Algo muy grave está sucediendo en Barranquilla y la gente no lo sabe. Los medios de comunicación tradicionales en poder del califato Daeschariano mantienen una autocensura. ¿Quién mandó a matar a Eder Perneth Caicedo, oscuro empresario, compañero de negocios de Edgar Fierro Flórez, alias «Don Antonio», testaferro de «Jorge 40» en la Universidad del Magdalena entre 2003 y 2004? El año pasado estuvo intermediando para Colombia la compra de armas, fragatas y otras naves a dos firmas italianas.
En efecto, Perneth y Fierro hacen parte de la segunda generación de empresarios dejada por la bonanza del narcotráfico que buscan lavar sus capitales mal habidos a final de la década del 90. Ahora, muchos de ellos se destacan como contratistas de las alcaldías de Alex Char, Elsa Noguera y Jaime Pumarejo, actual burgomaestre de la capital atlanticense.
Este sangriento hecho confirma la investigación y análisis que se está publicando en este portal periodístico de que en Barranquilla, como en otras ciudades del Caribe, se está construyendo un modelo de desarrollo basada en la narcoeconomía. [Puedes leer: La narcoeconomía: el atentado a «Yuyo» Daes y asesinato de Losada (IV)]
La parábola de los talentos
Para ilustrar este trágico episodio vale recordar la parábola de los talentos y el retorno de «Jorge 40»:
Sin duda, el señor de estos siervos es el mismo Rodrigo Tovar Pupo, quien nunca ha dejado el poder en el Caribe colombiano. De hecho, «Jorge 40» comenzó a arreglar cuentas con sus testaferros. [Leer: El retorno de «Jorge 40», sus aliados y sus muertos (I)]
El atentado
En la tarde del 16 de febrero, cerca del zoológico de Barranquilla, un sicario que aparentaba limpiar con una panola el parabrisa de un vehículo, le hizo cinco disparos con una pistola 9 milímetros al constructor. El sicario usó un silenciador con el fin de que el asesinato fuera perfecto. Pero, la víctima sobrevivió al hecho. Fue trasladado a la clínica Divina Misericordia, de Dieb Nicolás Maloof Cusse, condenado por concierto para delinquir y, además, se le acusa de ser el determinador del asesinato de Nelson Mejía, alcalde de Santo Tomás (2004).
El atentado contra Perneth Caicedo se perdió dentro de la maraña noticiosa de crónica roja de Curramba. Nadie se enteró. Una ciudad que, debido a los carnavales, se encuentra en un ambiente de rumba. Sin embargo, el hecho es de mucha trascendencia, ya que la víctima hace parte de la misma estirpe de «Ojitos Azules» y de otros tantos testaferros de «Jorge 40». Ahora son destacados empresarios y contratistas del Estado en Barranquilla.
El informe policivo indica que fueron cincos disparos que se alojaron en el cuerpo de Perneth. Las heridas más graves fueron la de la cabeza y el abdomen. Este atentado nos hace recordar el sufrido por el también empresario José Manuel «Yuyo« Daes en 2004 en una disputa inter—mafiosa. Daes sobrevivió, pero quedó parapléjico. En aquel tiempo también se sindicó de este hecho criminal a «Jorge 40», después del asesinato de Eduardo Losada Manotas, narcotraficante y dueño de Métodos y Sistemas y testaferro del jefe paramilitar. Una firma que recibía los recaudos de los impuestos de los barranquilleros.
¿Por qué «Jorge 40» querrá matar a Perneth?
Una fuente consultada por este medio asegura que la orden pudo venir del mismo Rodrigo Tovar Pupo. La fuente dice que el otrora jefe del Frente Norte de la AUC, pese a estar preso y pretender entrar a la JEP, ejerce un gran poder político, militar y económico en la región Caribe. Cuenta —agrega el informante— con una red de testaferros que vienen manejando multimillonarios contratos con el Estado desde 2004 y hacen grandes inversiones en el sector de la construcción, la inmobiliaria y la infraestructura vial y portuaria de Barranquilla y de otras ciudades de la región caribe.
El informante no manifestó las razones que tendría «Jorge 40» para mandar a matar a Perneth. Todo indica que, muy probablemente, se debe a que los testaferros lavaron los capitales mal habidos y ahora quieren vivir en forma independiente. Es decir, buscan liberarse de las viejas ataduras del antiguo jefe del paramilitarismo que sembró de terror y sangre la región. Ahora en la JEP se presentó como una santa paloma que le da miedo las armas y pide la indulgencia. Su principal patrocinador es Danilo Rueda, Alto Comisionado de la Paz. El mismo que promovió como gestor de paz a Jorge Luis Alfonso López.
Evidentemente, Barranquilla y otras ciudades caribeñas están en mano de las mafias. Los niveles de inseguridad se han disparado con la mirada impertérrita de las autoridades y del gobierno central.
¿Testaferro de «Jorge 40»?
Eder Perneth Caicedo tiene un largo historial semejante a Darío Laino Scopetta alias «Ojitos Azules». Las fuentes manifiestan que maneja un «billete largo» gracias a los grandes contratos con el Estado y a inversiones en el sector de la infraestructura de Barranquilla durante los gobiernos de Alex Char, Elsa Noguera y Jaime Pumarejo, alcalde actual.
Tanta plata tiene Eder Perneth Caicedo y los antiguos esbirros de Tovar Pupo, que fueron delegados por el gobierno de Duque en la negociación —junto con el exprimer ministro de Italia, Massimo D´Alema — para la compra de armamentos y naves de guerra con dos empresas italianas, como lo señala la agencia EFE y el portal Dagospia.com.
El citado medio reveló:
En el grupo de intermediarios, además de Perneth, estaban Edgar Fierro Flórez y Oscar José Ospino Pacheco. El primero fue el comandante y mano derecha de Rodrigo Tovar Pupo en Barranquilla con el alias de «Don Antonio». El segundo nacido en 1966, conocido con el nombre de guerra de «Tolemaida». Unos de los asesinatos por los cuales se le sindica a éste y a Tovar, es el de Valmore Locarno, Víctor Hugo Orcasita y Gustavo Soler, dirigentes sindicales de la empresa Drummond. Estos homicidios fueron por petición, al parecer, de ejecutivos de la misma Drummond.
La agencia EFE dijo que de esta intermediación esperaban repartirse 80 millones de euros. Pero el acuerdo se rompió en el último momento, revelan medios italianos.
En la próxima entrega revelaremos los grandes negocios de Eder Perneth Caicedo y otros esbirros de «Jorge 40» con la familia Char y Daes.