«Muerte segura» estuvo el 13 de enero del 2019, una hora antes en el escenario del feminicidio cometido con sevicia y odio contra la docente del Colegio Mayor de Cartagena María Victoria del Río Quintana, Vicky. El asesinato de «Casa Alario de Mompox» está en la impunidad sin que el fiscal No 41 de Mompox, Fernando Quintero Álvarez, haya avanzado para esclarecer móviles, tiempo, circunstancias y autores de ese horrendo hecho.
La paradoja de esta historia es que la víctima del homicidio quiso una vez cambiarle la vida a «Muerte segura» por los crímenes que cometió. ¿Qué hacía en Casa Alario una hora antes de la muerte de Vicky del Río?
¿Dónde está «Muerte segura»?
La Fiscalía no tiene pista de nada, al parecer. Ni siquiera le ha seguido la pista a «Muerte segura». En aquellos momentos la sociedad momposina y cartagenera se conmovieron por la sevicia del asesinato de la docente y trabajadora social. La mujer era muy apreciada en diferentes círculos sociales de Cartagena y Mompox. Este asesinato encuadra en un verdadero femicidio.
Recordemos que a las 7:00 de la noche del 13 de enero, María Victoria del Río Quintana, 57 era torturada, vejada y golpeada con sevicia. Su asesino la había maniatado con los brazos hacia atrás. Le cubrió la cabeza con dos bolsas plásticas y luego —con una porra— le descargó varios golpes sobre la parte trasera del cráneo.
Vicky —así la conocían familiares y amigos— sufrió fracturas en el hueso occipital. Golpes contundentes y asfixia mecánica podrían ser las causas directas de su muerte.
Madre pide justicia
Adelina Quintana Angulo Vda. de del Río , 86 años, madre de Vicky, considera que la fiscalía no le ha puesto la debida atención al crimen. Para conocer el estado de su investigación, debió presentar una acción de tutela contra el fiscal Quintero Álvarez, quien solo le vino a responder ocho meses después.
Por eso le pide encarecidamente al fiscal general, Francisco Barbosa, que emita un mensaje de urgencia al fiscal que conoce el caso, o sea trasladado a Cartagena. Adelina teme que ella se muera y el crimen de su hija quede en la completa impunidad.
«Señor fiscal general, quiero que haya justicia con el caso de mi hija Vicky. No quiero que este asesinato quede impune. Este feminicidio debe tener la atención de la justicia. Quiero que se identifique a los asesinos de mi hija. No veo nada que avance».
Sin embargo, hasta ahora solo hay silencio de parte de las autoridades. Por esta razón, considera que el fiscal Barbosa debe intervenir.
Derecho de petición
Para tener por lo menos una respuesta del fiscal, Adelina Quintana le presentó una tutela ante el Tribunal Superior de Cartagena con ponencia de amparo del magistrado José Cumplido Montiel. Pero dicho fallo fue inocuo porque la respuesta de Quintero Álvarez refleja desidia y falta de compromiso de los administradores de justicia y, especialmente, de la Fiscalía.
El 7 de octubre de 2019, Quintero Nevárez, atendiendo la orden del Tribunal Superior de Cartagena, le respondió:
«Estamos en la etapa de indagación, en la búsqueda de los móviles del homicidio de su hija María Victoria del Río Quintana, a fin de esclarecer los hechos e identificar los presuntos autores … Me permito indicarle que la investigación se encuentra bastante adelantada con información que nos permita vislumbrar la autoría y móviles del hecho, a la espera de perfeccionar puntualmente unos interrogantes a fin de proceder por parte de la institución a darle un hecho concreto».
Sin embargo, hasta hoy, Adelina Quintana y los hermanos del Río no han podido ser reconocidos como víctimas. El proceso penal se encuentra, al parecer, durmiendo en una de las gavetas del fiscal No 41 de Mompox. La mamá de la occisa han pedido que el caso se traslade a Cartagena con el fin de que los familiares puedan impulsar la investigación, máxime que Adelina Quintana tiene de 86 años de edad y no puede trasladarse permanentemente a Mompox.
