¿Qué efecto tendrá la debacle electoral del partido de gobierno? El presidente de Colombia Humana era Gustavo Petro. Susana Muhamad, como vicepresidenta asumió sus funciones. Al ser nombrada ministra de Medio Ambiente, fue elegida Carmen Anachury Díaz. El secretario General es Marco Emilio Hincapié, exmagistrado del CNE.
¿Qué efecto tendrá la debacle electoral del partido de gobierno? El presidente de Colombia Humana era Gustavo Petro. Susana Muhamad, como vicepresidenta asumió sus funciones. Al ser nombrada ministra de Medio Ambiente, fue elegida Carmen Anachury Díaz. El secretario General es Marco Emilio Hincapié, exmagistrado del CNE.

Desde Barranquilla hasta Cajicá, pasando por Cartagena, Cali o Bogotá, la consulta interna del partido de gobierno fue una debacle electoral. Si bien Colombia Humana escogió sus candidatos para esta coyuntura electoral, mostró su verdadera fuerza popular que brilla por su debilidad orgánica y política. Estos resultados reflejan, a todas luces, una crisis manifiesta de la dirigencia oficialista y del gobierno compartido bajo la etiqueta de diálogo nacional o de gobierno de transición, que no cumple con ninguna de estas dos últimas caracterizaciones.

¿Cuál es la consecuencia principal e inmediata de esta debacle electoral? El petrismo languidecerá hasta el punto de diluirse en alianzas electorales para escoger candidatos a la gobernación y alcaldías, asambleas y concejos. ¿Cómo pueden presentarse los candidatos del partido de gobierno con ese exiguo respaldo popular? Las ideas pueden ser brillantes, pero si no son asimiladas por la sociedad, son marginales. ¿Lo entiende el presidente Gustavo Petro? ¿Cómo afectará en el respaldo político a sus reformas? La pretensión de que fuera un gobierno de transición se aleja más con este resultado electoral, ya que le resta fuerza política al partido Colombia Humana para ser cohesionadora al interior del Pacto Histórico.

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Victorias pírricas del partido de gobierno

Cualquier voz de triunfo de la pasada consulta popular de la Colombia Humana realizada el domingo 23 de abril no solo será desmedida sino ridícula. De hecho, los candidatos «ganadores» blandirán una victoria pírrica, carente de sustancia popular. Se trata del partido de gobierno sobre el cual se alinearon los otros movimientos del Pacto Histórico que permitió el triunfo de junio de 2022 con más de 11,2 millones de votos.

Por ejemplo, en Cali, donde el alcalde es petrista, cuyo padre fue uno de los gestores del M-19, el ganador de la consulta para la alcaldía, Denis Rentería, obtuvo 329 votos. Estaba siendo apoyado por el congresista y periodista José Alberto Tejeda y el hermano del presidente Juan Fernando Petro. O el caso de Cartagena donde ganó Liner Campo Tejedor, impulsado por la congresista «Cha» Dorina Hernández, de la línea de la vicepresidenta Francia Márquez y con burocracia en la alcaldía de William Dau y en el ICBF. Para la gobernación de Bolívar hubo un «cabeza a cabeza» entre Germán Viana (1.096 votos) y Colombia Villamil (1.018). ¿Cómo puede plantarse Germán Viana frente a Yamilito Arana o Zaith Adechenine?

En la región Caribe, el golpe más grande fue en el Atlántico. Con toda la publicidad que recibió Máximo Noriega para la gobernación obtuvo 1.625. Rigail recibió 219 votos que no le hace ni cosquilla al candidato de los Char para la alcaldía de Barranquilla. ¿Eso qué es? ¿Acaso el triunfo de Gustavo Petro fue individualista, solitario y emocional? Cuando el partido Nazi llegó al poder tenía 2 millones de miembros. Seis años más tarde, se elevó a 5,3 millones. Cuando comenzaron la Segunda Guerra Mundial llegó a tener 8 millones. Es decir, el 10% de la población alemana. ¿Quién dijo que no son importantes los números para la garantía de una victoria política?

