El relato de Petro es una estrategia política de contraatacar, al mismo tiempo, contra diferentes flancos y con la virulencia del discurso presidencial. Este relato instauró un clima de confrontación innecesaria en la nación que, contrario a lo que consideran sus seguidores, solo perjudica a los más vulnerables y necesitados. Para darse cuenta de esta situación, basta mirarse a sí mismo. Nada ha cambiado en su entorno. Los mismos con las mismas, como solía decir J.E. Gitán. Solo oportunidades individuales que se perciben en aquellos que tienen influencia con el alto gobierno. Bajo el temor real o no de que lo van a tumbar, sin duda, el presidente Petro, no sólo se desmitifica, también está cavando su propia muerte política que lo debilita profundamente. Esto creó una incertidumbre social y económica.
¿Por qué marca la decadencia política del presidente Petro? Porque ese miedo terrorífico a que lo tumben, si bien tiene resultados políticos inmediatos cuando se victimiza, produce consecuencias catastróficas en el futuro. La inacción gubernamental es evidente hoy. Este terror paralizante, a su vez, lleva a Petro a instrumentalizar al movimiento social y crea, además, una atmósfera de incertidumbre nacional.
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El relato de Petro y la realidad
El presidente Gustavo Petro, disfraza la realidad del país desde una perspectiva recreada basada en el miedo. Un relato lleno de temor. Una victimización de que “no me quieren dejar gobernar”. Lo que se vive hoy en su gobierno es una réplica de la Bogotá Humana donde se victimizó con el golpe asestado por el procurador Alejandro Ordoñez. Así justifica los mediocres indicadores de desempeño de la administración. Por ejemplo, el 71,3% de la ejecución presupuestal de 2023, la menor en la última década. Lo mismo que en este primer trimestre, la ejecución cayó en un 9,1%, el peor de los últimos 10 años. Ni siquiera superó los resultados mediocres del Covid/19.
Este panorama es grave. Pues, estamos supuestamente en el año de la reactivación económica, como lo señala alegremente el Ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla. Pero, los indicadores económicos del 2023 son preocupantes. Es una realidad paralela a la recreada por el gobierno. La inversión manufacturera, por ejemplo, cayó en un 24,8% el año pasado. Retrocedió 18 años hasta el 2005. Si no se invierte en la producción, la economía se contrae. En los primeros tres meses del año la economía creció un 0,7% del PIB. Una baja del 2% frente a la cifra del primer trimestre del 2023, cuando había repuntado un 2,7%.
El niño llora y la mamá que lo pellizca. Si el sector privado reduce la inversión en manufacturas, resiente la economía. Esto se podría contrarrestar con una inversión del sector público. Pero, los indicadores en este aspecto son raquíticos en la ejecución presupuestal, como ya se citó. El Plan de Desarrollo, por tanto, pasa a ser una quimera. Con esta conducta, presidencia desprecia los actos cotidianos de gobierno para enfocarse en aspiraciones menos realizables como salvar al mundo de la crisis climática o apostar todos los huevos en una sola canasta: las reformas sociales.
En tanto este hecho, se traduce en la reducción paulatina de las condiciones de vida de los más vulnerables. Se hace más inaccesible una vivienda, servicios públicos eficientes, un empleo sostenible y la movilidad social se reduce a la mínima expresión. O sea, que el anhelado cambio potencia de la vida seguirá siendo un relato romántico, pero no real.
Los 5 hechos paralizantes de Petro
En concordancia con esa tesis, cerremos el foco a un nivel fáctico, libre de una interpretación sesgada política e ideológicamente. En síntesis, solo se menciona 5 hechos de gobierno que corrobora el análisis propuesto desde una perspectiva analítica de la coyuntura.
El primer hecho, el foco del gobierno se centra en que no lo tumben. El segundo, la ejecución del Plan de Desarrollo Potencia Mundial de la Vida pasó a segundo plano. Tercero, el gobierno focalizó su objetivo en un tiempo psicológico pasado/futuro. Se olvidó del presente, que es lo único real que tenemos. Cuarto, por ende, su bandera fundamental son las fallidas reformas sociales (futuro), porque quiere pasar a la historia como el reformador. Quinto, un gobierno que se niega a sí mismo. Construye un relato romántico de la pobreza y de las luchas sociales por el cambio anclado en el pasado. Al tiempo, se olvida de que tiene el bolígrafo (presente) para decretar hechos de gobierno y no discursos para superar esa pobreza que crítica con entereza y razón.
En la próxima entrega detallaremos esos 5 hechos paralizantes de la gestión de Gustavo Petro. Es lo real y no su relato de que lo van a tumbar. Él se está cayendo, pero por su propio peso y no el peso de la derecha opositora que también tiene su propio relato.
¿El cambio prometido ha llegado en ti o en tus vecinos? El apoyo condicional a Petro es que se dedique a gobernar y no pelear. Tampoco a relatar historias fantásticas.