Exorcismo en Cartagena para sacar al demonio. El movimiento de revocatoria es fundamentalmente una iniciativa ciudadana. No es una propuesta de partido ni tiene color político como lo quieren hacer ver los corruptos de este gobierno. Los políticos tradicionales son indiferentes, porque piensan pescar en río revuelto. Si algunos líderes que promueven la revocatoria han militado en partidos tradicionales, no es óbice para descalificar el movimiento. El derecho de elegir y ser elegido es un derecho fundamental. Más aún, el derecho de participación.
Quien escribe esta nota de opinión, es vocero de Cartagena Revoca. Alguna vez fui militante del Polo Democrático. En esta ocasión fuimos los últimos en inscribirnos como comité, porque sabíamos que la manipulación mediática del alcalde era maestra. Es un artista del engaño, el truquito y la maroma. ¿De qué nos puede tachar?
Dau se va ¿quién vendrá?
No te preocupes de los pasados gobernantes ni quiénes vendrán. Ocúpate del gobernante actual. Cada día tiene su afán, dijo Jesús. ¿Por qué estoy en esto? ¿Por qué un periodista sale de la comodidad de un notario de solo dar fe de lo que sucede para asumir un compromiso por la verdad ciudadana? Porque desde el 2003 estoy cansado de publicar temas de corrupción administrativa en Cartagena sin hallar justicia. Por eso lo hago. Por la verdad. ¡La verdad nos hace libres! Si eres sacerdote o pastor, filósofo o profesor, ingeniero o arquitecto, obrero u oficinista, en la calle eres un ciudadano común y corriente.
No pretendemos presentar mi nombre para la alcaldía inmediatamente después de la revocatoria. Cuando no pude inscribir mi candidatura a la alcaldía de Cartagena en 2019, la fuerza universal me iluminó para otro propósito. Pero no quiere decir que le vamos a dejar la ciudad a los de siempre. ¡No! Al revocar a Dau, revocaremos a toda una generación política que se ha ensañado contra Cartagena.
Las élites y los líderes sociales debemos autocriticarnos por tener una actitud complaciente con la corrupción. Este es el momento para salir de las dos élites políticas que han gobernado sin piedad a la ciudad. Dau Chamat pertenece a la élite de «papi y mami» que, luego de fumarse (¡literal!) el patrimonio construido por sus abuelos y padres, se dedicaron a pelechar del Estado con sus títulos de abolengo.
No olviden que Dau estudió donde se educa la élite colombiana. Obtuvo cargos de multinacionales explotadoras de los recursos naturales de Colombia como la Exon, Cerrejón, la Occidental Petroleum. El dijo que se jubiló con el fondo buitre Black Stone con sede en Nueva York. Cargo que obtuvo después que, siendo apoderado, declinó el litigio que las comunidades negras costeras del norte de Cartagena tuvieron con el Banco Mundial y Aguas de Barcelona por el emisario submarino.
Exorcismo en Cartagena
Yerena Cháves, una líder cristiana y activista de Cartagena Revoca que recolecta firma, elevó una oración al Todopoderoso frente a la fachada de la alcaldía de Cartagena:
«Que Tú, señor Dios, te pido hacer que este alcalde abra sus ojos y sus oídos espirituales. Estamos haciendo valer nuestros derechos, Dios Padre. Cúbrenos con tu santo Espíritu en esta mañana y que sea Tú ayudándonos y cubriéndonos. En el nombre poderoso de Jesús. ¡Amen!»
Mientras tanto, los líderes de la revocatoria llevaron incienso. Lo quemaron en la puerta de la alcaldía. Jacqueline Perea y Aldo Lora coincidieron en señalar que si Dau contrató un brujo, ellos le oponen el poder de Dios frente a tanta barbaridad demoniaca que se vive en la alcaldía. De igual manera los dirigentes de Cartagena Revoca así lo señalaron y estuvieron acompañando el rito con incienso para invocar el poder de la sangre de Jesús para proteger a todos los cartageneros..
