Defender a Petro y condenar a Hamás y al genocidio sionista de Netanyahu.
Defender a Petro y condenar a Hamás y al genocidio sionista de Netanyahu.

Defender a Petro y combatir el genocidio sionista de derecha sin caer en el antisemitismo, es una línea aparentemente confusa y contradictoria para la comprensión del conflicto palestino-israelí. Pero, esta posición es muy consciente que debe llevar a Colombia a solidarizarse con el pueblo palestino y, al mismo tiempo, expresar cero tolerancia a la barbarie sionista y al terrorismo de Hamás expresado el pasado 7 de octubre. Este ataque a la población civil provocó la ira del sionista fundamentalista Bejamin Netanyahu. Una ira que ya deja 2.400 palestinos asesinados, dos veces más de lo sufrido por Israel.

Pero ¿cuál es la verdadera esencia de este conflicto político que deviene en enfrentamiento armado y periódicamente en ataques terroristas, entre ambos bandos, que violan los derechos humanos? En este análisis se procurará tomar en la cuenta la posición del gobierno del presidente Gustavo Petro y la sistemática crítica que importantes sectores de la opinión pública nacional le vienen haciendo por su ausencia de condena a Hamás ante los ataques del pasado 7 de octubre.

Explicaremos por qué es necesario defender a Petro y cuestionar el sionismo de corte fascista que quieren imponer en Israel, según el mismo exministro de Seguridad de ese país, Nitzan Horowitz.

Defender a Petro

Defender a Petro frente a la agresión del neocolonialismo eurocentrico.
Defender a Petro frente a la agresión del neocolonialismo eurocentrico.

Si analizamos la posición del presidente Gustavo Petro, ella no es contraria a la que vienen proponiendo los sectores de oposición política del régimen extremista de Benjamín Netanyahu en Israel. El Primer Ministro hizo coalición con los sectores más derechistas de corte fascista de ese país. No representa el espíritu democrático de la mayoría israelí. Veamos un extracto del siguiente post del presidente de los colombianos:

“Propugnamos por un acuerdo de paz que reconozca los dos estados: Palestina e Israel, su soberanía y libertad y las fronteras de 1967.

La ocupación del territorio Palestino debe cesar. Palestina debe ser libre. Rechazamos que las extremas derechas de los dos países lleven a las dos sociedades a un conflicto donde todos serán derrotados. Peor aún, a una conflagración mundial. Debe haber un sentido de responsabilidad también con la humanidad.

En las acciones violentas de las partes, se han cometido crímenes de guerra y de lesa humanidad que deben ser investigados por las justicias de los dos países o por la internacional. La población civil ni israelí no palestina son responsables de esa violencia. La Autoridad Nacional Palestina ha actuado con responsabilidad. Esperamos que sus deseos de paz se vuelvan realidad. El alto al fuego debe imponerae ya para impedir mas víctimas civiles. Colombia enviará ayuda humanitaria a Gaza”.

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Antecedentes políticos del ataque de Hamás

El ministro de Seguridad de Israel hasta diciembre de 2022 y ahora uno de los líderes de la oposición del actual gobierno, Nitzan Horowitz, le dijo a la revista El Grand Continent, de que millones de israelí venían expresando un gran malestar frente al fracaso de la política fascista de Netanyahu. O sea que no es un invento del presidente Petro cuando calificó de sionista fascita la conducta del gobierno israelí:

“Pero lo que está ocurriendo es también un fracaso de la política de Netanyahu. En Israel, octubre marcó el décimo mes de un movimiento cívico sin precedentes contra el golpe legal de Benjamin Netanyahu. Lo que yo llamo el golpe de Estado legal es el espectro de todas las tendencias antidemocráticas y fascistas del gobierno actualmente en el poder. El movimiento de oposición ha reunido a millones de ciudadanos, incluidos oficiales militares, incluida la élite del Estado: pilotos, médicos, ingenieros, representantes del sector de la alta tecnología, etcétera”.

En consecuencia, Horowitz, es uno de los líderes de oposición del gobierno ultraderechista y golpista de Netanyahu. No es un enemigo de Israel. Por el contrario, denunció que el primer ministro está socavando los cimientos fundantes de la democracia de Israel. Fíjense en la frase que se extrae:

“Lo que yo llamo el golpe de Estado legal es el espectro de todas las tendencias antidemocráticas y fascistas del gobierno (de Netanyahu) actualmente en el poder”.

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Lo curioso

Benjamín Netanyahu, ultranacionalista, unido con los sionistas extremistas de israel. Defender a Petro y condenar a Hamás y al genocidio sionista
Benjamín Netanyahu, ultranacionalista, unido con los sionistas extremistas de israel. Defender a Petro y condenar a Hamás y al genocidio sionista

No obstante, lo más curioso del ataque de Hamás es la falta de sospecha de la inteligencia militar para prever el ataque terrorista. No se dieron cuenta de los movimientos del grupo miliciano que debió tener varios meses de preparación para esa agresión perpetrada por comandados armados que penetraron hasta los kitbutz. Al respecto, Horowittz, señala:

La política de Netanyahu era explícitamente reforzar a Hamás para profundizar la tensión entre Hamás y la Autoridad Palestina en Ramala, que ha sido nuestro principal interlocutor desde los Acuerdos de Oslo. 

Desde una perspectiva más amplia, podríamos decir que Netanyahu estaba buscando algo así como un S11 como pretexto para atacar a la nación Palestina. Con esta política buscaba tres objetivos. Primero, ganaba gobernabilidad y conjuraba la crisis que lo asediaba. Segundo, se fortalecía su posición ultraderechista y sinionista. Tercero, obtenían consenso para declarar la guerra e invadir al pueblo palestino.

