Yamilito gobernador. Lo primero que hizo el gobernador electo de Bolívar, Yamil Hernando Arana Padauí, fue confirmar su fe cristiana en Dios y en la virgen de la Candelaria. Le dio gracias por los favores recibido. Ese poder divino de fe, expresado en su característica humildad, confirmó todas las encuestas y pronósticos al ser elegido con la mayor votación de toda la historia: el 70,09 % de la votación general. Es decir, 598.679 votos. Fue un triunfo rotundo. Sin pizca de duda.
Ese triunfo —que hace 4 años le fue negado a su fallecido tío, Hernando «Picho» Padauí— tiene un significado doblemente especial. Primero, confirma su capacidad de gestionar y alcanzar el éxito político. Segundo, asimila con rapidez las lecciones políticas recibidas de sus mayores. En este caso, emprendió con éxito, lo que su tío no pudo alcanzar hace 4 años: renunciar a su curul de congresista para ser gobernador de Bolívar. Y lo consiguió con creces.
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Un llamado a la unidad lanzó Yamilito
Magangueleño de pura cepa
El 5 de diciembre de 1990 nació en Magangué un bebé a quien le llamaron Yamil Hernando. Hijo de Yamil Arana Gechem y Rocío Padauí Álvarez. Su padre, siendo muy joven, fue senador de la República.
Yamilito Hernando heredó de sus dos venas (la paterna y la materna) el fervor por la política. Por el lado paterno los Arana tienen una larga trayectoria en el manejo de la política magangueleña. En cuanto al lado materno, la sangre política viene de quien fuera representante a la cámara de Cambio Radical, «Picho» Padauí. Rocío Padauí, fervorosa devota de la Virgen de la Candelaria, era hermana de Hernando Padauí. Este año, ella ofrendó el vestido a la santísima virgen. «Picho» murió en la pandemia del coranavirus.
Quien estaba llamado a suceder el liderazgo de los Arana era el primo de Yamilito, Selmen Arana, hijo de Anuar. Pero fue inhabilitado siendo concejal, lo mismo que le había sucedido a su padre cuando fue alcalde. Una de las característica de los Arana Gechem es que han logrado transmitir a su segunda generación la capacidad de liderazgo e inteligencia relacional, como capital social para avanzar en las lides políticas.
A pesar de su posición política o económica, son humildes en la relación con los demás. Por ejemplo, en una oportunidad fui a entrevistar a Selmen Arana, quien me brindó un café americano. Cuando puse la tasa en el escritorio, una mosca inmensa se posó y quedó flotando en el café. Acto seguido, Selmen tomó la tasa, sacó la mosca y ¡se tomó el café! La entrevista continúo en medio de mi risa, porque probablemente, debido a mi prejuicio, yo no lo hubiese hecho.
Votación histórica
La votación de Yamilito es histórica. Superó el 70% de los resultados electorales. Esto es, como se dijo, 854.116 sufragios. Bajó el voto en blanco a 12%, la mitad con relación a las elecciones de hace cuatro años cuando eligieron a Vicente Blel con 384 mil votos, En esa oportunidad el voto en blanco alcanzó la impresionante cifra de 24,27%. Es decir, 199.359 mil votos.
Como la victoria de Yamilito estaba cantada, lo que en realidad estaba en juego era el escaño de diputado de la oposición. En este caso, el segundo en las elecciones fue Zaith Adechine con el 5,17%. Este lugar le dio derecho a ser diputado. Zaith le ganó el pulso a Yolanda Wong, quien debió conformarse con el tercer lugar obteniendo el 4,8% de los votos. Es decir, 41.546 votos. Una votación 5 veces menor a la recibida en 2015 (280,418 votos ) cuando le disputaba la gobernación a Dumek Turbay, quien la ganó con 414,260, menos de la mitad de lo que el domingo recibió Yamilito.
Su victoria es indiscutible. Hoy es el gobernador de mayor votación en la historia de Bolívar. Un récord que será muy difícil que lo rompan en poco tiempo. Se puede destacar ca Yamilito como el segundo mandatario de elección popular que tiene Magangué. El primero fue Miguel Raad Hernández, hijo de Juancho Raad, el líder del conservatismo magangueleño.
Yamilito gobernador: la real esperanza de Magangué
La ciudad del nuevo gobernador está rezagada. Los indicadores sociales están en retroceso. Lo único que crece es la población, la delincuencia, la drogadicción, la pobreza y el desorden social. Cuenta con una clase política que la está llevando al ostracismo. Ahora que ganó Pedro Alí Alí, el popular «Pedrito Alimaña» o «Alí Babá», no hay esperanza de que salga adelante, salvo que el nuevo gobernador condicione la gestión de los proyectos a una inversión transparente donde debe primar el interés colectivo y no las ganancias de los contratistas.
En realidad, la esperanza de Bolívar y del propio Magangué, es este joven que siendo parlamentario supo gestionar grandes proyectos para el departamento. Durante sus años de parlamentario no se destacó por los discursos floridos y rimbombantes sino por su gestión para los territorios. Quizás esta fue la razón por la cual contó con el apoyo de Tirios y Troyanos. Sectores del Pacto Histórico se fueron con él.
El 1 de enero de 2024 comenzará un nuevo reto para este joven magangueleño. Su carrera política apenas comienza. ¡La provincia al poder!