Que el alcalde de Cartagena William Dau Chamat sea una mariquita empolvada, «baile p’a atrás» o haga parte del paquete LGTBI+, no le incumbiría a ninguno de los ciudadanos. Que sea un ilustre maricón o un alcalde requeteloca, no es un problema de ciudad ¡es su vida privada! Pensar lo contrario sería xenofobia. Pero, que se fume un kilo de bazuco con marihuana y tabaco y la ciudad esté «patas p’a arriba», esto sí debería pellizcarnos. No es moralismo. Es un problema de salud mental que debemos asumir con seriedad. ¿Por qué?

Cuando en el 2020 le hicimos públicamente por primera vez una pregunta a Dau Chamat pregunta que nunca respondió sobre si era adicto al bazuco, los cartageneros se sorprendieron. La explicación es sencilla. Un cerebro secuestrado por la adicción, conduce al individuo a una reiterada conducta errática, como lo explicó a VoxPopuli Digital, en 2020, el psiquiatra Francisco Barrios Ayola, cuando quisimos explorar lo que le esperaría a Cartagena en los próximos 4 años.

Bogotá y Cartagena, el «baile p’a atrás»

Claudia López se presentó como la macha en Bogotá, una candidata abiertamente lesbiana y con novia, que no es lo mismo. Y arrasó a Antonio Navarro Wolf en la consulta definida por una encuesta del partido Alianza Verde. Su bodega digital construyó artificiosamente una imagen de gran lideresa que acabó con 40 años de formación política del viejo dirigente del M19. Ganó las elecciones, octubre de 2019, al hoy alcalde electo Carlos Fernando Galán. Hollman Morris, de Colombia Humana, quedó de tercero con el 13,99%. Igual como ocurrió el pasado 29 de octubre con Gustavo Bolívar, quien quedó de tercero y casi con el mismo porcentaje. Los 4 años de Claudia Nayibe López Hernández fueron desastrosos y la ciudad retrocedió en muchos indicadores de gestión.

Igualmente, William Dau Chamat, se presentó como el macho alfa anticorrupción. Obtuvo una victoria sorpresa y de dudosa factura. Al final de su mandato, se transformó en la supermacha del engaño y la manipulación. En estos cuatro años Cartagena terminó destartalada en todos los aspectos.

No obstante, ¡ya es tarde¡ Bogotá y Cartagena sufrieron las consecuencias de su mala elección. Los resultados de gestión durante estos últimos cuatro años así lo demuestra. El proceso de revocatoria se frustró, porque la Registraduría Nacional en forma sospechosa no validó las firmas.

La ciudad Heroica quedó embrujada desde el primer semestre de 2020 con las ocurrencias díscolas del alcalde. El 85% se reía con sus mariconadas y las aceptaba. Así lo decían las encuestas en el año de esplendor mediático de Dau. Hoy, quizás ese mismo porcentaje o más, no las acepta. Solo nos queda esperar que el próximo alcalde, Dumek Turbay Paz, ni la puya la «baile p’a atrás» ni se dé por la torre. Tampoco viva los próximos 4 años una vida loca mientras la ciudad se desmorona como ocurrió con el alcalde saliente. ¡Seguro que no va a ser así! Dumek sabe gobernar y es de resultados.

Este es el video sensación del «baile p’a atrás»

La anticipación de una tragedia

Exactamente, hace 4 años VoxPopuli Digital publicó:

«Ganó Dau. Esa es la democracia. Pero en realidad tenemos a un hombre que vino hacer un negocio con la corrupción. Todos estamos indignados con la extremada corrupción y de alguna manera había que estremecer el cañaveral» .

Un buitre de corto vuelo. Dau, alcalde electo. Derrotadas las maquinarias del 27 de octubre 2019.

Allí mismo se dijo:

«Aunque me cojan bronca, tengo que decir la verdad de mis investigaciones periodísticas. No estoy al servicio de ninguno sino de la verdad. Estamos asistiendo a la consolidación de un oportunista en el poder».

