Uno de los hechos que mostró con claridad la precariedad laboral del ecosistema periodístico colombiano, fue la salida de Jheivan Pinzón como uno de los periodistas «temporal por día» de Caracol Noticias, el medio que más factura en Colombia: $977.473 millones. Y todo porque el periodista tuvo un ingreso comercial de $200 millones desde 2018 hasta 2024. Al mismo tiempo, observamos a periodistas que defienden a sus amos, menoscabando a sus colegas que no disfrutan las mieles del poder.
Los sentimientos «antiturbayistas» (contra Dumek Turbay), subyacentes en la supuesta denuncia contra «periodistas pagados», estigmatizan con el calificativo de «periodistas de estómago» a todo el gremio del país, como lo hizo el anterior alcalde Dau cuando recibía una información adversa de su gobierno.
Rumor y superficialidad
El rumor y la superficialidad con que se observa la contratación oficial con periodistas locales, hacen de esas supuestas denuncias periodísticas una nostalgia de los tiempos de William Dau y de Iván Duque. Tiempos donde se maltrató sin misericordia y cosificó a los supuestos «periodistas de estómago».
En el caso cartagenero, fue sui generi por lo pintoresco del personaje que estaba como alcalde. Ensalzó a la Gran Prensa con un generoso presupuesto y persiguió a los periodistas que nos atrevimos a escudriñar su administración. Lo cierto, ninguna de las informaciones entregadas por La Silla Vacía, la Contratopedia o el columnista Álvaro González Álvarez, conlleva a un razonamiento lógico para sugerir alguna irregularidad de la contratación de la administración de Dumek Turbay o de Yamilito Arana. Esto es lo más perverso contra el sector más débil del periodismo: los periodistas «temporal por día» que, como Pinzón, son los más vulnerables.
Aclaración
Como principio de transparencia, declaro que tengo las mejores relaciones con el alcalde Dumek Turbay Paz, el gobernador Yamilito Arana y el presidente Gustavo Petro. Si bien declaro que Turbay es un gobernante de acción y con resultados, no me exime para estar en desacuerdo que se inspire en el modelo de ciudad de Barranquilla. Pero su plan de Desarrollo Cartagena ciudad de derechos, teóricamente, promete un modelo diferente al de los Char. ¿De quien depende? Del control social y de la participación ciudadana en la ejecución de dicho plan.
En lo particular, personalmente, hasta hoy, no he contratado absolutamente nada con esta administración. Y si hubiese contratado, no tendría ningún impedimento desde el punto de vista ético o legal. No solo juego el rol de periodista sino también de docente, investigador social y empresario. Pero, por obvias razones, me abstengo de contratar con el Distrito. Desde que en Barranquilla (1987) dejamos de trabajar para la Gran Prensa, nos lanzamos a crear nuestros propios medios haciendo el mejor periodismo del mundo en La Silla Caliente. Nos han tumbado varias veces. Pero varias veces nos hemos levantado y volvemos a volar alto como las ondas cortas de la banda radial de frecuencia amplificada (AM).
En tanto, desde que llegamos a Cartagena como periodista (2000), comprendimos de que no podíamos vivir de la publicidad. En VoxPopuli Digital no difundimos publicidad, mucho menos propaganda. Si bien VoxPopuli Fundación financia el proyecto periodístico, su contratación con el sector privado u oficial no le condiciona su labor profesional.
Por tanto, no existe ninguna irregularidad contratar con el Estado. Todos tenemos derechos a hacerlo, siempre y cuando no haya ninguna incompatibilidad o impedimento legal. Las denuncias que hace VoxPopuli Digital en materia de contratación pública se originan cuando no cumplen con su objeto social o no reúnen los requisitos de ley.
