Jorge Quintana: Una veeduría con resultados
Jorge Quintana: Una veeduría con resultados.

Si hablamos de Jorge Quintana, estamos hablando de una veeduría con resultados en Cartagena. Lo mismo que exigiríamos de la Contraloría General de la República (CGR) y de sus ramificaciones en el orden local y regional. Las denuncias de este veedor terminan en sonados procesos judiciales. Uno de ellos se refiere a la elección de la contralora distrital de Cartagena, Nubia Fontalvo, por quien supuestamente J.J. Vásquez y Manolo Duque pagaron a los concejales. El hecho se conoció como El Caso de los Libros.

Muy pocos los procesos de corrupción terminan en condena. Los que llegan se debe fundamentalmente a que el titular del organismo investigador le tiene inquina al investigado. O, de otro lado, porque existe una rivalidad que lleva a ejercer presión a los investigadores para que den resultados.

Vea la entrevista con Quintana Sosa: “Se corrigen o los corregimos”

Una veeduría con resultados en el control social

Ahora que está de moda la elección del nuevo contralor distrital, se produce una fuerte lucha al interior del Concejo Distrital. Las distintas fuerzas buscan consolidar una nueva coalición liderada por el partido Conservador y Cambio Radical. Específicamente, Carlos Barrios, asociado a la Casa Blel, aparece como uno de los interesados para que la Contraloría Distrital quede capturada por esa casa política..

Igualmente, se presentan las mismas presiones indebidas —como en el 2020— del alcalde—veedor con el fin de favorecer a un determinado candidato o candidata. Así lo hizo con Héctor Consuegra. William Dau le mintió a los ocho concejales de que su candidato Consuegra estaba vinculado como empleado del Edurbe.  ¡Fue una falsedad ideológica! Un alcalde anticorrupción no hace eso.

Con el fin de realizar un reconocimiento a la veeduría,  VoxPopuli Digital invitó en el conversatorio edificante al economista y veedor Jorge Quintana Sosa. Para este veedor, los faros del control social deben dirigirse a los partidos políticos, porque desde aquí lo parapolíticos condenados siguen ejerciendo su poder. Es muy importante hacerlo, porque la próxima alcaldía debe estar al servicio de la ciudadanía y no de algún grupo político que ha gobernado en los últimos tiempos.

Veeduría con resultados

Muchos son los resultado que el veedor Jorge Quintana tiene en sus 23 años de ejercicio de este mecanismo ciudadano de vigilancia. Pero, siente frustración de ver que los protagonistas de la presunta corrupción se caen pa’ arriba. Si es concejal, después de su acto de corrupción, se convierte en representante o senador.

Como se sabe, el ejercicio de la veeduría ciudadana en Colombia es un derecho fundamental que teóricamente cualquier ciudadano puede ejercer. Todo ciudadano tiene derecho de vigilar los recursos públicos y de los servicios públicos, tal como lo señala la ley 130 de 1994. De igual manera, está estipulada en la ley estatutaria de participación.

Sin embargo, la veeduría es un mecanismo huérfano. No tiene recursos propios para ejercer, por ejemplo, una veeduría técnica. Además, los entes oficiales y las instituciones de control institucional no apoya sistemáticamente esta importante labor de vigilancia de los recursos públicos.

El anterior hecho, conlleva a las veedurías a padecer de medios materiales para llegar a puerto seguro. Existen raras excepciones. En Cartagena, podemos citar Funcicar que cuenta con el apoyo de varias organizaciones privadas y también realiza contratos con el Estado.

Veedores extorsionistas

En Cartagena los procesos realizados por las veedurías, en su mayoría, han quedado en nada. Existen varias razones. Una de ellas se refiere al problema señalado con la falta de recursos materiales. Muchos veedores desisten en su empeño por limitaciones económicas. El otro aspecto es el soborno de los implicados en las presuntas irregularidades. Allí muere la veeduría.

En consecuencia, surgió una clase de veeduría que solo existe para conseguir dádivas de los presuntos implicados, y no tienen la intención de obtener resultados. Entonces, apareció una lógica viciosa basada en la impunidad .

Al respecto, Jorge Quintana Sosa, señala que eso es cierto que hay muchos veedores que buscan chantajear al funcionario público. 

El veedor-alcalde

Para analizar a un veedor, debemos ver sus resultados. William Dau, según él, fue un veedor anticorrupción. Pero en su historia real no tiene un solo resultado de su gestión como activista anticorrupción. Un activismo de boquilla. En la práctica hizo todo lo contrario. Asimismo está sucediendo en la alcaldía. Lo que dice no se corresponde con lo que hace.

Estamos siendo gobernados en Cartagena por un alcalde-veedor que no sabe dónde está parado y lo único que hace y sigue haciendo es chantajear a la clase política. Sigue siendo un veedor de las administraciones anteriores con una cipote viga en su ojo para ver su propia corrupción.  ¡Y de las peores! En los dos años de su gestión, se ha «robado el 70% del presupuesto» sin invertirlo para la erradicación de la pobreza. Si esto lo dijo en campaña para la alcaldía, ¿por qué hoy la ciudad es más pobre, más desigual y más caótica que cuando él la tomó? ¿Para dónde se llevó ese 70% del presupuesto? Si seguimos con su lógica, sería el malandrín más grande que ha parido Cartagena. «Por sus obras los reconoceréis».

VoxPopuli Digital tiene como finalidad realizar investigaciones y análisis que conlleven a un nuevo enfoque de la administración pública y de sus recursos. Pero sobre todo, buscamos incidir sobre la conciencia de la ciudadanía para que asuma un papel activo y proactivo en la transformación del país.

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