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«Juicio del Siglo»: ¿Uribe es culpable o inocente?
«Juicio del Siglo»: ¿Uribe es culpable o inocente?

¿Uribe es culpable o inocente? ¿Ángel o demonio? En la medida que se acerca la fecha del 28 de julio cuando se conocerá la sentencia del «Juicio del Siglo», crece la expectativa en los mentideros políticos por el destino inmediato del poderoso expresidente Álvaro Uribe Vélez. Su actitud arrogante e irrespetuosa con la que quiso detener su juzgamiento, contrastó con la aparente humildad ―que rayó en una postura lastimera― en las últimas palabras de su largo alegato de defensa.

«Yo soy muy viejo, señora juez. Tengo 73 años. Con todo respeto, pido a usted, en mi alma, yo quiero que usted me absuelva».

Esas palabras tienen un doblez característico del viejo zorro que ha sabido escabullirse del escrutinio de la justicia a lo largo de más de 40 años de vida política. Desde aquel período cuando fue concejal y alcalde de Medellín por pedido de los narcos que apoyaron la campaña del presidente Belisario Betancur, su sagacidad es evidente para salirse de las turbulencias que él mismo crea. Son decenas de hechos que se le atribuyen su autoría como determinador o por omisión. Puesto que Uribe tiene mil caras, en este juicio las mostró mimetizado y con doblez. Si lo condenan, una luz se abrirá desde esa rendija judicial para conocer la monstruosidad de la verdad del conflicto armado colombiano que produjo cerca de 300 mil homicidios. Si lo absuelven, Los Intocables seguirán delinquiendo impunemente.

¿Con qué tesis se casará la juez?

El  proceso se inició formalmente en 2019 ante la Corte Suprema de Justicia. Al expresidente se le acusa de manipular versiones de exparamilitares para que acusaran al senador Iván Cepeda de ofrecerles beneficios a cambio de que declararan que él y su familia tenían relaciones con las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). En 2018, la Corte halló que Cepeda no tenía ninguna responsabilidad penal. De inmediato, el senador del Pacto Histórico contraatacó y presentó la denuncia contra el parlamentario de Centro Democrático. La Corte no encontró mérito para proceder contra Cepeda.

Es necesario citar el caso de Diego Cadena, quien fuera el abogado de Uribe, porque también está siendo juzgado en un proceso paralelo. Contrario al proceso de Uribe, la Procuraduría pidió su condena. El fiscal, Daniel Hernández, pidió la condena contra Cadena:

«El objetivo era fabricar un escenario judicial favorable a Uribe».

Esa tesis la sustentó el fiscal Hernández, porque el abogado de Uribe visitó sin previo aviso al exparamilitar Carlos Enrique Vélez, alias Víctor, en la cárcel de Palmira, Valle del Cauca. Le ofreció 200 millones de pesos y asesoría jurídica para que modificara su testimonio contra Uribe ante la Corte Suprema de Justicia. Lo mismo que a Juan Guillermo Monsalve, quien le grabó con un reloj inteligente. Lo mismo hizo la esposa del exparamilitar, Deyanira Gómez.

Para la época, la misma Corte Suprema de Justicia descubrió una retractación masiva de exjefes paramilitares que buscaban favorecer a parlamentarios comprometidos con la parapolítica. Por estos casos, se puede citar las retractaciones de Ubaldo Enrique Banquez (alias Juancho Dique) que favorecieron a parlamentarios de la parapolítica como Javier Cáceres Leal, la difunta Daira Galvis o Piedad Zuccardi. Banquez fue condenado por fraude procesal, cohecho y soborno.

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La tesis de la fiscal

En tanto que la Fiscalía en el proceso contra Uribe ―que en la época de Francisco Barbosa lo intentó archivar dos veces― sustentó en su alegato final la solicitud de condena contra el expresidente. La tesis de la fiscal Marlene Orjuela, parte de que existe material probatorio suficiente que permiten una inferencia razonable de que el expresidente Uribe es responsable penalmente, en calidad de determinador, de los delitos de soborno a testigo en actuación penal y fraude procesal. Uribe instrumentalizó el ejercicio profesional de sus abogados para fabricar pruebas a su favor.

