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Amada, temida, odiada, esa es Enilce López. ¿Por qué despierta tantos sentimientos encontrados? ¿Qué político del Caribe se salvará de sus arañazos? «La Gata» en la JEP es la vida de una mujer sobre la cual uno se inspiraría para escribir el mejor libro de su vida. ¿Incriminará a los alcaldes, gobernadores, parlamentarios y presidentes que financió? ¿Declarará sobre sus negocios con empresarios y políticos del país? ¿Cuál es la larga lista de medios de comunicación, periodistas, militares y administradores de justicia que financió? ¿Te encuentras en esa lista? Son las preguntas recurrentes desde el mismo momento en que se dió a conocer la Resolución No 1177 del 30 de marzo de 2023 mediante la cual se aceptó escuchar a la rica y controvertida empresaria Enilce del Rosario López Romero.

¡Última oportunidad para Enilce del Rosario López Romero! La JEP citó a «La Gata» para que maulle la verdad, toda la verdad en una audiencia pública, única y definitiva a realizarse los próximos 30 y 31 de mayo. Ella deberá esclarecer su relación con grupos paramilitares, parapolíticos y su participación en crímenes relacionados con el conflicto armado en ciudades como Magangué, Barranquilla, Santa Marta Cartagena y Sincelejo. Así como en los departamentos donde su organización tuvo presencia: Bolívar, Sucre, Atlántico y Magdalena.

Esta es la historia de la fosa común de Alfonso Macías, uno de «Los intocables». Ganadero, palmicultor, empresario y propietario de la finca El Potosí, en la vía a El Copey, Cesar. Hoy, según los que lo conocen, aparenta ser una prestante persona muy respetuosa de los derechos de los demás. Siempre lleva a cuesta una mochila, en cuyo interior hay una pistola preparada para matar. Esta historia pareciera que fuera inverosímil, pues, muchas personas no creen que el ser humano puede llegar a cometer horribles hechos inhumanos, que aquí solo referenciamos.

La Gran Prensa puso el grito en el cielo cuando la «Paz Total» le dio la libertad a Jorge Luis Alfonso López, popularmente conocido en Magangué como «el Gatico». El artífice de esta jugada política, que no jurídica, es precisamente el Alto Comisionado de Paz (OACP), Danilo Rueda Rodríguez, quien le dio la categoría de facilitador de paz. Una condición sine qua non para que el Juez Quinto Penal de Ejecuciones de Penas le diera la libertad.

Mientras en Cartagena la policía llevaba a Norelis Álvarez a rastra y esposada con su bebé en brazos, en Barranquilla, un criminal que posaba de empresario, alias «Ojitos Azules», los miembros del CTI lo conducían como si les hicieran calle de honor. ¡La paradoja de la justicia! Ella, trabajadora de una distinguida cadena de almacenes que reclamaba su liquidación laboral. Él, destacado empresario del blindaje y reconocido palmicultor. Pero, en su pasado no remoto, fue el segundo al mando de una organización criminal que asesinó a miles de personas en la región Caribe. ¡Allí está la diferencia!

¿Comisario político o fiscal de las FF.AA? Es la pregunta retórica que surge para explicar la designación del exmagistrado auxiliar de la Corte Suprema de Justicia, Iván Velásquez Gómez, en el Ministerio de la Defensa. No solo fue una sorpresa, sino también un mensaje directo del presidente electo Gustavo Petro al sistema internacional de los derechos humanos de no tolerar unas fuerzas militares violatoria de los derechos humanos.

Uno de los hechos por los cuales la Corte Suprema de Justicia (CSJ) investigaba a la senadora de Cambio Radical, Daira de Jesús Galvis Méndez, fue su oscura relación con la Reina del Chance, la polémica Enilce López Romero. El alto tribunal halló suficiente material probatorio que comprueba haberse concertado para financiar a los “escuadrones de la muerte” que causaron asesinatos selectivos, masacres y desplazamientos forzados.

La extradición de «Otoniel» puso a prueba la fragilidad de un régimen que padece de déficit de gobernabilidad. El paro armado del Clan del Golfo demostró que la Seguridad Democrática del régimen es tan frágil como los acuerdos tácitos establecidos con las organizaciones criminales para mantener una paz ficticia. Pero, en realidad, mantienen un dominio territorial.