La guerra Clan del Golfo Vs Salsas Mexicanos se recrudeció en los últimos días después de una breve tregua. Es una guerra que promete intensificarse con la extradición en las últimas horas de Alias «Otoniel» a los Estados Unidos. Anoche fue asesinado «el Nalga» en San Fernando, un barrio al suroccidente de Cartagena. Era hermano de la esposa del hijo de «Chawala». Se indicó que hacía parte del grupo de «Paty Paty», según fuentes de entero crédito.
En efecto, José David Gaviria Simancas, alias «el Nalga», fue sorprendido al filo de las 6:00 de la tarde de este miércoles 4 de mayo. Se encontraba descansando en la habitación de una residencia del sector conocido como urbanización Villa de la Mar. Hasta allí llegaron sus victimarios, presuntamente de los Salsas Mexicanos, que le descargaron más de la mitad del proveedor de una pistola 9 mm.
Para aquellos que creen que la guerra solo le atañe a los delincuentes que militan en estas bandas criminales, se equivocan. Las organizaciones en disputa han obtenido influencia en el quehacer político, en el mundo de la champeta, el juego, la industria de la diversión, juegos deportivos. Ellos “patrocinan, ya no solo cantantes o deportistas sino también “líderes sociales” y políticos de baja estofa. Algunos de estos políticos, al mismo tiempo, fungen de prestamistas a policías, a líderes y a políticos de una nueva generación que está naciendo bajo el amparo del hampa.
«El Nalga»
Como se dijo, Gaviria Simancas tenía una hermana con vínculo civiles a la familia del popular «Chawala». Al principio se creyó que la herida en el atentado de ayer era su hermana. Pero esto no fue confirmado por la policía. En los mentideros del bajo mundo, se sabía que alias «el Nalga» “trabajaba” para el «Paty Paty», el alias de Armando Elías Buelvas Sepúlveda. Este personaje quedó al mando de los reductos del Clan El Golfo, luego de los diferentes golpes militares y de drogas incautadas durante los últimos meses.
Vale la pena señalar que ambos bandos han sufrido bajas sensibles en esta guerra por el control del mercado regional. Unos y otros han puesto los muertos. Pero también gente inocente que nada tiene que ver con esta guerra. El teatro de operaciones de este sangriento enfrentamiento son las ciudades portuarias de Cartagena, Barranquilla y Santa Marta.
En el caso de Cartagena, durante lo que va corrido el año 2022, ya las cifras de homicidio pudo romper la barrera de lo establecido el año pasado para esta misma época. Ya se sobrepasó los 120 homicidios en este lapso. La mayoría en la modalidad de asesinato por encargo, o sea, sicariato.
La guerra Clan del Golfo Vs Salsas
¿Quién está perdiendo esta guerra Clan del Golfo Vs. Salsas? Sin duda, la región Caribe, escenario natural de las peleas registradas entre los diferentes clanes que buscan controlar el mercado del narcotráfico, el microtráfico y la extorsión. En cuanto a Cartagena, contamos con una ciudad administrada por un alcalde que carece de políticas clara de seguridad ciudadana. No asume un liderazgo con la policía nacional para la lucha contra el crimen común, muchos menos para enfrentar el crimen organizado.
De manera que en Cartagena existe un vacío de poder gubernamental ante la incapacidad de William Dau Chamat de asumir una gobernabilidad sostenible. Ese vacío es aprovechado por las bandas delincuenciales para posicionarse en el territorio.
Al mismo tiempo, los golpes contundentes contra el Clan del Golfo, después de la captura de Andrea, Otoniel, el Gordo Simancas, entre otros, crea otro un vacío de poder en el ampa regional y, en particular de Cartagena de Indias. Ese vacío de poder quieren llenarlos otras bandas, como los Salsas Mexicanos que viene penetrando con estructuras criminales dedicadas al sicariato. Un ejemplo de esto, es el caso de Los Robledos.
Se recrudece la guerra
Cuando se pensaba que la guerra Clan del Golfo Vs. Salsas Mexicanos se había atenuado con la venganza atribuida a «Paty Paty», vino una escalada violenta de los Salsas. Estos últimos asesinatos se le atribuye a la estructura de Los Robledo, después que varios sicarios de este grupo fueron asesinados en diferentes parte de Cartagena.
Mientras avanza la ola de asesinatos, la Policía desarrolla la operación «Lázaro». Algunos de los sicarios han sido capturados y otros se han replegado internándose en la clandestinidad. Lo cierto, esta es una guerra que ninguno de los capos quiere perder. Pero la está perdiendo la ciudad con muertos, heridos y un alto grado de inseguridad que reina en cualquier sector de Cartagena.
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