Esta es la historia de la fosa común de Alfonso Macías, uno de «Los intocables». Ganadero, palmicultor, empresario y propietario de la finca El Potosí, en la vía a El Copey, Cesar. Hoy, según los que lo conocen, aparenta ser una prestante persona muy respetuosa de los derechos de los demás. Él, como también Rafael Matera Lajud, siempre lleva a cuesta una mochila, en cuyo interior hay una pistola preparada para matar. Esta historia pareciera que fuera inverosímil, pues, muchas personas no creen que el ser humano puede llegar a cometer horribles hechos inhumanos, que aquí solo referenciamos.
Cuando —en 2019— Alfonso Macías se enteró de la compulsa de copia de la Sala de Justicia y Paz a la Fiscalía, cuyos testimonios apuntaban a los desaparecidos enterrados en ese predio, le metió bulldozer para desenterrar 12 cadáveres en una fosa común de aproximadamente 12 metros cuadrados. Entre los muertos, estaba uno de los administradores de su finca. Luego, quemó los restos para desaparecer cualquier evidencia de sus crímenes de lesa humanidad y así seguir, en medio de una impunidad descarada, acumulando dinero con el producido de sus crímenes. Son 12 desaparecidos por paramilitares que estaban a su mando cuando era el «Comandante M-1» entre 2000—2002.
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¿Historia desconocida de la fosa común?
Quizás casi todo lo que siga en esta entrega periodística se conoce. El grueso de esta verdad se dijo en la poco conocida macrosentencia de la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Barranquilla de 2018, publicada el 14 de marzo de 2019 en audiencia especial. Es decir, hace 4 años. ¿Cuántos determinadores intelectuales de 2.500 homicidios, desplazamiento forzados, desapariciones forzadas y secuestros (empresarios y políticos financiadores y promotores de estos grupos) están capturados hoy? La respuesta se convierte en una afrenta para la humanidad: un solo determinador capturado. La macrosentencia ordenó investigar a 9 empresarios que determinaron muchos de esos crímenes de lesa humanidad. ¿Son todos ellos los determinadores? Se duda.
¿Por qué «Los intocables» y la fosa común?
A esos empresarios que se les sindica de esos crímenes atroces, nada les pasa… mejor, nada les pasaba. Por esto se les apodan «Los intocables». El único que está detrás de reja y condenado, que no es lo mismo, es Darío Laino Scopetta. Hasta hace tres meses, andaba como Pedro por su casa en Barranquilla y la Costa Caribe. Se codeaba como un próspero palmicultor, ganadero y empresario de la industria del blindaje. Extraoficialmente informó una fuente, que en uno de sus vehículos blindados se transportaba el hoy Alto Comisionado de Paz, Danilo Rueda, cuando visitaba la cárceles del país hablando del «perdón social».
En reciente conversaciones con jefes paramilitares internados en diferentes cárceles del país, VoxPopuli Digital recordó esos testimonios sobre los crímenes de lesa humanidad de Alfonso Macías, uno de Los intocables más sanguinarios que viven en Barranquilla en medio de la impunidad de la Fiscalía. Son parte de esa cadena criminal de alias «Jorge 40» que sigue produciendo dinero a sus líderes, 25 años después. Ahora son más ricos que hace 20 años cuando todavía no se habían desmovilizado en 2005.
Sorprende que uno de los paramilitares —Juan Francisco Segura Gómez, alias «El Alacrán», encargado de ejecutar varios de estos delitos y jefe de seguridad de «Jorge 40»— señala que los homicidios de Macías son peores que los de Darío Laino Scopetta. Se trata del también empresario, recientemente capturado para que pague las condenas por más de 32 años de cárcel por dos homicidios agravados en persona protegida, entre ellas la muerte de Hermes Daniel Mercado Hernández, el 6 de noviembre de 2002.
