“Es antinatural que Colombia y Venezuela se separen”, dijo el mandatario de los colombianos, Gustavo Petro. Esta frase resume el proceso de reandar un camino que no debió interrumpirse. Perdieron ambos países. Por esta razón, para los dos mandatarios, no importa quienes estén al frente de sus respectivas naciones, no puede volver a pasar eso. Tal coincidencia, quizás, fue la principal conclusión de la Primera Cumbre Presidencial Colombo-Venezolana luego de los duros enfrentamientos durante el régimen neobonapartista uribista.
No obstante, el camino no es fácil. Es la segunda oportunidad que los dos países hermanos retoman las relaciones internacionales rotas. Así lo hizo Juan Manuel Santos cuando en 2010 lo primero que hizo fue redescubrir un nuevo viejo amigo, Hugo Chávez, el presidente de la época de Venezuela. En esos momentos no se había intensificado la diáspora venezolana y las fronteras estaban muy militarizadas por las dos naciones. (¿Tiene culillo Maduro de que capturen a Guaidó? «No es el momento», fiscal Tarek William)
Por esa razón, es de suma importancia el reinicio de estas relaciones bilaterales. El nuevo gobierno tiene desplazado en Venezuela un embajador que goza de buenas relaciones con el sector empresarial. Se trata del exsenador Armando Benedetti. Es un barranquillero que tiene el reto de recomponer lo destrozado y reiniciar el camino. Un camino que seguramente estará minado de explosivos.
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La esperanza de Miraflores
Al anunciar que los empresarios de ambos países se reunirán próximamente en Cartagena para acordar la reapertura comercial, ambos presidentes definieron una hoja de ruta para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas. Se trata también de reiniciar y recomponer las comerciales, y, sobre todo, completar la apertura de las fronteras en los próximos meses.
Luego de una reunión que se prolongó por más de dos horas, este 1 de noviembre en el salón Ayacucho del palacio de Miraflores, los presidentes de Colombia y Venezuela, Gustavo Petro y Nicolás Maduro, respectivamente, se reunieron a manteles tendidos, como en los viejos tiempos. El acuerdo más importante fue acordar la hoja de ruta para una efectiva reapertura de las fronteras y restablecer las relaciones diplomáticas y comerciales.
Cumbre empresarial de Colombia y Venezuela
Una de las conclusiones decisivas para la economía bilateral fue la convocatoria a la Primera Cumbre Empresarial de Colombia y Venezuela que se realizará, probablemente, antes de finalizar el año en Cartagena de Indias.
Para el presidente Petro esta cumbre es considerada un aspecto esencial con el fin de que los empresarios de cada país definan reglas de juego. Tendrán el apoyo de los gobiernos de sus respectivos países. Se espera que también puedan participar los pequeños empresarios junto al gran empresariado.
Recomenzar un camino
Reiniciar un camino que no debió ser interrumpido, no solo es difícil, sino pedregoso e, incluso, minado cuando existen muchos que están al acecho, esperando para dar golpes a un propósito que podría animar la economía de las dos naciones. Pasar de un gobierno que desconoció las instituciones políticas vigentes de Venezuela y de su presidente constitucionalmente elegido, es un salto cualitativo y un giro de 180 grados que pone a las dos naciones a girar sobre otras órbitas más ciertas. Y esto lo pensaron muy bien los dos presidentes en esta primera cumbre realizada en Caracas. Así lo reconoció Petro.
Maduro, “el mismo gen”
Por su parte, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, abrió la esperanza de que ambas naciones no vuelvan a pelear, porque “comparten el mismo gen”. En efecto, dos hermanos, dos naciones que tienen una misma historia y unos mismos heroes no pueden tener un futuro de guerra entre sí.
Al mismo tiempo, el mandatario venezolano dijo:
De igual manera, Maduro dijo que hablaron del reingreso de Venezuela a la Comunidad Andina-CAN. La reconsideración del Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Planes de recuperación de la amazonía, posición común en la COP que se realizará en Egipto, cambio climático, fortalecimiento de la visión multilateral de latinoamérica y Naciones Unidas.
Definitivamente, Colombia y Venezuela reinician un nuevo camino. Pero lo que se debe destacar en este momento de la historia es que son dos naciones que tienen líderes con pensamientos similares en el aspecto social, económico y político. Se pensaría que los acuerdos bilaterales tendrían mayor impacto para la clase media y sectores populares.