Los sentimientos «antiturbayistas»
Esos mismos críticos, como los de la Silla Vacía, y los corresponsales de Caracol Noticias que no están en la categoría de periodistas «temporal por día», estaban de pipí cogido con la administración anterior. Ellos se dolían porque el suscrito periodista le hizo una pregunta supuestamente irrespetuosa al alcalde William Dau en la audiencia de revocatoria del 2 de febrero de 2021. Cuando le pregunté a Dau que si se bazuqueaba, la visión bogocéntrica del periodista de la Silla Vacía, no sólo censuró la pregunta, sino que también superficializó el duro cuestionamiento programático que se le hizo al alcalde.
En consecuencia, ellos tomaron partido por Dau cuando tenía el 85% de las preferencias. Y cuando llegó a tener casi el 90% de imagen negativa, se escurrieron. Reflejo inequívoco de su arribismo. Es la misma práctica que enseñan los medios de pensamiento bogocéntrico reproductores fieles de la hegemonía dominante.
No obstante, los periodistas debemos tomar partido (no político, se aclara) por la ética profesional. Cuando exista una tensión entre dos intereses opuestos o dos derechos, se debe inclinar hacia el más débil. Por ejemplo, como el caso que analizamos. ¿Debemos condenar al periodista Jheivan Pinzón por haber obtenido más de $200 millones en contratos con el Distrito de Cartagena y la gobernación de Bolívar durante las dos últimas administraciones? Por supuesto que no. No somos más papa que el propio papa.
Los mismos que condenan a Jheivan Pinzón, justifican la conducta mezquina y mísera de los dueños de la Gran Prensa, mientras menoscaban a los periodistas «temporal por día».
Los periodistas «temporal por día» y la precariedad laboral
Ningún gobierno nacional, ni siquiera el actual, se ha ocupado de la precariedad laboral de los periodistas colombianos. Tampoco de las condiciones adversas del ecosistema comunicacional para los emprendimientos periodísticos o comunicacionales.
Pero, la principal causa de la precariedad laboral es la misma mentalidad del periodista. Te enseñan la ética periodística a partir de la ética del medio de comunicación y no del ser humano-periodista. Te forman sin pensamiento crítico. Una mentalidad para ser esclavo disfrazada de libertad, no importa si el periodista gana $1,5 o $50 millones como, al parecer, es la escala salarial de Caracol Noticias.
El modelo de educación colombiano, como el modelo de educación universal, cercena la libertad de expresión de los periodistas en beneficio de la Gran Prensa. El principal victimizador son los propietarios de esos medios que viven bajo la dictadura de la pauta publicitaria.
Emprendimiento exitoso
VoxPopuli, como proyecto periodístico, se mantiene exitosamente por el modelo que construimos. Un modelo basado en una sola premisa: libertad total frente a la publicidad. ¡Somos libres! de la dictadura publicitaria y del mercado libre. Por eso somos libres, incluso frente a nuestros amigos que están en el poder. Y ahora, pretendemos expandirnos a nivel nacional.
No está en nuestros planes pedirle al gobierno que nos incluya en la pauta publicitaria. Los gobiernos de izquierda son peores que los de derecha para condicionar el trabajo periodístico al culto de la personalidad del gobernante. Sucedió en Santa Marta y Magdalena con Carlos Caicedo como en Medellín con Daniel Quintero. El periodismo libre no cabe en ninguno de los totalitarismos. La prensa, como el ser humano, debe ser libre.
De acuerdo a una investigación de la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), Iván Duque usó la pauta publicitaria para los siguientes objetivos
- 1. Emplear la pauta para atender crisis y riesgo de reputación para la Presidencia y el presidente, como ocurrió con el paro nacional y la emergencia sanitaria.
- 2. Promocionar la imagen del presidente con mensajes institucionales en medios masivos y digitales a escala nacional e internacional.
- 3. Consolidar un equipo robusto de comunicación que se soporta en el personal de la Alta Consejería Presidencial para las Comunicaciones.
Aunque el presidente Gustavo Petro hace lo mismo, el 84% de la pauta publicitaria se concentra en RTVC, de acuerdo a la investigación de la Silla Vacía. El porcentaje restante, va para las agencias publicitarias.
Ataque a los periodistas «temporal por día»
De esa manera, se ataca sin compasión a los periodistas que deben batallar duro para conseguir el pan de cada día, especialmente de los llamados independientes.