¿Gobierno compartido o imposibilidad de gobernar?

El Presidente Gustavo Petro ¿analizó la debacle de su partido de gobierno?
El Presidente Gustavo Petro ¿analizó la debacle de su partido de gobierno?

Y la solución de esta crisis, en realidad, no la tiene el presidente Gustavo Petro, como creen muchos de los que critican a los dirigentes descalabrados con estos resultados. Estos críticos sufren de lo mismo de sus criticados: la idolatría política. Son dirigentes menores de edad que pretenden seguir amamantados por sus padres sin ser libres. ¡No saben de libertad! Y pretenden liberar al país de la opresión y de la corrupción.

Por tanto, el presidente Gustavo Petro será más frágil porque no tendrá una correlación de fuerzas populares que obligue a la dirigencia política y al congreso aprobar las grandes reformas que está proponiendo. Pero, además, lo más grave: su gobierno corre el riesgo de pasar los cuatro años sin hacer nada sustancioso para la sociedad colombiana. Ya no tendría la aplanadora con la cual disuadió a la mayoría parlamentaria para que rechazara la moción de censura con su ministra estrella, Irene Vélez Torres, quien explicó de una forma extravagante la teoría del decrecimiento económico

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El partido de gobierno y el poder real

Como si lo anterior fuera poco, el poder real de las élites dominantes se mantendrá intacto. La corrupción será galopante. La inseguridad crecerá. Los problemas económicos se profundizarán con la fuga de capitales. Así se desestabilizará el nuevo gobierno, que no es tan nuevo. Esta situación pondría en dudas la conclusión pacífica de su gobierno y podría ser forzado a satisfacer aún más a la oligarquía política. Esto explicaría la crisis de su gabinete en búsqueda de consenso parlamentario.

En otras palabras, el gobierno del presidente Petro seguirá secuestrado políticamente. Su proyecto político y programático, como sus reformas, quedarán reducidas a una caricatura política. Pero el peor escenario político no es este. ¿Cuál será? Si su partido y coalición política no triunfa en esta coyuntura política eligiendo a la mayoría de los gobernantes regionales y locales, podría ser llevado a juicio político. Su suerte estaría determinada por el congreso de la República, dominado por los mismos colectivos que co—gobernaron durante el régimen neobonapartista de Uribe. Son los mismos que se enriquecieron también con el gobierno de Iván Duque.

Consulta con tropiezos

La vicepresidenta de la colectividad, Carmen Anachury Díaz, quien reemplazó en sus funciones a Susana Muhamad, desde que ésta asumió el cargo de ministra de Medio Ambiente, no le fue bien en la gestión de la consulta. En este período emitieron 100 resoluciones con la firma del secretario general Marco Emilio Hincapié, exmagistrado del Consejo Nacional Electoral. Esto, en vez de aclarar, creó más confusión al proceso. El hecho causó muchas dudas y suspicacias entre la militancia de Colombia Humana.

Pero, la nota más discordante es la inscripción con el ID radicado No 369377 de Anachuri. Fue una inscripción fugaz a la alcaldía de Cartagena de la propia vicepresidenta. Por la mañana subió su inscripción, pero al mediodía la eliminó. Es probable que se percató que para inscribirse como precandidata debía renunciar en el cargo. No podía lanzar la pelota y, al mismo tiempo, batear. Si eso es así, se incurriría en incompatibilidad y conflicto de intereses.

Algunos líderes de la Colombia Humana se trenzaron en una dura confrontación en su interior. Muchos caciques y pocos indios. Denuncias sobre posibles favoritismos hasta brotes de corrupción se presentaron antes, durante y posterior a la jornada del domingo 23 de abril. No se sabe si por impericia, negligencia o falta de transparencia, pero la dirigencia le hizo falta tacto y destreza en el manejo de las contradicciones y de los procesos que demanda una consulta popular de ese carácter.

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