Por esa razón, el Primer Ministro israelí se empecinó en favorecer a Hamás para sabotear a la autoridad legítima de palestina en cabeza de la OLP y del partido Fatah.

Contexto histórico del conflicto

Sin embargo, las agresiones contra los palestinos fueron una provocación a un pueblo que vive confinado en un asedio armado desde 1948. Época en la que se creó el Estado de Israel en territorio palestino. El surgimiento de este aparato político y militar fue a expensas de los diferentes pueblos históricos que se resumen en el vocablo Palestina. Es un territorio reclamado por los sionistas de derecha (capitalistas fascistas) y de izquierda (socialistas-nacionalistas). Dos facciones que hoy se expresan a través del partido Likud y el partido Laborista, respectivamente. Así se materializó el concepto sionista de encontrar la tierra prometida para una raza escogida por Dios.

El actual primer ministro, Benjamín Netanyahu, pertenece al ala de derecha del Likud. Luego de su triunfo electoral, pactó, en diciembre de 2022, un acuerdo político con los partidos de ultraderecha y ortodoxos de Israel.  Podemos citar las organizaciones políticas Sionismo Religioso del ultranacionalista Bezalel Smotrich; Poder Judío, del racista antiárabe Itamar Ben Gvir, Noam del homófobo Avi Maoz y los dos partidos ultraortodoxos: Judaísmo Unido de la Torá (JUT) “Asociación Internacional de los Sefardíes Observantes de la Torá” (Shas).

Es decir, que Netanyahu es respaldado por la más rancia ultraderecha nacionalista israelí al estilo Trump. Venía favoreciendo a Hamás en detrimento de la OLP, la verdadera autoridad política de Palestina.

Los ataques israelíes invisibilizados

Antes del ataque de Hamás, el favoritismo de Netanyahu vivía su décimo mes de crisis política que se expresaba en una falta de gobernabilidad. Por esta razón, el gobierno buscaba un elemento que podía distraer a la opinión pública nacional y cohesionar políticamente a su régimen derechista y ultranacionalista de corte fascista.

En primer lugar, se debe destacar que la incursión del 7 de octubre de fuerzas milicianas de Hamás en asentamientos de colonos israelíes, tiene unas causas inmediatas que nunca aparecieron en el radar de la opinión internacional. Por lo menos, se presentaron tres hechos que hirieron el sentimiento palestino y la religiosidad islámica. Fueron ataques perpetrados por el ejército israelí en territorio de Cisjordania y Gaza.

Esas agresiones israelíes, no tuvieron trascendencia en la Gran Prensa mundial, porque de cualquier modo, Israel es el producto social y político de la cosmovisión eurocéntrica en el medio oriente.

Por ejemplo, el primer ministro Benjamín Natanyahu celebró (06-08-2023) el hecho de que sus fuerzas militares asesinaran fríamente a tres palestinos con la supuesta justificación de que preparaban un ataque terrorista. Según la DW, la Agencia de noticias de Israel dijo en aquel momento:

“Fuerzas de seguridad actuaron para evitar una amenaza inmediata y atacaron a una célula terrorista del campo de refugiados de Yenín que se dirigía a llevar a cabo un ataque terrorista”.

DW.

Hamás no es Palestina ni Netanyahu representa al pueblo israelí

En otras palabras, ni Hamás representa al pueblo y sentimiento palestino, ni Netanyahu es representativo de la democracia y los valores israelí.

¿Debe responder el pueblo de Palestina por la actuación terrorista de Hamás? Por supuesto que no. Esta es una organización que surgió en la década de los 80 con el beneplácito de Washington y de Tel Aviv para dividir y debilitar a la autoridad palestina de Fatah y, por ende, a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Luego de los Acuerdos de Oslo.

Pero, Hamás creció y devino en un brazo armado inspirado por esas ideas fundamentalistas que pregonó su líder espiritual, el jeque Ahmed Yassin. Este líder religioso que tuvo alguna relación inicial con la organización Hermanos Musulmanes, nació probablemente en 1936 en la aldea de Al Jura, distrito de Majdel. Esa aldea fue arrasada por el ejército hebreo en 1948, durante la primera guerra árabe-israelí donde murieron centenares de civiles de origen palestino.

En ese sentido, Hamás, como organización fundamentalista no representa la autoridad política de la nación palestina. Su ideal político busca construir una nación islámica ligada a la tradición religiosa del islamismo, donde la política se concibe como parte del ejercicio del Corán. Esta organización se desarrolló y se expandió en la franja de Gaza obteniendo apoyo político y social.

Conclusión

Dicho de otro modo, combatir la expansión sionista -que es una nueva forma de neocolonialismo propiciada por Washington- no es ser antisemita, especialmente antihebreo o antijudío. Por el contrario, es identificar la diferencia filosófica del sionismo, cuyo padre ideológico fue el periodista austro-húngaro de origen judío Theodor Herzl. Fue una respuesta al antisemitismo que se profundizaba en aquella época de finales del siglo XIX.

Hoy, el sionismo ultraderechista, es un brazo prolongado del nacionalismo y supremacía racial que tuvo en Donald Trump su máxima expresión. Es una guerra, cuyos orígenes se remontan a la política expansionista del neocolonialismo europeo y norteamericano. Allí se ve bien a Gustavo Petro, nuestro presidente.

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