La fosa común es uno de los crímenes de Macías
Los crímenes de Alfonso Macías no paran allí, en la fosa común, según varios testimonios de Justicia y Paz. La pregunta segura que la justicia debe formularle —además de sus viejos crímenes de lesa humanidad que no prescriben— ¿cuándo y cómo ha cometido otros delitos para borrar evidencias de sus legendarios crímenes contra la humanidad, como desaparición forzada, desplazamiento forzado, secuestro, homicidio en persona protegida, entre otros?
Uno de los que se puso a su servicio —según esos testimonios— fue el sindicalista Wilfrido Ruiz, ex trabajador de Palmeras de la Costa. Todo estos homicidios están debidamente documentados y presentados en Justicia y Paz por diferentes postulados. En 2000, el secuestro y muerte del alcalde de El Copey, Julio César Rodríguez Morón, y de su secretario de gobierno Donaldo San Martín fue por orden de Alfonso Macías, «Comandante M-1», según refrescó la memoria, Juan Francisco Segura Gómez, alias «El Alacrán» o «Mario» .
Wilfrido Ruiz, su aliado en El Copey
En efecto, alias «El Alacrán» o «Mario», le dijo a Vox Populi Digital que Wilfrido Ruiz traicionó a sus viejos camaradas y se puso al servicio de Alfonso Macías. Ruiz delataba a todos aquellos que consideraba colaborador de la guerrilla. En tanto que los jefes paramilitares se encargaban de ejecutar los homicidios por orden del «Comandante M-1», tal como el mismo Salvatore Mancuso, máximo jefe de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) lo dijo ante las mismas autoridades penales del país.
De esa manera se planeó y se ejecutó el doble asesinato donde cayó el alcalde de El Copey, Julio César Rodríguez Morón, considerado por Macías estar al servicio de la guerrilla. El encargado de citarlo a Algarrobo (Magdalena) fue el mismo Wilfrido Ruiz. Las víctimas se movilizaron en una moto para cumplir una cita. Pero, en Algarrobo lo esperaba una escuadra de las autodefensas. Lo secuestró y posteriormente los ejecutaron, relata alias «El Alacrán».
La fosa común en Potosí
Llama la atención la versión libre de Francisco Gaviria, alias «Mario Chiquito», sobre el caso de la fosa común en la finca Potosí. Este relato lo corrobora alias «El Alacrán». Gaviria dijo en Justicia y Paz que en esa finca se cometieron horrendos crímenes, la mayoría ordenados por Alfonso Macías. Señala que se enterraron en una fosa común cerca de 12 personas que siguen desaparecidas.
Alias «El Alacrán» o «Mario» reveló a VoxPopuli Digital que los 12 cadáveres fueron removidos de la fosa común por el mismo Alfonso Macías y su hijo. Tal parece que desde la misma Fiscalía les advirtieron. Por esta misma complicidad, esa entidad no se negó a realizar la exhumación de esos cuerpos antes de que fueran removidos del lugar. Manifiesta que un administrador de esa finca también lo mandó a matar y lo enterró en esa fosa común.
De acuerdo con el auto de referencia No 318067 del 2 de septiembre de 2022 de la Fiscalía Quinta Delegada ante Jueces Penales del Circuito especializados de Barranquilla a la Unidad Nacional de Extinción de Dominio, trasladó todas las pruebas que indican que esa propiedad le pertenece a Inversiones Macias Azuero & Compañía con Nit No 8000798688. Por tanto, deben hacer la respectiva investigación para establecer si le hacen la extinción de dominio.
Según el juez que hace el traslado de pruebas, la finca Potosí es de Alfonso Macías y de su núcleo familiar. Por tanto, es una de las propiedades que pasarán a una investigación de proceso de extinción de dominio. Esta decisión nació de una compulsa de copias aprobada por la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Barranquilla en la macro sentencia de 2018.
