Quitarle el caviar a los ricos es un discurso que despierta las fibras de los trabajadores y de los desposeídos. Un discurso que hipnotiza y moviliza a las masas. El presidente lo sabe y lo utiliza como si fuera un mago. Pero, al mismo tiempo, Petro no ejerce el poder conferido por una elección legítima privilegiando un gobierno compartido que le da continuidad al sistema dominante. Esto es un fracaso total para alcanzar los objetivos del cambio que prometió: eliminar los factores de pobreza y desigualdad reinantes.
La clave del poder es ejercerlo, según el humanista francés Michel Foucault. Y en estos 9 meses, Petro no ha ejercido el poder político que el electorado le delegó en las elecciones de junio de 2022. Desde el 7 de agosto ha mantenido entretenido a un sector político que está a la expectativa. Pero en la medida que pasa el tiempo, se está quedando solo.
Ahora que nuestro presidente regresó de España pletórico de resultados, muchos se dieron cuenta que tiene un doble discurso. Y este es su gran debilidad aprovechada por sectores de derecha de España para cuestionar sus planteamientos. La prensa española desdeñó los acuerdos de cooperación internacional con el gobierno de Pedro Sánchez. Sólo se centró en ese doble discurso y en la falta de frac del presidente colombiano. En tanto la prensa colombiana se preguntaba cuánto habría costado la vistosa vestimenta de su esposa Verónica Alcocer en los eventos protocolarios de la diplomacia y en la coronación del rey.
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El caviar de los ricos
La inversión española en Colombia asciende a 28.000 millones de euros. Muchos ricos empresarios españoles tienen grandes intereses en Colombia. Cuatro multinacionales españolas (Telefónica, Repsol YPF, Endesa e Iberdrola) tienen negocios en el país junto con Abertis, Acciona, FCC, ACS, Ferrovial o Sacyr. Mientras Petro hablaba contra el «yugo español» y muchos trabajadores e indígenas le aplaudían, le entregaba en concesión el Canal del Dique a Sacyr Concesiones. Esta empresa española tiene una inversión de 490 millones de dólares en construcción de vías y servicios. Aparte del Canal del Dique, la alcaldía de Bogotá le adjudicó este año cuatro contratos por valor de 208 millones de dólares.
Sin embargo, los mandatarios trataron temas sensibles para ambos países. La España de Sánchez tiene demasiados intereses económicos y políticos en la Colombia de Petro, tal como quedó claro en la anterior entrega. Sánchez expresó su apoyo a las reformas y, en especial, a la bandera de la “Paz Total” donde el gobierno ibérico juega el papel de garante. Precisamente este año su aporte llega a 1 millón de euros para facilitar ese diálogo con el ELN.
En la visita a la madre patria, los herederos de los conquistadores y colonizadores se dividieron en dos. Los que recibieron con los brazos abiertos y los que le dieron la espalda. La extrema derecha de Vox no quiso escuchar el discurso de Petro, mientras la bancada del PSOE y sus aliados gobiernistas aplaudían.
Del balconazo al Salto del Tequendama
En efecto, en el balconazo del Primero de Mayo 2023 donde desempolvó el viejo discurso indigenista utilizado por la oligarquía criolla en su guerra independentista, sumado al discurso obrerista, atacó la injusticia social y al «yugo español». Pero, cuatro días después le firmaba a los españoles nuevos contratos de cooperación. En esta oportunidad el presidente Petro, ante el parlamento ibérico, apeló a las raíces culturales que unen a Colombia y España. Se olvidó del «yugo español». Y sobrevino lo que le gusta, la confrontación o la ovación. Aplauso cerrado de más de un minuto antes de intervenir en el parlamento, mientras la bancada de extrema derecha de Vox se salía del recinto.
El discurso de Gustavo Petro no se correlaciona con lo que hace. Es decir, con su práctica política y su incapacidad para ejercer el poder a favor de los pobres. Ocho meses diciéndonos que el cambio llegó con un gobierno compartido que ha sido la continuidad de Iván Duque. No hay una ruptura, una discontinuidad. Un gabinete al mejor estilo posfrentenacionalista: liberales y conservadores de todos los matices revueltos con algunos sectores de izquierda arraigados al sindicalismo como la ministra del Trabajo Gloria Inés Ramírez. Funcionó como una aplanadora hasta cuando intentó aprobar las reformas petristas. Allí salió la verdadera esencia del diálogo nacional. Todo indica que las colectividades tradicionales están por prebendas burocráticas antes que principios programáticos.
