Liga Caribe: ¿Rebelión regional de alcaldes?
Mandatarios de la región Caribe con el exministro del Interior, Juan Fernando Cristo. Liga Caribe: ¿Rebelión regional de alcaldes? Cortesía.

Superar el falso dilema entre centralismo y federalismo en Colombia no es tarea fácil para construir un país más justo, equitativo y próspero. Pero este propósito no se planteó en el foro «Autonomía territorial: competencias para el desarrollo» realizado hoy en Cartagena donde nació la Liga Caribe de Alcaldes. ¿Una rebelión regional de alcaldes o un proyecto político autónomo? No hubo claridad sobre la naturaleza de la iniciativa.

La autonomía propuesta en el encuentro se redujo a una mayor participación en la distribución de los recursos y a la competencia territorial desdibujados por el «centralismo bogocéntrico» dominante.

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Liga Caribe: «Necesitamos más recursos»

Esto lo señaló claramente el gobernador del Atlántico, Eduardo Verano de la Rosa:

Verano de la Rosa. ¿Rebelión regional de alcaldes? Liga Caribe
Eduardo Verano de la Rosa, exconstituyente, abanderado de la descentralización. ¿Rebelión regional de alcaldes?

«(… debe haber un reparto equitativo de los recursos y cada uno manejar sus propios recursos con autonomía. Y eso es lo que nosotros denominamos el Estado Regional».

Eduardo Verano de la Rosa, gobernador del Atlántico.
Hugo Kerguelén, alcalde de Montería
Hugo Kerguelén, alcalde de Montería.

Igualmente, el alcalde de Montería, Hugo Kerguelén, dijo que en los territorios se necesitan más apoyo, más recursos, porque son los alcaldes y gobernadores que conocen las necesidades de la gente.

No obstante, en este texto de VoxPopuli Digital se propone buscar conciliar la unidad nacional con la diversidad regional. Para esto, se debe promover una alternativa al centralismo y federalismo: un sistema de gobernanza participativo, cooperativo y adaptable a las necesidades de todas las regiones del país. Porque esos viejos dilemas nos llevan a un fracaso del desarrollo integral de la sociedad colombiana.

Rebelión o descentralización

Parte del Foro convocado por la Liga Caribe: autonomía territorial: competencias para el desarrollo.
Parte del Foro convocado por la Liga Caribe: autonomía territorial: competencias para el desarrollo. Cortesía.

El anfitrión de la reunión y de la iniciativa de la Liga Caribe, Dumek Turbay Paz, considera que aquí se construyeron las bases para un proceso de descentralización efectivo:

«Estamos cambiando la dinámica: dejamos de pedir y empezamos a demandar el respeto y los recursos que el Caribe necesita».

Dumek Turbay, alcalde de Cartagena.

Además, Turbay dijo:

«La Liga Caribe ha nacido jurídicamente, pero ahora el reto es consolidarla como un vocero legítimo de la región. La exigencia de nuestros derechos no es solo un reclamo, sino una acción contundente».

Dumek Turbay, alcalde de Cartagena

Es cierto lo que dice el alcalde Turbay que la descentralización es un derecho de las regiones que deben ser demandados y exigidos. Esto es, que no solo es un reclamo sino una acción contundente para que le devuelvan a las regiones sus competencias y sus medios para el desarrollo autonómico.

Liga Caribe por la autonomía

Intervención de Dumek Turbay en el foro dela Liga Caribe
Intervención de Dumek Turbay.

Los mandatarios locales del Caribe ―encabezados por Dumek Turbay, alcalde de Cartagena― abrieron nuevamente el debate fundamental sobre la autonomía de las regiones. Este debate tiene 200 años de historia política en Colombia. En el siglo XIX se creó la Liga Costeña como respuesta al centralismo de Bogotá que afectaba a las regiones periféricas, especialmente la costa Caribe colombiana.

La Liga Caribe ―130 años después― es una iniciativa para enfrentar el centralismo que se consolidó después de la guerra civil de 1885. De esta confrontación salieron triunfantes dos facciones, una de los liberales radicales y la otra conservadora.

Esa unión triunfante, encabezada por el presidente cartagenero Rafael Wenceslao Núñez, construyó un Estado extremadamente centralista con dos frases que aparentemente prometían la superación del federalismo caótico de los liberales que desembocó en guerras civiles y más pobreza:

«Regeneración o catástrofe»―«Centralización política y descentralización administrativa».  

Rafael Núñez.

En ese sentido, Rafael Núñez y Miguel Antonio Caro redactaron la Constitución de 1886 que sobrevivió hasta la Constitución de 1991. Durante este período se consolidó el «centralismo bogocéntrico» inventado por un cartagenero: Rafael Wenceslao Núñez Moledo. La nueva Constitución prometió descentralización y desarrollo autonómico de las regiones para alcanzar el desarrollo de la periferia.

Fracasó la descentralización

El exministro Juan Fernando Cristo dijo en el evento que el centralismo fracasó.

«No podemos seguir bajo un esquema centralista que ha fracasado en resolver los problemas de la gente ni en garantizar el desarrollo equitativo del país».

Pero en realidad, la que fracasó fue la descentralización propuesta en 1991, porque el centralismo es dominante desde hace 200 años. El fallido intento de la Constitución de 1991 de darle prelación a las regiones fue saboteado por la misma clase política que se rebeló en el congreso con la reforma de la Ley de Participación.

No obstante, 33 años después, la nación retrocedió en materia de descentralización, especialmente durante los períodos del «neobonapartismo» conservador de Álvaro Uribe. Pero, en palabras del escritor y periodista Gideon Rachman, estamos en:

«La era de los líderes autoritarios: Como el culto a la personalidad amenaza la democracia en el mundo».

Es así que Uribe ―en su trance de salvador que muchos habían estado buscando― se elevó sobre la constitución y el Estado. Concentró el poder y detuvo el proceso de descentralización. Lo curioso: los mismos que lo secundaron, hoy son pregoneros de la autonomía territorial. Ahora las élites políticas regionales pretenden enriquecerse con los abundantes recursos que se esperan en los próximos años con la reforma del Sistema General de Participación.

A manera de conclusión se puede señalar que el centralismo no solo es un problema de recursos económicos. Es una conducta basada en una concepción de la dirección política centralizada que considera la minoría de edad de las regiones. Por tanto, en su concepto estas son incapaces de racionalizar el gasto para mejorar las condiciones de vida de la gente.

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