivo sobre Gustavo Petro. Por tercera oportunidad el líder del Pacto Histórico se lanza como candidato presidencial. Esta es la segunda vez que tiene posibilidades de ganar la presidencia. ¿La podrá alcanzar? ¿Podrá vencer el miedo que su figura representa para el régimen dominante y para un importante sector de la sociedad colombiana?
En efecto, Petro se transformó en la figura política más destacada de la izquierda. Desde 2009 era la esperanza de toda la izquierda para obtener la presidencia de la república. Pero en la medida en que creció su prestigio, también fue creciendo el temor que representaba para importantes sectores de la opinión pública nacional.
El imaginario colectivo sobre Petro
El punto de inflexión de la construcción de su imaginario colectivo, a la manera como lo entiende Edgar Morin, quizás fue el gran debate de la parapolítica. Puso en la picota pública a importantes figuras del congreso y del gobierno de Uribe vélez. Esto facilitó para que la Corte Suprema de Justicia preparara una serie de procesos que se conoció como la parapolítica. Desde ese hecho, Petro se formó como la figura antisistema.
Recordemos que el 17 de abril de 2007, el entonces senador realizó en la plenaria del Congreso el debate sobre las Convivir y el desarrollo del paramilitarismo en Antioquia. Petro puso al descubierto el papel del presidente Uribe Vélez en el impulso de las Convivir y en el nacimiento del paramilitarismo cuando fue gobernador de ese departamento. En esa oportunidad presentó una fotografía de Santiago Uribe (hermano de Álvaro Uribe) junto al narcotraficante Fabio Ochoa.
A partir de ese debate, el país se creó un imaginario del hoy candidato a la presidencia. Se le veía como la antítesis del presidente Uribe. Aunque tres años más tarde, no pasó a segunda vuelta en las elecciones de 2010. Pero alcanzó una significativa votación. En 2012 le permitió ganar la alcaldía de Bogotá donde presentó su propuesta de Bogotá Humana.
Petro ¿candidato del establecimiento?
Si entendemos el establecimiento como el conjunto de instituciones políticas mediante el cual se perpetúa un sistema político, ¿Gustavo Petro técnicamente cabe dentro del concepto de antisistema? Sin duda, no es un candidato antisistema. Se puede pensar que es el candidato que podría corregir los grandes errores del régimen dominante que ha llevado a una crisis de las instituciones políticas del sistema dominante. ¿Se entiende? Contrario a su oponente, no podría ser salvador del régimen pero sí del sistema. ¿Se entiende?
Después de 15 años y de haberse consolidado el régimen neobonapartista hasta llegar a la decadencia de hoy, Petro se erige en la alternativa del régimen frente a un candidato que se presentó como antisistema. Pero si los votos de Fico se van para donde Rodolfo Hernández, éste se podría erigir en el salvador del régimen mas no del sistema político. Es decir, que los colombianos nos vemos abocados a decidir entre dos candidatos que inicialmente se presentaron como antiestablecimiento. Siendo que Petro viene del sistema político con más de 30 años de lucha parlamentaria y su contrario la única experiencia política que presenta es haber sido alcalde de Bucaramanga.
¿El ingeniero candidato antisistema?
No obstante, para ser más preciso en este análisis, el ingeniero es el típico candidato antisistema que utilizará a la extrema derecha para construir un proyecto personalista de la política. Gustavo Petro pasó a ser el candidato del sistema político colombiano, ya que reúne importantes fuerzas de la política tradicional. El samperismo, el santismo y algunas figuras que fueron de la parapolítica (verbigracia, los Montes) apoyan el proyecto del Pacto Histórico. ¿Qué representa Roy Barreras y Armando Benedetti al interior de esa gran coalición? Al sistema político tradicional que quieren corregir con 20 años de neobonapartismo uribista.
Sin embargo, eso no es óbice para que los 5 millones de votos de la derecha que acompañaron a Federico Gutiérrez en la primera vuelta, ahora se vuelquen para donde el ingeniero. Este fenómeno es el que pondrían en franco peligro la presidencia de Petro. Esto es, Rodolfo Hernández es el candidato ideal creado en el fragor electoral por el régimen para derrotar a Gustavo Petro. Es el ideal, porque no se percibirá como candidato del régimen sino como antiestablecimiento ¿Cumplirá esa misión?
¿El imaginario colectivo se impondrá?
Pese a todo, el imaginario colectivo sobre Gustavo Petro se mantiene. Pero ese imaginario también arrastra, con mucho peso, el miedo de su figura. Es un miedo casi patológico de las élites dominantes de la economía y del poder real. Un miedo que han diseminado en gran parte de la sociedad colombiana. Este temor quedará a prueba este domingo 19 de junio.
¿El país decidirá por un candidato carente de formación política sólida en detrimento de un hombre que se ha forjado como estadista en estos 40 años de ejercicio profesional de la política? ¿Triunfará el miedo que en su larga vida política de confrontación produjo Gustavo Petro? ¿Le cobrarán su falta de compasión con muchos de sus contrincantes? ¿Ganará el candidato antiestablecimiento que, por supuesto, no es Gustavo Petro?
El régimen político está moribundo. Necesita un salvador. En tanto que el sistema político, que es el poder real de la política, sigue en crisis, necesita un regenerador. El primero podrá apelar al ingeniero Rodolfo Hernández. El segundo a Gustavo Petro. ¿Se entiende? Si gana Petro, el sistema político dominante se corrige. Si Gana el ingeniero, el régimen político tendrá 4 años más de vida, pero el país se deteriorará cada día más. ¿Qué decidirá el país nacional?