La subcultura de la corrupción se impuso con la elección ilegal del contralor Distrital de Cartagena Héctor Consuegra Salinas, protegido del alcalde William Dau Chamat. Desde la alcaldía se pudo configurar un concierto para delinquir con los ocho concejales que lo eligieron. Asimismo, los siete que votaron por Fredys Quintero, podrían incurrir en ilegalidad, ya que también estaba inhabilitado.
En esta oportunidad vamos a desarrollar la historia de la inhabilidad de Consuegra Salinas, en el entendido que hoy estuvo buscando un juez o notario para que lo posesionara. Sobre el caso de Quintero lo reservamos para la siguiente entrega de esta historia de corrupción.
Elección ilegal
¿Por qué fue una elección ilegal? El artículo 164, literal C, tomando en cuenta el numeral 2º del artículo 95 de la misma Ley 136 de 1994, dice:
“Incompatibilidades. Los contralores municipales además de las incompatibilidades y prohibiciones previstas en los artículos 96 y 97 de esta Ley, en lo que les sea aplicable, no podrán desempeñar empleo oficial alguno en el respectivo municipio, ni ser inscrito como candidato a cargo de elección popular sino un año después de haber cesado en sus funciones”.
Fíjese en el texto subrayado por este periodista: “ni ser inscrito como candidato a cargo de elección popular sino un año después de haber cesado en sus funciones”. Quiere decir, que una vez Consuegra se inscribió en el proceso eleccionario, el ente responsable de su elección debió rechazarlo de plano.
Consuegra se inscribió el 29 de enero con una declaración juramentada que no se encontraba incurso en inhabilidad o incompatibilidad para ejercer el cargo. Esto lo certificó el concejo distrital a través del comunicado No 136 del 15 de julio.
En ese momento de su inscripción no estaba inhabilitado. Pero el 7 de febrero —como lo revelamos ayer— el alcalde William Dau lo nombró jefe de Control Interno del Edurbe. Una vez se posesionó (17 de febrero) se inició una inhabilidad sobreviniente. Si no se hubiese posesionado, tal inhabilidad no se hubiese dado.
Sin el pan y sin el queso
Consuegra Salinas (abogado y contador) conocía perfectamente el régimen de inhabilidades e incompatibilidades para ser elegido contralor. Su experiencia laboral indicaba que había sido funcionario público en la Fiscalía y en otros entes oficiales. Pero quiso asegurar dos cargos que son incompatibles en el tiempo y en la jurisdicción territorial.
En el momento de su posesión, el contralor elegido ocultó deliberadamente su condición de funcionario público en el orden ejecutivo dentro de la jurisdicción del distrito de Cartagena. Por esta razón fue importante que reveláramos su condición una vez fuera elegido y no esperar su posesión.
Si Consuegra se hubiese posesionado, el proceso pasaría a una demanda de nulidad electoral ante lo contencioso. Este hecho, hubiese sido traumático para la ciudad. Nuevamente nos hubiésemos quedado sin contralor como en el período anterior.
El contralor elegido no podrá ser posesionado por la junta directiva del concejo. Si lo posesiona, sería una conducta temeraria de los concejales y agravaría su situación jurídica y disciplinaria, ya comprometida con la elección ilegal del funcionario.
En el día de hoy, Consuegra presentó su renuncia irrevocable como jefe de Control Interno del Edurbe. Ahora se espera que sea aceptada. Es decir, que el amigo de Dau Chamat no será más funcionario público en Edurbe, pero tampoco contralor. Esto es, se quedó sin el pan y sin el queso. Por buscar la presa más grande, soltó la que tenía. Y ahora debe enfrentar un proceso disciplinario y penal por violar la ley.
Falta de honestidad
A Consuegra y a su nominador (el alcalde) les hizo falta integridad, honestidad, transparencia y respeto por el bien común. El alcalde es abogado y había sido veedor. El contralor elegido también es abogado, auditor y trabajó en la Fiscalía. No pueden hablar de desconocimiento de la ley ni de la jurisprudencia.
El alcalde William Dau quien lo nombró y el gerente de Edurbe Javier Tolosa Amarís, quien lo posesionó, también fueron omisivos. O sea, que son responsables de esta conducta ilegal en su calidad de cómplices. De hecho, este elemento nos llevaría a una argumentación objetiva de la configuración del delito de concierto para delinquir.
En tanto, el ejecutivo y un sector mayoritario del concejo se amangualaron ilegalmente para elegir a un contralor que estaba inhabilitado. Pero el tiro le salió culatero.
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¿Ignorancia supina del concejo?
¿Es el concejo inocente? ¿No sabía que Consuegra era el jefe de Control Interno del Edurbe? En su comunicado el presidente de la corporación, David Caballero, manifestó que oficiaron a la alcaldía y a todos los entes descentralizados del orden distrital para establecer si algunos de los inscritos ejercía un cargo del orden ejecutivo. Y no hubo información de que Consuegra ocupaba el cargo que hoy lo inhabilita.
¿Esa ignorancia supina que alega tener el concejo podría atenuar la pena y la sanción a los concejales en un proceso penal y disciplinario? La respuesta es ¡no! No existe justificación alguna para establecer la inevitabilidad de dicho desconocimiento.
