Una ciudad muerta de hambre y de miedo. Pareciera que Cartagena soportara las 7 plagas bíblicas. Según la última encuesta Pulso Social del DANE, la hacen una ciudad inviable. La mitad de su población aguanta hambre el doble de lo que soporta el país. Solo el 50,2% se consume las tres comidas diarias. El 94% no tiene mayores posibilidades de comprar ropa, zapatos, alimentos. El 64.7% afirmó que la situación económica actual de su hogar es “Peor” o “Mucho peor” que hace un año. El 95.2% afirmó sentirse inseguros y muy inseguros caminando su barrio de noche.

Ante la incapacidad de la alcaldía, fundaciones particulares buscan las maneras de hacerle llegar un bocado de comida a niños que viven en una ciudad muerta de hambre.
Ante la incapacidad de la alcaldía, fundaciones particulares buscan las maneras de hacerle llegar un bocado de comida a niños que viven en una ciudad muerta de hambre.

Estos indicadores fueron publicados por el DANE en lo que denominan Encuesta Pulso Social de 23 ciudades del país. En término s generales lo peores indicadores están en la Costa caribe y Pacífica. Pero Cartagena es la ciudad capital que peor le va en esta medición. Cada trimestre sale esta publicación.

Cae el ingreso

Por otro lado, y contrario a esas cifras sociales, en en economía a la ciudad y el departamento de Bolívar no le va tan mal. Bolívar es la segunda economía del Caribe, después del Atlántico. El ingreso per cápita de los cartageneros en 2020 cayó a US$4.241, muy inferior a la media del país que fue de US 5.335. Pero aún así, Bolívar se ubicó en la séptima economía de Colombia y en la segunda del Caribe colombiano.

Como si fuera una premonición, dijimos el 21 de octubre de 2019 que si William “el Turco” Dau gana, sería una triste noticia para Cartagena. La mentalidad del alcalde es hacer dinero, porque viene de un fondo buitre. ¿Qué dice la realidad de hoy?

¿Por qué Cartagena es inviable?

Cartagena es una ciudad hambrienta. ¿Quienes salvarán a Cartagena?

Si la caída de Cartagena, en términos económicos, no fue tan brutal, ¿por qué en términos sociales la situación es dramática? Los efectos económicos vienen de manejos macroeconómicos y de hechos internacionales que impactan a la economía mundial. Pero, los indicadores sociales dependen fundamentalmente de la dirección política del orden nacional y local.

En ese sentido, existe una alta responsabilidad de la clase política dominante y de quienes han manejado los hilos políticos y económicos en los últimos años. Cuando tomó el mando Judith Pinedo Flórez (2007), se creó una falsa expectativa de superación de la crisis gubernamental de Cartagena. Pero fue todo lo contrario, durante su gobierno -que duró los 4 años- alimentó el fenómeno llamado Campo Elías Terán Dix, quien le sucedió en la alcaldía.

En consecuencia, Judith Pinedo, quien fue respaldada por los gremios económicos locales, la familia Araújo y el gobierno nacional de Álvaro Uribe, tal como sucedió con William Dau Chamat, produjo un vacío político. Las expectativas fueron superiores a sus ejecuciones y contribuyó al nacimiento de la alcaldía de Terán y al advenimiento de una inestabilidad gubernamental de la cual no se ha podido recuperar. Principalmente los responsables de esta situación son los gremios económicos y la clase política dominante.

Ciudad muerta de hambre

La mitad de la población de Cartagena sólo se puede comer dos comidas, dice la encuesta del DANE. (Puede consultar la encuesta). Pero, el drama es más profundo cuando indagamos la calidad de comida que consumen aquellas familias que solo pueden hacerlo dos veces al día. Si uno va a cualquier barrio marginal de la ciudad sabe que el menú está compuesto por carbohidratos, grasa y proteína procedente de embutidos de baja calidad.

En la administración de Dau Chamat, la situación se agravó. Su administración ha sido incapaz de descifrar la situación y mucho menos de buscar una solución. Por el contrario, no pudo aprovechar los dos primeros años de su administración que el concejo distrital le aprobó todo para atacar frontalmente los dos problemas que se comprometió en campaña electoral: la pobreza y la corrupción.