Quitarle el caviar a los ricos
La primera vez que disfruté un plato de caviar fue preparado por Gloria Gaitán, la hija del caudillo popular Jorge Eliécer Gaitán. Lo disfrutamos en su casa del norte de Bogotá mientras hablamos de cualquiera de los temas que domina esta gran mujer. No sé si el caviar estaba rociado de vodka, pero tenía un toque caribeño que se complementaba con una jaiba.
Según Alberto Zalamea, esa era la respuesta que el caudillo popular, Jorge Eliécer Gaitán, tenía para aquellos que le criticaban su afición de consumir caviar rociado con vodka. El pensamiento de Gaitán se resume en esa frase. La revolución, el cambio que proponía, era que todos participaran de los bienes terrenales y no solo una ínfima minoría, que él llamo oligarquía. Gaitán ganó dinero con el ejercicio de su profesión. Invirtió sus recursos en negocios, por ejemplo, una droguería. Ahorró para irse a estudiar a Italia y descubrió que los seres humanos tenemos un quiste psicológico que ahora los expertos de la neurociencia lo explican de otra forma.
Por esa razón, la revolución de Gaitán no era producto de un discurso trasnochado de odio a los capitalistas sino la oportunidad para que las masas irredentas tuviesen la oportunidad de educarse y trabajar por un bienestar social. Por ejemplo, no se trata de expropiar la tierra o las fábricas a los grandes tenedores y repartirlas. La idea es que los campesinos puedan y quieran producir la tierra como los trabajadores disfrutar sus derechos laborales o el microempresario ser un gran empresario. Una verdadera revolución no se basa en quitar sino en crear las condiciones para producir riquezas mediante el trabajo o el empredimiento. Y así, vivir sabroso. Cosa que tampoco ha entendido la vicepresidenta Francia Márquez, quien se empecina en su discurso de odio a los empresarios y a la oligarquía. Pero, ya en el poder, hacen lo mismo que ésta hace.
El doble discurso del presidente
Como se sabe, el presidente Gustavo Petro fue duramente cuestionado por la prensa española durante su visita a ese país. Como es lógico, también por los sectores políticos de derecha por su supuesto doble discurso. El editorial de ABC se refirió al balconazo del Primero de Mayo y al discurso ante el parlamento español. El editorialista lo tituló: «El doble e interesado discurso de Gustavo Petro».
Lo mismo ha sucedido durante sus 9 meses de gobierno compartido. Nada ha cambiado. Guillermo Reyes hizo lo que hizo Angela María Orozco, quien se complació en abrir la licitación con un único proponente: Sacyr Concesiones. Reyes, luego de entregar el Canal del Dique y otras grandes obras dejada por Duque, salió de la administración. Fue reemplazado por William Camargo, quien fuera el presidente de la ANI. Todo sigue igual como en los cuatro años de Duque. No hay gobierno de transición. No existe acuerdo programático. Sigue el mismo sistema de contratación. Las reformas están aplazadas y parecen que son barcos sin puertos seguros.
Quitarle el caviar a los ricos, sigue siendo el discurso
No obstante, Gustavo Petro sigue manejando su discurso de confrontación construido en 10 años de clandestinidad y 30 años de parlamentarismo: quitarle el caviar a los ricos. Como dice Michel Foucault, el discurso sirve para conseguir el poder, mantenerlo y perderlo. Si la espina dorsal de ese discurso es quitarle el caviar a los ricos, ¿por qué no lo ha hecho? Así entretiene a las masas desposeídas que trata de movilizarlas como si estuviera en campaña electoral permanente:
La promesa del cambio está en el discurso, mas no en la praxis política del presidente del Pacto Histórico. La gente votó por el cambio. Petro le está haciendo fraude a su promesa electoral con su falta de ruptura con el pasado. Por esta razón, Colombia Humana brilló por su ausencia popular en la pasada consulta. Es un presagio de la derrota que sufriría el Pacto Histórico en las próximas elecciones regionales. Y el presidente se podría quedar más solo que nunca. Su voz cada día se hace más vacía:
¿Quitarle el caviar a los ricos?
¿Qué medios subjetivos y materiales está proporcionando el gobierno de Petro para millones de colombianos que trabajan en la informalidad? Pero vivir sabroso sin trabajar, sin aportar al desarrollo del país, es la filosofía de oportunistas y arribistas. Deleitar el caviar de los ricos sin trabajar no construye país ni es hacer patria. Quitarle el caviar a los ricos, si bien moviliza a los desposeídos, no es la mejor forma de construir un país potencia de la vida sino de la muerte. Es decir, es la continuidad de un discurso a la inversa de las oligarquías dominantes que solo han vivido de quitarle el caviar al pueblo,