El presidente de la Federación Colombiana de Fútbol (FCF), Ramón Jesurún Franco, 71 años, compareció vestido de preso, hoy lunes 15 de julio, ante una juez de Miami que lo dejó libre después de pagar una fianza 13 horas luego de su detención. Se le acusa de coagresión física junto a su hijo, Ramón Junior, contra un guarda de seguridad del Hard Rock Stadium de nombre Jakari Shaw.

En el concepto del presidente de la FCF, los hechos violentos se produjeron cuando fueron ultrajados por un guarda de seguridad que le impidió el acceso a la cancha. Contrario a ello, Jesurún dijo:

Mi credencial dice acceso total. Y un guarda de seguridad, de esos que se quieren dar el importante, lo desconoció… le insistí, y me dijo que no. Allí se armó un tumulto ridículo e injusto que por culpa de ese señor hay niños atropellados.

En este caso se encuentra involucrado junto con su hijo Ramón Junior, el agresor principal de los denunciantes.

Si bien es cierto que el problema de los Jesurún se debió a una mala gestión de la conducta relacional frente a los requerimientos justos o injustos del agente, cuyo nombre es Jakari Shaw, ello estaría determinado por la subcultura de violencia que mantiene alienada a la sociedad colombiana. Esos hechos fueron agravados por el consumo de alcohol. En otras palabras muy castizas, el principal protagonista, su hijo Jesurún Junior, estaría pasado de copas.

Los otros pecados de Jesurum

Sin embargo, el problema más grave que tiene Jesurún no fue su conducta agresiva y violenta. Las autoridades norteamericanas podrían revivir o desempolvar un proceso de corrupción confesado por Luis Bedoya, el anterior presidente de la FCF, que hizo un acuerdo denunciando a algunos de sus cómplices.

En el 2020, sobre ese caso, la Superintendencia de Industria y Comercio impuso una multa de $18 mil millones a la Federación Colombiana de FútbolTu Ticket Ya S.A.S (tenía como socio a Jorge Rendón Cano, ya fallecido), y Comercializadora de Franquicias S.A. (TicketShop), junto con varios individuos, incluidos Ramón JesurúnÁlvaro González y Luis Bedoya. Ellos revendieron boletas para la Copa Mundo 2018. El acuerdo ilegal entre la Federación Colombiana de fútbolTicketShop y Tu Ticket Ya, limitó la competencia y resultó en la reventa masiva de boletas con sobreprecios de hasta 350%, dijo la Super en su fallo. 

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Confirmada fallo contra Jesurún

Los investigados apelaron, pero el fallo de la SIC fue ratificado en 2022 por el Tribunal Administrativo de Cundinamarca al no conceder los reclamos presentados por Ramón JesurúnÁlvaro González y Andrés Tamayo Ianini. Éste, director jurídico de la Federación en el momento de los hechos.

Los directivos del fútbol colombiano, en su demanda, reclamaron en sus alegatos reparación del daño moral que les causó las declaraciones del superintendente de la época.

“Las acusaciones públicas del superintendente de Industria y Comercio, afectaron la imagen y el crédito de los demandantes como directivos del fútbol colombiano y ciudadanos”.

¿Aprenderemos las lecciones?

La Copa América 2024 demuestra varias lecciones. La primera. Norteamérica no está preparada para certámenes internacionales donde participan espectadores de diferentes culturas y modos de ser.

La segunda. Un sector de los latinoamericanos estamos guiados por la subcultura de la ley del más vivo, la triquiñuela y el engaño. Volarse el torniquete del Sistema de Transporte es un deporte favorito de muchos colombianos. Esos individuos hicieron lo mismo en el Hard Rock Stadium

La tercera. La intolerancia social. La cultura norteamericana con la cultura latinoamericana se estrellan porque las dos son guiadas por la violencia. La diferencia es que en Estados Unidos las instituciones y el orden están mejores arraigados a diferencia de Latinoamérica, especialmente Colombia, donde existe francamente una debilidad del Estado. Acá no se respetan a los uniformados.

La deuda de los líderes del fútbol

¿A quién beneficia el fútbol o cualquier deporte rentado? El fútbol es como la política o la religión. La materia prima es el manejo de las emociones a favor de la fe o del dinero. Fe en Dios o en nuestros valores patrios. Pero la mayoría de sus líderes la única motivación es el dios dinero. Y por el dinero, baile el perro. Así como aceptó el anterior presidente de la FCF, Luis Bedoya

La confesión de Bedoya en 2020 ante las autoridades norteamericanas, que poco fueron difundidas por estar en pandemia, lo dice todo:

“Recibimos sobornos facilitados por esta empresa de marketing deportivo para obtener y conservar los derechos de comercialización de la Copa de América, incluyendo la adición de 2016, torneo que iba a tener lugar en los Estados Unidos. Con el objetivo de promover, yo, junto con otros directores de fútbol y ejecutivos de marketing deportivo, usamos instituciones de transferencia de dinero dentro de los Estados Unidos y otros países para hacer, enviar y recibir estos pagos de sobornos.”

Confesión de Luis Bedoya en audiencia pública.

A manera de conclusión se puede decir que lo sucedido al presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, Ramón Jesurún Franco, uno de los brazos del charismo en el fútbol, no es de poca monta. Refleja profundamente la crisis de dirección de este deporte y la cultura violenta que domina la sociedad colombiana.

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