Ahora bien. Los concejales pueden alegar que fueron engañados por Consuegra Salinas, quien juró no estar incurso en inhabilidades e incompatibilidades. Si hilamos delgadito, Consuegra no mintió. En el momento de su inscripción (29 de enero) no estaba inhabilitado. Pero cuando se posesionó (17 de febrero), debió renunciar en su inscripción como candidato a contralor si prefería seguir siendo jefe de Control Interno del Edurbe.
No obstante, pasaron 5 meses desde que Consuegra venía ejerciendo el cargo y sospechosamente ni el alcalde, ni los concejales, ni el gerente de Edurbe fueron capaces de darse cuenta que el susodicho contralor elegido era un funcionario público a nivel ejecutivo. Aquí no cabe la ignorancia supina.
Tesis peregrina
Cuando tú eres un funcionario corrupto, esta condición subjetiva te impide ver la legalidad (la objetividad de las cosas) y busca la manera de torcerle el cuello a la ley. O como diría un campesino de las sabanas de Bolívar, le busca la comba al palo. Esta conducta subjetiva se materializó en la elección ilegal del contralor.
Eso fue lo que sucedió con esta historia de corrupción. Historia que es peor que la elección de Nubia Fontalvo, la contralora que pagó los platos rotos del fiscal Néstor Humberto Martínez, quien necesitaba protagonismo mediático. Por lo menos, en el proceso anterior cumplieron formalmente con la legalidad. En el caso de Consuegra, la legalidad se la pasaron por la faja.
La tesis que ahora argumenta Consuegra y los ocho concejales que lo eligieron, es que el Edurbe no es del orden distrital y que, por tanto, está por fuera del régimen de inhabilidades e incompatibilidades establecidos por la constitución y la ley. Pero no es cierto.
El Edurbe inhabilita
Si alguien ocupare un cargo ejecutivo en el Edurbe y aspirare a ser contralor, estaría incurso en una inhabilidad. ¿Por qué? El Edurbe tiene una composición de capital donde el distrito posee el 86%. Pero además, su actuación misional y jurídica las cumple principalmente en el Distrito de Cartagena.
Dicho de otro modo, de hecho el Edurbe es del orden Distrital, tanto como su misión es mantener el sistema de caños, lagunas y escorrentías del Distrito de Cartagena. Sistema que se comunica con varios municipios aledaños y, por esta razón, son socios de Edurbe. Ese es el principio fundante de esta empresa.
¿Qué dice el concepto legal?
Sin hacer ninguna clase de especulación, vayamos al concepto legal de la Función Pública No 384521 de 2019 que resolvió una consulta de inhabilidad para aspirar al cargo de contralor distrital por ser empleado de la Contraloría Distrital.
Resulta que el jefe de la Oficina Asesora de Control Interno de la Contraloría Distrital de Cartagena, Iván Montes Salgado, quería postularse a la convocatoria de Contralor Distrital para el periodo 2020-2021. El mismo que aspiró Héctor Consuegra.
¡Pásmense! La Función Pública le respondió:
«De acuerdo con los argumentos expuestos, esta Dirección Jurídica considera que quien ejerció el cargo de Jefe de la Oficina Asesora de Control Interno de la Contraloría Distrital de Cartagena, no se encuentra inhabilitado para participar en la convocatoria para la elección de Contralor Municipal, pues ejerce un cargo que no pertenece a la Rama Ejecutiva del departamento (Distrito)».
Aun cuando se presentó un lapsus (en vez de decir Distrito dijo departamento), el espíritu del concepto es que no hay inhabilidad. ¿Por qué? Las contralorías fueron creadas para vigilar la actividad fiscal del ente territorial. No pertenecen a la jerarquía del poder ejecutivo del Distrito. Por tanto, un funcionario ejecutivo de la contraloría sí podría aspirar a ser contralor.
El poder ejecutivo
De acuerdo al concepto anteriormente citado, las siguientes entidades del orden descentarlizado pertenecen al poder ejecutivo, como Edurbe (empresa industrial y comercial del Estado):
«El sector descentralizado está conformado por aquellas entidades cuya gestión administrativa, aunque subordinada al gobierno central, se realiza con relativa independencia y que cuentan con autonomía administrativa y patrimonio propio o capital independiente como es el caso de los establecimientos públicos, las empresas industriales y comerciales del Estado, las sociedades de economía mixta, las unidades administrativas especiales con personería jurídica, las empresas sociales del Estado y las empresas oficiales de servicios públicos domiciliarios, entre otras».
Es decir, Edurbe S.A. encaja en una empresa que pertenece al Distrito, tanto como el presidente de la misma es el alcalde de Cartagena y el nominador del Jefe de Control Interno.
Eso quiere decir, que la tesis según la cual Consuegra no estaba inhabilitado quedó muerta con este concepto claro de la Función Pública. Otra cosa es que los abogados Dau y Consuegra están ciegos por la subjetividad corrupta que los guía. Y se negaron a ver la elección ilegal.
Este concepto le ahorraría tiempo y desgaste a la actual directiva del concejo no posesionando a Consuegra Salinas. Al mismo tiempo, debe solicitar el acompañamiento de la Procuraduría para iniciar un nuevo proceso, en palabras de Fabio Castellanos. Pero tendríamos que analizar la situación legal de la terna, en tanto que el escándalo surgió una vez se surtió la elección ilegal del contralor
La subcultura de la corrupción se impuso nuevamente en la elección ilegal del contralor Héctor Consuegra. Pasará a la historia como el contralor que quiso hacerle conejo a la ley y a la ciudad con el amangualamiento de su jefe Dau Chamat.