Para la Fiscalía existen hechos que materializan la conducta criminal del expresidente Uribe. Sus abogados (Diego Cadena y Juan Salazar) constituyeron una sociedad para revertir ilegalmente los testimonios de varios testigos que afectaban la posición de Álvaro Uribe y de su hermano Santiago Uribe en el proceso penal ante la Corte Suprema de Justicia. A ellos se les responsabilizan de conformar el bloque Metro de las Autodefensas que cometió centenares de crímenes de lesa humanidad, muchos de estos podrían ser determinados por el procesado.

El expresidente Álvaro Uribe, como poderdante (quien entrega el poder de representación a sus abogados) debió revocar el contrato si se enteró de alguna conducta ilegal de sus apoderados. Pero no lo hizo, máxime que Uribe es un abogado que conoce perfectamente la normatividad colombiana. Al respecto, la Corte Constitucional señaló:

«El poderdante puede vigilar la actuación de su representante y proceder a revocar el poder si aquella, por técnica que parezca, no concuerda con sus expectativas.”

Esto significa que el poderdante no pierde control ni responsabilidad sobre su defensa, pero tampoco asume responsabilidad penal por actos ilícitos del apoderado, salvo que haya participación activa, dolo o beneficio directo. Que es el caso de Uribe Vélez, quien pudo participar con conocimiento de causa y se benefició directamente, ya que se fabricaron pruebas para su beneficio personal.

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De la arrogancia a la doblez

La suerte inicial del expresidente Uribe Vélez está en manos de una humilde funcionaria judicial que resistió las turbulentas aguas agitadas por el arrogante reo que se resistía a ser juzgado. La Juez 44  Penal de Conocimiento de Bogotá, Sandra Liliana Heredia, se mantuvo firme en continuar el juicio, luego de sortear muchos obstáculos creados por la estrategia de la defensa que le apuntaba a su prescripción. Contra viento y marea, defendió el papel del Estado para preservar las garantías procesales de todos los intervinientes en el juicio.

Ahora la juez se está tomando dos semanas para redactar el sentido de su sentencia: absolución o condena. ¿Ángel o demonio? Tal es la respuesta que nos dará en esa fecha del 28 de julio, 8 dias después de la celebración del aniversario de la República.

Sin duda, no fue fácil presidir el «juicio del siglo», tampoco lo será la sentencia. Semejante responsabilidad entrará en los anales de la historia judicial y política del siglo XXI. Es más, después de 40 años de presunta vida delincuencial del poderoso procesado, es la primera vez que la espada de la justicia le zumba en su oído. Y se trata de unos delitos menores que prescribirían probablemente en octubre de 2025. ¿Cuándo lo juzgarán por los delitos mayores que de le imputan?

¿Uribe, ángel o demonio?

Los delitos por los que lo condenarán o absolverán son derivados: determinador de soborno a testigos, soborno en actuación penal y fraude procesal. Pero los delitos mayores no aparecen en este juicio del siglo, como auspiciador, financiador y determinador de crímenes de lesa humanidad cometidos por el Bloque Metro de las Autodefensas.

El expresidente Uribe es el No 1 de «Los Intocables» (financiadores y auspiciadores del paramilitarismo) que no han sido procesados. Pero si lo hallan responsable en este juicio, seguramente se le caerá la estantería y el efecto teflón del cual disfruta desde cuando fue nombrado alcalde de Medellin por pedido de los narcos que aportaron dinero a la campaña de Belisario Betancur en Antioquia. O, como dijera en su lenguaje del bajo mundo alias Victor, quien participó como testigo de la Fiscalía en el juicio, «Uribe es el papá de las Autodefensas».

Por esa razón, es urgente resolver el dilema: Uribe es ¿ángel o demonio? ¿Inocente o culpable?

El camino de Uribe

¿Quién dijo que Uribe es feliz? Ser un reo por delitos comunes para un político profesional como Álvaro Uribe debe ser un camino degradante. Para aquel que tiene algo de empatía social, se convierte en una afrenta a su moral. Algunos prefieren el camino del suicidio antes que verse vencido detrás de unas rejas. Es el caso del expresidente Alan García, quien dejó una carta donde dijo:

«Por eso le dejo a mis hijos la dignidad de mis decisiones; a mis compañeros, una señal de orgullo. Y mi cadáver como una muestra de mi desprecio hacia mis adversarios porque ya cumplí la misión que me impuse».

Carta póstuma de Alan García dos veces presidente de Perú.

Uribe es un mago de la manipulación. No tiene amigos. Solo aliados. Estos los son hasta cuando les son útiles. El expresidente Uribe está lejos de sentir remordimiento, porque su estructura mental le impide sentir aprecio o empatía.