Se le acabó la suerte a «Los intocables»
Al primero de «Los intocables» que se le acabó su racha de buena suerte, como se dijo, fue al empresario Darío Laino Scoppetta, alias «Ojitos Azules». ¿Había comprado su impunidad en estos 20 años? Sin dudarlo dos veces, la justicia colombiana es una de las más corruptas de América Latina. Hasta el 2018 no se conocía una sola foto actualizada de «Ojitos Azules» asociada a los crímenes del pasado que lo perseguían como un fantasma. De la misma manera, hay pocas fotos del empresario Alfonso Macías.
De acuerdo con alias «El Alacrán», es socio de Darío Laino Scoppetta en todo lo que hacían en la Costa Caribe. Fundaron empresas juntos como Palmeras de la Costa en el municipio del Copey, César. Dueño de las finca Los Tronquitos, Potosí y de otros emporios económicos, no solo en Barranquilla, sino también en Aguachica y El Copey, César. También en el Magdalena y Atlántico. Los testimonios de Justicia y Paz aseguran que fue organizador, fomentador y financiador de las AUC y de los crímenes de lesa humanidad de las incursiones paramilitares en la Costa Caribe.
Por su parte, Mancuso aseguró que la fuerza pública y el extinto Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) apoyaron a las AUC en la formación del frente José Pablo Díaz. Se recibió a nombres específicos como el general en retiro (r), Iván Ramírez Quintero. Sindicó a Alfonso Macías Vargas haber estado al servicio de las AUC bajo el alias de M-1.
Las compulsas de copia
Las compulsas de copia de una autoridad judicial es el traslado a la autoridad competente para que investigue cuando se trata de una falta penal o disciplinaria que contempla la conducta de aquellos que no es competente investigarlo. Por ejemplo, en el caso de la justicia transicional, ella traslada a la justicia ordinaria (Fiscalía) para que adelante la investigación pertinente. Esto fue lo que hizo la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Barranquilla en marzo de 2019 cuando publicó la macrosentencia contra el frente José Pablo Díaz de la AUC donde condenaron a 40 paramilitares.
De tal manera, que las compulsas de copias son un medio sustancial para avanzar en el proceso de responsabilizar penalmente a los terceros que participaron directa o indirectamente en el conflicto
armado interno. Terceros que no se han acogido de manera voluntaria a la competencia de la justicia transicional o en su defecto, a la justicia ordinaria. Deben ser llevados a la justicia para que los jueces -dentro del papel encomendado por la sociedad como custodios del orden y del derecho- los juzguen sin dilaciones.
Por tanto, los jueces de la República de nuestro Estado Social de Derecho, deben actuar con eficacia y efectividad. Es decir, deben presentar resultados dentro del marco del derecho y el respeto del debido proceso, y del Derecho Internacional de los Derechos Humanos.
La extinción de dominio
Por tanto, la Sala de Justicia y Paz formalmente hizo las compulsas de copias el 16 de diciembre de 2019. Dado a un documento de la Fiscalía Octava de Valledupar con fecha del 28 de febrero de 2020, supuestamente, se había cerrado la investigación en contra de Alfonso Macías Azuero; Enrique Alfredo Pérez Matera, y Rafael Matera Lajud. Pero, como son muchos los delitos que se le atribuye a esos empresarios, existen otros procesos vigentes.
En atención a esa compulsa de copia, recientemente el Fiscal Quinto Especializado de Barranquilla solicitó a Dirección Especializada de Extinción de Dominio en Bogotá investigar el caso de Inversiones Macias Azuero & Compania S En C., identificada con Nit No 8000798688. La empresa tiene sede en Barranquilla en la carrera 59 No 76-80. (Abren proceso de extinción de dominio a empresario salpicado por ‘exparas’).