La victoria la celebraron con cerveza, wiskey y humo, mucho humo, en el departamento de un amigo de él que cargaba una botella de oxigeno por su adicción a mariacachafa. La presunta demencia de William Dau quedó retratada en la primera Fiesta de la Independencia como alcalde electo. Hace cuatro año esta fue su fotografía icónica con su gran amiga Judith Pinedo Flórez, la Mariamulata:

Dau y Mariamulata, foto tomada en las fiestas de la Independencia 2019.

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El periodista y el periodismo

En octubre de 2019, antes de las elecciones, en VoxPopuli se le quitó la máscara al candidato William Dau. Sufrimos un ataque sistemático de su horda de bodequeros digitales. Nos tumbaron la página y las redes sociales. El 21 de noviembre de 2019 me vi precisado a advertirle a la sociedad cartagenera la tragedia que venía. Sabíamos que en los próximos cuatro años ibamos a sufrir persecución, dolores y nos iban a cerrar las puertas. Como periodista de investigación y análisis, advertimos:

«En una sociedad corrupta y de falsedad, la verdad es revolucionaria, y quienes la buscan, son perseguidos y crucificados. Pulitzer dijo que los periodistas deben alinearse con los débiles y no con los poderosos. Kapucinsky mostró «su preocupación por los sectores más desfavorecidos y por su independencia frente a presiones de todo signo, que han tratado de tergiversar su mensaje».

Cartagena sin alcalde electo (2019)

En ese mismo artículo, se dijo:

«Yo no escribo ni publico contra o a favor de alguien. Soy un periodista libre, comprometido con la verdad y no con la política ni con esos sectores dominantes. Mis escritos no van contra alguien. Van por la verdad. Si hoy te alegras por estar escribiendo sobre el Pequeño Malandrín, te recuerdo que los seguidores de éste, se alegraban cuando lo hacía con Yolanda Wong. ¿Cuántos se alegraron cuando llevé al escarnio público al Chuzo, presidente del congreso y con fama de ser la anticorrupción en pasta como se autoproclama hoy el Pequeño Malandrín? No basta con autoproclamarte anticorrupto, lo tienes que demostrar en tu práctica. 

Dumek no es Dau

Dumek José Turbay Paz no es un dechado de virtudes. Se sabe. Pero, tampoco es mala persona ni degenerado como Dau Chamat. Hasta donde sabemos, Dumek hizo sobrio sus cuatro años de gobernador. Los resultados de las investigaciones penales, disciplinarias y fiscales en su contra deberían demostrar la transparencia de su gestión. Lo demás, es comentario. No fue a gobernar bajo el efecto de ninguna droga. El consumo del alcohol, que es una droga socialmente aceptada, si se hace de una forma racional y consciente, no causa problema. Salvo que estés borracho y conduzca un carro que te puede llevar a la tragedia. Un gobernante que siempre esté bajo el efecto de la droga no puede pensar libremente. Mucho menos tomar decisiones acertadas.

Cuando se gobierna baja la dictadura de la adicción, como probablemente es el caso de William Dau, los resultados son desastrosos, porque afecta su gobernabilidad. En este punto se presenta una tensión entre dos derechos fundamentales. El derecho al libre desarrollo de la personalidad del gobernante y el derecho de los gobernados a mantener el orden constitucional y legal vigente. El artículo 17 de la Constitución, dice:

Todas las personas tienen derecho al libre desarrollo de su personalidad sin más limitaciones que las que imponen los derechos de los demás y el orden jurídico» . 

Constitución Nacional de Colombia

“El orden jurídico” colombiano está determinado por la Constitución Nacional. De esta se deriva el conjunto de leyes y jurisprudencia creada con decisiones de cierre de los altos tribunales. Si la conducta de un alcalde, por ejemplo, va en contrasentido de la Constitución y la ley, necesariamente debe ser cuestionada por ese mismo “orden jurídico”.

El «baile p’a atrás» ni el género determina la buena gestión de un gobernante. Todo está en la estructura mental del ser humano, sea de izquierda o de derecha, sea hombre o mujer, macho o macha, «baile p’a atrás» o «baile p’a adelante». En tanto que la transparencia lo determina el Ser, que es la ética del individuo.

(¿Por quién votar? Dau, el pequeño malandrín de MaquiaveloEl «Turco» Dau y Let´s Save Cartagena, instrumentos de los «Buitres», y «Turco» Dau, un buitre ronda a Cartagena

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