
Cartagena no necesita un POT decorativo. Necesita un instrumento técnico, ético y territorial que responda a las realidades de su gente y a los desafíos de su suelo. Pero lo que tenemos hasta hoy es un simulacro. Y el responsable directo de esta ficción institucional es el Secretario de Planeación Distrital, Camilo Rey Sabogal, quien no superó el examen de las 150 preguntas formuladas con rigor técnico y jurídico. ¿Resultado? Un déficit de conocimiento que raya en la irresponsabilidad funcional.
Por esa razón, el enfoque de este análisis se centra en el hecho de que el Secretario Camilo Rey Sabogal se rajó en la prueba de conocimiento sobre el POT.
Por tanto, es base para una denuncia profunda sobre la simulación institucional y el vacío técnico que amenaza la planeación territorial de Cartagena. Hecho que las organizaciones sociales y todos los estamentos de la ciudad —incluyendo al presidente del Concejo distrital Rafael Meza— deben apersonarse para solicitarle al alcalde Dumek Turbay el cumplimiento de su promesa de campaña de actualizar el POT para la super ciudad que necesitamos.
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¿Ignorancia o simulación?
Empecemos por decir que Rey Sabogal no sabe qué es un expediente urbano. Lo dijo sin pudor, contradiciéndose entre comunicados oficiales y respuestas al derecho de petición. Primero anunció su existencia como si fuera una joya técnica. Luego negó su obligatoriedad, ignorando la Ley 388 de 1997 y el Decreto 1077 de 2015. ¿Ignorancia supina o estrategia para encubrir la ausencia de insumos técnicos?
Si la respuesta a ese interrogante se inclina por la ignorancia supina, es un grave engaño. O si es una falta de conocimientos técnicos, es gravísimo. Tendríamos, entonces, un POT decorativo para decir que fue actualizado. En su esencia sería un simulacro institucional que la sociedad cartagenera no puede aceptar ni tampoco el alcalde. Turbay está obligado a subsanar rápidamente esta falla.
Como se viene demostrando en este trabajo de periodismo propositivo, la actualización del Plan de Ordenamiento Territorial, es urgente y necesario, después de un desfase de 13 años. En 2012, debimos tener la primera actualización del POT como una forma de atajar la pobreza territorial de la ciudad. Pero la pobreza mental e intelectual de las administraciones anteriores fue diciente para no cumplir con este objetivo fundamental para el desarrollo de la ciudad.
Rey se rajó en el examen
Las 150 preguntas no eran un capricho del periodista. Eran una radiografía del estado real del POT. Y lo que revelaron es para que la administración y la ciudadanía suenen las alarmas.
Nos encontramos con respuestas evasivas, contradicciones normativas, y una falta de articulación entre diagnóstico, seguimiento y formulación. El expediente urbano, columna vertebral del POT, fue tratado como un accesorio opcional. Grave error. Grave falta.
Implicaciones disciplinarias y fiscales
La conducta del Secretario no es solo una falla técnica. Es una posible falta disciplinaria gravísima. Al falsear la existencia de un sistema de información integral, incurre en falsedad ideológica. Al negar la obligatoriedad del expediente urbano, vulnera el principio de legalidad. Y al simular un POT sin insumos reales, podría estar incurriendo en desviación de poder y simulación institucional.
Si el alcalde quiere un POT actualizado con todos los juguetes, pararía ese esperpento. Si desea un POT decorativo, seguiría con lo que está haciendo Rey Sabogal.
Si el alcalde duda de lo que decimos en VoxPopuli Digital, para que tenga la certeza debería someter el proceso de actualización del POT a una auditoria forense. Esto prevendría riesgos estructurales en contratación, participación ciudadana, gestión ambiental y uso del suelo.
¿Qué POT necesita Cartagena?
Ya se dijo, Cartagena necesita un POT que dialogue con el territorio. Que integre datos georreferenciados, mapas de riesgo, zonificaciones, usos del suelo, licencias, vulnerabilidades y dinámicas poblacionales. Un sistema vivo, no un archivo muerto.
Lo que presentó Rey Sabogal como expediente urbano, es un simulacro que falsea la realidad de Cartagena. Sin expediente urbano, no hay diagnóstico. Sin diagnóstico, no hay formulación. Y sin formulación, no hay POT. Entonces, el alcalde no cumpliría con una de sus banderas programáticas.
Esta entrega no es solo una crítica al POT decorativo que está cocinando Planeación Distrital. Es una alerta temprana. Porque cuando la planeación se convierte en fachada, la ciudad pierde su brújula. Y Cartagena no puede seguir navegando en la oscuridad institucional.
Próxima entrega: ¿Adónde ha parado la plata de la actualización del POT?
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