El despiste de la policía
Como lo señalamos cuando registramos el feminicidio, las autoridades desviaron la investigación, o por lo menos, le hicieron creer a la opinión pública que se había avanzado rápidamente para esclarecer el crimen. Pero la realidad era otra, ninguna de las informaciones expresadas a los medios de comunicación se reflejó en la acción directa de la fiscalía, tal como se puede apreciar con la respuesta de Quintero Álvarez.
Una vez ocurrido, la policía anunció que ya se tenían «pistas de los responsables del crimen». La alcaldesa de entonces hizo consejo de seguridad. Prometieron recompensas. Hasta ahora parece que todo está quedando en la impunidad.
Las mismas autoridades hicieron correr las bolas de que los posibles autores del crimen era una pareja venezolana (hombre y mujer) que se había alojado a las 5:30 de la tarde de ese día 13 de enero. Los momposinos —hasta ahora— están creídos que efectivamente fueron los venezolanos los que asesinaron a Vicky para robarle. Pero esta versión se cayó por su propio peso con un solo argumento: no le robaron ni un chivo.
El computador
El computador de Vicky, que utilizaba para atender su negocio, lo encontraron en su habitación. Fuentes muy cercanas a la víctima, manifestaron que se lo llevó presuntamente su exmarido y padre de sus dos hijos, Angello Alario Bello. El aparato hacía parte del escenario del crimen que podía explicar con claridad las pistas dejadas por sus autores. El computador debió ser tenido en una cadena de custodia, y la Fiscalía no lo hizo.
Casi dos meses después del asesinato, la investigación comenzó un sueño profundo que hasta ahora sigue en ese estado sin que se cumplan las diferentes fases del proceso. No han llamado a declarar a los posibles sospechosos o personas que podrían dar pistas del crimen. Por ejemplo, ¿por qué no han llamado a entrevista a Angello Alario Bello, exesposo de Vicky? ¿Por qué no han dado con el paradero del joven «Muerte Segura» que estuvo una hora antes en el escenario del crimen?
Probablemente lo que observamos es negligencia de la Fiscalía. Ésta no ha llevado a los posibles responsables ante los jueces. Mientras vemos a unos familiares indignados y sin información real de la investigación del feminicida.
«Muerte segura» ¿sospechoso?
Podemos construir varias hipótesis del crimen a partir de diferentes pistas que los investigadores deberían seguir para esclarecer el crimen y dar con los responsables.
Primera pista. El computador y el teléfono. ¿Se hizo cadena de custodia del computador y del celular de Vicky del Río? No. El CTI no lo consideró relevante. El computador quedó en manos de Angello Alario Bello (médico internista). Vicky se había separado de su esposo hace 17 años. Ahora bien, no tenemos información si la Fiscalía le hizo un backup.
Segunda pista. Una hora antes del crimen, Vicky le escribió a una excompañera de ella cuando trabajaba en Asomenores y le mandó la foto de «Muerte segura». Ella le dijo:
«Mira quien llegó a Casa Alario, <Muerte segura>». (Vicky le tomó la foto que ilustra este artículo y se la mandó a su excompañera).
«Muerte segura», es un chico que estuvo internado en Asomenores de Zaragocilla hace 10 años. Como trabajadora social, Vicky tenía la responsabilidad de asistirlo psicosocialmente. Lo habían internado acusado de asesinato de otro chico en un lavadero de carro de Manga. En su prontuario lleva más de un crimen.
El feminicido de Vicky está en la impunidad. Una madre de 86 años quiere vivir para esclarecer las circunstancias del crimen de su hija. Unos hermanos están indignados de la negligencia judicial. Adelina Quintana clama al fiscal para que actúe. Esta anciana madre no descansará hasta dar con los responsables de crimen de su hija.
El feminicidio de Vicky está en la impunidad. Una madre de 86 años quiere vivir para esclarecer las circunstancias del crimen de su hija. Unos hermanos están indignados de la negligencia judicial. Adelina Quintana clama al fiscal para que actúe. Esta anciana madre no descansará hasta dar con los responsables de crimen de su amada hija que una vez quiso enderezar la vida de «Muerte segura».