Su incapacidad para materializar los planes en obras fue diciente. El 95% de sus proyectos fueron aprobados por el Concejo. También adiciones e incorporaciones. Pero demostraron su incapacidad para contratar según las necesidades, prioridades y urgencia. Esto lo mostraron especialmente en asistencia social a las poblaciones vulnerables (adulto mayor, niñez y gente en condición de calle).

Sin política social

Salvemos a cartagena de Dau

La secretaría de Participación, que maneja la política social para la población vulnerable, no ha cumplido con su misión. Dos secretarios (Armando Córdoba y Miguel Ángel Correa) pasaron por allí sin pena ni gloria. El primero salió por el éxito de una moción de censura del concejo distrital. El segundo salió huyendo a otra moción, porque la dinámica fue la misma. Ahora no se sabe que pasa con esta dependencia. Se entendió que la fiebre no está en la sábana. Que es necesario cambiar al alcalde Dau, es decir, a la cabeza de este entramado de dejadez y corrupción.

En cuanto al Plan de Emergencia Social la basa en la cooperación internacional. Sus recursos alcanzan solamente para financiar la frondosa burocracia y las millonarias órdenes de servicios que tiene. Pero todo hace indicar que son iniciativas que no tienen ningún resultado para mejorar los indicadores sociales de la población más vulnerable. ¿Dónde está ese dinero de la cooperación internacional? Ana María González, conocida de auto, se caracterizó por su oportunismo y falta de decoro en la administración de recursos destinados para poblaciones vulnerables. Existen malos recuerdos de su actuación en Rocha, Cabildo Indígena de Membrillal, entre otros.

Recordemos que Ana María González hizo y deshizo durante la cuarentena del Covid-19. Ella es la cabeza visible (tras bambalina) de la Unidad Asesora de Contratación (UAC) de la Alcaldía. Es la que decide la suerte de la contratación. La que le habla a Dau al oído. Fueron $28 mil millones que despedazaron mediante la dedocracia. Aprovecharon en forma negativa la medida extraordinaria de contratar en forma directa. La alcaldía lo hizo en un 96,89% en 2020. (Pueden consultar informe 2021 de FUNCICAR).

Cartagena muerta de hambre e insegura

Como consecuencia del fracaso de la política social de la actual administración de William Dau, se exacerbó la inseguridad y, por tanto, la percepción de inseguridad por parte de la ciudadanía. Según el DANE, el 95.2% afirmó sentirse inseguros y muy inseguros caminando su barrio de noche.

Como se sabe, el alcalde es la primera autoridad policiva del Distrito. Sobre él debe recaer toda la política local en materia de seguridad. Dau no solo ha sido incapaz de desarrollar una política social sino que también en materia de seguridad se destaca por su ineptitud. El hecho de haber pedido la militarización de la ciudad demuestra claramente su incompetencia. Es un problema de incapacidad de gestión de su gobierno.

Lo grave de todo es el aumento alarmante de homicidios. Cartagena de Indias fue la ciudad donde más homicidios se cometió en los primeros 5 meses del año 2022, según el Centro de Análisis de Datos-Delfos de la Universidad Externado de Colombia. En 2022 fueron 153 homicidios. Hubo un aumento del 86,59 % en comparación con el período anterior, es decir, los 5 primeros meses de 2021. Lo grave, es que más del 80% de estos homicidios es por la modalidad de sicariato. Lo que indica que son homicidios ordenados por el crimen organizado.

¿Qué hacer?

Hay tres conductas que el cartagenero puede asumir. (1) Ser indiferente y morirse de miedo. (2) Seguir apoyando a una administración que ha demostrado hasta la saciedad que es incompetente. (3) Actuar en consonancia con la necesidad.

¿Qué sectores están apoyando a William Dau? Los gremios económicos, el gobierno nacional, el Pacto Histórico y sectores del lumpenproletariado de Cartagena. La particularidad de Dau es que ferió la administración con todos los sectores para que lo dejaran en el cargo. Por esta razón, se hace inamovible. Y es lógico, porque estamos en un país donde los organismos de control están mediados por la mermelada. Y sí el alcalde tiene el bolígrafo, los corruptos lo tendrán allí hasta que la ciudad se desangre.

Mientras tanto, el hambre, la inseguridad y el desgobierno caracteriza a esta ciudad que va camino a convertirse en otro Acapulco. ¿Esto lo sabe el presidente electo Gustavo Petro? Si no lo sabe, que alguien se lo diga con mensaje de urgencia.

¿Intervenir a Cartagena?

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