Sin embargo, justifican a los grandes conglomerados de los medios de comunicación que, como Caracol Noticias, le pagan sueldos míseros a sus periodistas. Esos medios se quedan con el 95% de la torta publicitaria de empresas oficiales, aunque la publicidad del DAPRE de Gustavo Petro se la haya reducido para entregársela a RTVC.
Además, los grandes medios controlan la inversión en publicidad digital en Colombia que alcanzó un total de $2.6 billones en el 2023. Representa el 51% de la torta total. Esto se pudo constatar en el IAB Day 2024 realizado la semana pasada en Bogotá. En ese evento se analizó la evolución de la publicidad digital en Colombia y Latinoamérica que está quedando en pocas manos.
El doble racero
Mientras cuestionan a los periodistas «temporal por día» locales, como Jheivan Pinzón, se olvidan de que en Cartagena, Barranquilla, Bogotá, Medellín o Cali, ésos conglomerados se quedan con la torta publicitaria oficial y privada. Ellos son los dueños de la publicidad para medios analógicos como digitales.
¿Por qué se cuestiona que un periodista trabaje o contrate con las alcaldías o gobernaciones y se omita que más de $650.000 millones (FLIP, 2023) se gastaron los gobernantes locales del pasado período en su propia imagen y no en la socialización de las acciones de gobierno? El 95% de ese dinero fue a parar al bolsillo de la Gran Prensa y no de los periodistas. De cada $100 destinados a la publicidad, los periodistas «temporal por día» y medios locales recibieron menos de $5.
Eso es lo que sucede en Colombia con la inmensa mayoría de los periodistas que comienzan un nuevo día lleno de incertidumbre para conseguir el sustento diario. Si son empleados, son mal pagados. Tienen salarios que apenas superan el salario mínimo.
Los periodistas «temporal por día» de Caracol
Jheivan Pinzón quedó sin su chamba en Caracol Noticias a raíz de la publicación de los denunciantes. Es el trofeo que ahora alzan contra el alcalde Dumek Turbay mientras ensalzan en Barranquilla a Alejandro Char.
Pero Pinzón recibía $1,5 millones mensuales y, a veces, menos de $800 mil. Un ingreso ridículo y precario para un periodista que tiene que cubrir múltiples fuentes. Y Caracol Noticias tiene como intermediario a una bolsa de empleo que seguramente es del mismo Grupo Santo Domingo. Se trata de Gente Disponible S.A., en cuya web dice:
«GENTE DISPONIBLE S.A., presta el servicio de suministro de Personal Temporal, con lo que cubre la necesidad de reducir algunos costos laborales, asegura la correcta administración del personal y minimiza los riesgos laborales».
Caracol Noticias contrata a sus nuevos periodistas con Gente Disponible para reducir costos laborales y no pagarle prestaciones sociales. Terceriza el suministro de periodistas como si fueran conserjes y no profesionales con capacidad de transformar la sociedad a través de su información objetiva y propositiva. Son periodistas «temporal por día» que trabajan a destajo.
Periodistas menoscabando a periodistas
La Silla Vacía, como si tuviera la gran misión de desmantelar la corrupción de los periodistas, entrevistó al director de Caracol Noticias, Juan Roberto Vargas. Lo más doloroso fue la declaración del director:
“Nos falló (la selección) porque si bien no era del equipo de nómina de Noticias Caracol, sí hacía reemplazos eventuales. Cuando nos dimos cuenta, suspendimos el contrato que se llama ‘temporal por día’. Nuestra valoración es que eso no se puede permitir”.
La Silla Vacía
¿Qué no se puede permitir, periodista Vargas? Esta debió ser la pregunta de los periodistas al director de Caracol Noticias. ¿Usted no se acuerda cuando fue un carga ladrillo razo discriminado por los de arriba?
Si los periodistas son independientes, caen en las profundidades de la informalidad. Lo único que nos puede hacer libres es tener un pensamiento libre y una mentalidad emprendedora.