Por el contrario, en forma fría es capaz de besarle el anillo a la juez, si lo tuviera, con tal de producir en ella compasión para que ese hombre, «muy viejo», reciba la absolución. No porque sea inocente, sino porque su estado físico y mental se lo exige. También, podría significar que si lo hallaba responsable, por lo menos tuviera en cuenta su edad para esperar la segunda instancia en El Ubérrimo y no detrás de los barrotes donde más de la mitad del país, seguramente, quiere que esté.

La absolución

Bladimir Cuadro Crespo, como procurador delegado, era «el infiltrado» de la defensa del expresidente Álvaro Uribe Vélez en el juicio del siglo. Pidió ―sin recato alguno― su absolución en los alegatos finales.

«Por ende, la conclusión a la que se debe llegar es que no hay prueba que permita configurar los presuntos punibles de soborno a testigos en actuación penal y fraude procesal».

Alegato final del Procurador Delegado.

Esa posición la apoyó, por supuesto, la defensa técnica y material del expresidente Álvaro Uribe Vélez. El abogado Jaime Lombana dijo:

«Por ningún lado se demostró en este juicio la existencia de emisario alguno de Álvaro Uribe, como lo llama la Fiscalía, para presionar u ofrecer indebidamente, desvaloradamente, antijurídicamente, nada a cambio, para que relataran algo distinto a la verdad».

La condena

Fin de la impunidad de Uribe
¿Fin de la impunidad?

Por tanto, en sus alegatos de conclusión que terminaron el jueves 3 de julio, Jaime Lombana y Jaime Granados pidieron a la juez Sandra Heredia que absuelva al exjefe de Estado.

Las víctimas reconocidas en el proceso son el senador Iván Cepeda, Deyanira Gómez, el actual ministro de Justicia Eduardo Montealegre, y el exvicefiscal Jorge Fernando Perdomo. Ellos están representadas por los abogados Reinaldo Villalba y Miguel Ángel del Río Malo, quienes apoyaron la tesis de la Fiscalía y pidieron la condena del reo.

En el alegato de Villalba, dice que el exsenador Uribe fue el “determinador” de una estrategia que se centró en reclutar falsos testimonios de exparamilitares para enlodar el nombre del congresista Iván Cepeda.

En ese sentido Cepeda dijo:

«El abogado Lombana señala que Carlos Enrique Vélez era un psicópata. Él y muchos otros de los paramilitares que han comparecido en el juicio, fueron traídos a este proceso, se requiere recordarlo, por el acusado, su defensa y contactados a través de Diego Cadena para que “dijeran la verdad».

Sin embargo, ese concepto del entrampamiento se lo inventó el mismo Uribe en la época (2012) que andaban reclutando en las cárceles supuestos testigos para entrampar al senador Cepeda. La Corte Suprema de Justicia resolvió ese hecho en su momento de la siguiente manera:

«Ese requisito de ser un testigo veraz en el contexto de estos muy deplorables acontecimientos, al parecer era lo que menos importaba para el procesado el senador URIBE VÉLEZ y sus abogados, quienes se advierten plenamente conscientes y conocedores del prontuario delictual del testigo, al punto que estaban pendientes de las resultas de un proceso por Falso Testimonio en su contra, por lo que ahora no puede la defensa venir a alegar que su credibilidad está mermada justamente por esa causa, cuando en lugar de verificar que se tratase de un declarante idóneo e imparcial, la falta de esas calidades fue de lo que se sirvieron para el acuerdo ilegal de mentir ante la justicia».

Por tanto, en el concepto de las víctimas, la defensa del expresidente trivializó los hechos antijurídicos que se demostraron en el juicio. Por ejemplo, al soborno, le llamaron “ayuda humanitaria”. El “entrampamiento” se lo atribuyeron a Cepeda. En realidad fue un argumento fácil de revatir en el sentido que toda la responsabilidad fue de sus abogados que «se dedicaron a reclutar a los falsos testigos»,

Lo que dice la presunta víctima

https://twitter.com/IvanCepedaCast/status/1935305725992996945

Lo que dice la defensa del presunto victimario

https://twitter.com/AlvaroUribeVel/status/1918983072055173300

Los principales artículos publicados sobre el juicio

  1. Álvaro Uribe Vélez ¿un triste final a lo Fujimori?
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