Sin embargo, esas investigaciones, al parecer, están paralizadas. Por esta razón, un ciudadano solicitó que se haga la investigación. De esta situación se puso en conocimiento al fiscal General de la Nación, Francisco Barbosa y al Grupo Interno de Trabajo de Persecución de bienes de la Dirección de Justicia Transicional. ¿Qué respondieron? ¿Qué pasa con los bienes de estos empresarios de Jorge 40? El capítulo de las finanzas de «Los intocables», que es un mar de impunidad, está muy ligado a sus crímenes. Esto es, sus fortunas se agrandaron o se originaron con esos delitos de lesa humanidad.
La carta de un ciudadano
Carlos Andrés Pérez Alarcón presidente de la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Barranquilla, atendiendo la falta de efectividad de esas compulsas, le respondió a un ciudadano que le elevó un derecho de petición:
De acuerdo con Mancuso, los empresarios Rafael Antonio Matera Lajud, representante legal de ‘Camagüey’ y quien fue socio de la organización ‘Palmeras de la Costa’, al igual que Alfonso Macías Vargas, hacen parte de la cadena criminal de las finanzas de Jorge 40. Una cadena que está intacta. Hoy es más poderosa que hace dos décadas.
Silenciar la verdad
¿Por qué se pretende silenciar los crímenes de «Los intocables»? Estos delitos están conectados con los de otros, incluso, «pesos gordos» de la narcoeconomía. Si se cae uno, se caen los demás. Cayó Laino Scopetta, seguramente caerá el resto. Moverá los cimientos de la economía de Barranquilla y de otras ciudades del Caribe. Incluso, uno de los criminales que sigue moviendo los hilos desde la cárcel, «Jorge 40», tendrá que regresar los bienes al Estado para que éste lo distribuya entre sus miles de víctimas.
El caso de «Los intocables» busca racionalizar la abundante información que pesa sobre estos 9 empresarios, no porque haya una inquina sobre sus fortunas. No. Ni siquiera es un problema personal. Es un asunto estrictamente moral, de ética filosófica, pero también de prosperidad material, ya que con la fortuna cazada mediante el fraude y el crimen conduce finalmente a la perdición de la humanidad. Con ese dinero mal habido, tratarán, por el resto de sus vidas, tapar lo intable. Pero, tarde o temprano, se transforma en una pesada roca a lo Sísifo. Jamás podrán botarla al otro lado para que nadie las vea. Ni siquiera sus muertes traerán la paz de sus familias.
En honor a la verdad y a la memoria
Este trabajo periodístico es en honor a la verdad. Igualmente, en honor a la memoria de los que cayeron en este orgía de sangre que tuvo su pretexto en la guerra y en las ideologías de izquierda o derecha. Todo lo bueno y todo lo malo está dentro de uno, en la mente. La clave es saber quién controla tu vida: ¿Tu Ser (consciencia) o tu demonio (la inconsciencia)? En honor a la memoria del humilde docente Hermes Mercado (hermano del boxeador barranquillero Álvaro Mercado), mi vecino y amigo en la Ciudadela 20 de Julio asesinado por orden de «Jorge 40» y «Ojitos Azules», debe sentir en la otra dimensión que quienes dieron la orden de agonía, están detrás de reja.
¡Qué paradoja! Pensar que Hermes Mercado iba a mi casa a tomarse el tinto para salvar el mundo. Así lo hacían los otros vecinos como el profesor Alfredo Martín Castro Haydar o el sindicalista Adolfo Múnera. Nadie sabía que estábamos en una lista de líderes sociales y de opinión pública condenados a muerte por «Jorge 40» y «Ojitos Azules». El único pecado cometido era ser un periodista disidente de la palabra y del verso. Yo soy uno de los pocos sobrevivientes de esa fatídica lista.
Epílogo
Como epílogo, les dejo las últimas palabras de la macrosentencia de 2019 de la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Barranquilla:
¿Algunos? ¿algunos políticos? ¿algunos empresarios? ¿algunos medios de comunicación? ¿algunos periodistas? ¿algunos abogados? Sin duda, el mundo está al revés. Esos «algunos» son los que deciden, eligen, dirigen y mandan en el país. Entre esos, «Los intocables».