Milciades Garcés y la traición de Dau
A William Dau lo premiaron con ese cargo en Black Stone y con las acciones en Aguas de Cartagena. ¿Tendrá razón el difunto Milciades Garcés cuando dijo que algunos veedores, entre ellos William Dau Chamat, recibieron más de un millón de dolares, cargos y acciones de Cartagena a Cambio de que desistieran de ese litigio que afectó la calidad de vida de las poblaciones afros de Punta Canoa, Arroyo de las Canoas, la Boquilla y Manzanillo? Tengo un expediente de 365 folios que daré a conocer públicamente a las autoridades norteamericanas para que investiguen a Dau, porque probablemente les engañó haciéndose pasar por perseguido político.
Esa fue la razón por la cual lo desenmascaré cuando fue candidato a la alcaldía de Cartagena. Lo malo, lo hice tardíamente. Al verse descubierto, sus esbirros digitales me atacaron las redes sociales y difundieron sandeces contra mí. Pero como yo no como de bolita de coco, hoy podemos decir sin equivocarnos, que Cartagena eligió a un zambiloco sin saberlo. Su comportamiento es la del típico vicioso, que sabiendo del vicio, no es capaz de desprenderse de ese mal hábito. Por lo menos tiene tres enfermedades mentales, me decía un equipo de siquiatra que estudiaron su caso.
En 2004 pusimos en jaque a la administración de Alberto Barbosa con un movimiento que agrupó a mil quinientos líderes sociales en el Centro de Convenciones para hacerle un juicio político. En esa época tuve el honor de ser el vocero de esos líderes. Le presentamos un pliego de peticiones a Barbosa, pero eso quedó en nada. Diecisiete años más tarde, tenemos la herramienta de la revocatoria para hacer cumplir la voluntad del pueblo. Surge la esperanza de que es el momento de demostrar que el pueblo es más grande que sus gobernantes.
¿Dau contrató a un brujo?
Si William Dau se buscó un brujo para diseñar una maldición contra sus contradictores, como dicen las redes sociales de sus esbirros digitales, los comités de revocatoria realizaron un exorcismo en Cartagena, especialmente en la puerta por donde entra el alcalde. Elevaron oraciones. Quemaron incienso y aceite de mirra para espantar el demonio que ocupa el palacio de la Aduana. Así esperan conjurar la maldición que azota a la ciudad desde hace más de 50 años. ¿Es la maldición de Buziraco?
Es cierto, Dau no es el causante de la desgracia que vive hoy la ciudad. Pero juró y prometió que la iba a salvar de los corruptos y de la pobreza. Juró que se «quitaría una chacara si no cumplía». Pues, no ha cumplido. Se tendrá que quitar no una sino las dos, porque Cartagena retrocedió en comparación con la de los malandrines. Se autodenominó El Tractor. La verdad sea dicha, terminó siendo pura carreta. Ahora le dicen la Carretilla loca. Una carretilla de baja estofa. Puro bla-bla-bla. Y por eso los líderes gritan ¡Dau se va!
El alcalde compra falsa gobernabilidad
Los organizadores originales de la marcha fueron los del Comité de Revocatoria Líderes Sociales a los cuales se le sumó Cartagena Revoca, animalistas, la CGT y otras organizaciones sociales. Se espera que los sindicatos combativos de la ciudad se unan a la voluntad ciudadana que cada día crece más. Sin embargo, Dau está construyendo una falsa gobernabilidad comprando a líderes sindicales con órdenes de prestación de servicio (OPS). Vox Populi publicará una extensa lista de contratos que salen de la alcaldía de Cartagena, probablemente, para comprar silencio. Quieren invisibilizar la revocatoria, pero no lo conseguirán.
Es importante aclarar que la revocatoria del mandato de William Dau Chamat es una sola. No importa que haya dos comités. Pueden firmar, pero fínjanse que sea para revocar a Dau. La ciudadanía debe estar segura que una revocatoria es mejor que la suspensión o destitución de Dau por vía judicial o disciplinaria. ¿Por qué? Porque los grandes negocios del Estado colombiano nacen y terminan en el presidente. Y éste está aliado a los malandrines como elmismo William Dau. El presidente quiere un alcalde de bolsillo. Y puede suceder lo que sucedió con Manolo Duque. Pedrito Pereira terminó gobernando con el apoyo del gobierno central y de los malandrines de siempre.